Jaime Paz, Hugo Banzer, Gonzalo Sánchez de Lozada y Jeanine Áñez lidiaron con los prolongados bloqueos de caminos. Morales enfrentó sus críticas, a él y a su vicepresidente Álvaro García Linera

20 de enero de 2021, 10:05 AM
20 de enero de 2021, 10:05 AM

El ‘Mallku’ ha muerto, pero en su legado queda haber hecho temblar a cuatro gobiernos y haber incomodado al de Evo Morales

Este dirigente aimara, nacido en la comunidad de Ajllata Grande del municipio de Achacachi (La Paz) en 1942 fue siempre un contestatario del sistema. Su lucha fue para reivindicar los derechos de los pueblos indígenas, especialmente aimaras. Desde esa lógica no dudó en tomar las armas y después en organizar bloqueos que hicieron temblar a más de un gobierno.

Postuló la lucha armada desde 1988, fundó los Ayllus Rojos y posteriormente se enroló en el Ejército Guerrillero Túpac Katari, junto con Álvaro y Raúl García Linera. Esta agrupación irregular nació a fines de los 80, pero en 1991 fue acusada de volar una torre de alta tensión en La Paz, lo que provocó incertidumbre en el escenario nacional y complicó al Gobierno de Jaime Paz Zamora. Felipe Quispe y los otros miembros de este grupo irregular fueron detenidos y permanecieron presos hasta 1997.

Entre 1998 y 2000 fue máximo dirigente de la Confederación Sindical Única de Campesinos de Bolivia y desde ese rol fue el impulsor de bloqueos en el altiplano. El Gobierno de Hugo Banzer fue uno de los más afectados por esta medida de presión que duró varias semanas, inmovilizando cualquier acceso hacia La Paz. También obligó a los ministros a negociar en territorio aimara, llevando por delante el rechazo a una Ley del Agua y el pedido de renuncia a Hugo Banzer.

Tres años más tarde, el blanco fue el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada. Con la fuerza que le habían dado los bloqueos de 1999, Felipe Quispe lideró la llamada ‘guerra del gas’, utilizando como recurso el bloqueo de caminos y el cerco a La Paz. En ese momento, logró unir a dirigentes de El Alto, a los mineros y también a los cocaleros de Chapare. La fuerza de las movilizaciones acabó con la renuncia del presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada, quien abandonó el país en un vuelo comercial y dejó el mando en manos de Carlos Mesa, su vicepresidente, después de confrontaciones que dejaron un saldo de varias decenas de muertes.

Al ocurrir la renuncia, Evo Morales volvió al país tras una larga ausencia y se apropió de la lucha del Mallku. Tres años después se convertiría en el primer presidente indígena de Bolivia, tras lo cual alejó a Felipe Quispe de su entorno de confianza.

Empero, Quispe Huanca ‘El Mallku’ no dejó de ser un persistente crítico de Evo Morales y de su excompañero de lucha, Alvaro García Linera, de quien decía que era autoritario, que no sabía hablar aimara y que no era un soldado valiente.

Tras la renuncia de Evo Morales al Gobierno, el año 2019, Felipe Quispe recuperó protagonismo y liderazgo de los movimientos campesinos del altiplano, poniendo en apuros a la presidenta transitoria Jeanine Áñez. En esa condición lideró el bloqueo del altiplano en plena pandemia, el mismo que impidió que llegue oxígeno a los hospitales.

Tras esa nueva acción contestataria, Felipe Quispe se lanzó como candidato a la Gobernación de La Paz a fines del año pasado.