La llegada del diputado Runny Callaú, que se encuentra con baja médica, tensionó la sesión que se instaló con 61 asambleístas. Hubo intolerancia, empujones e insultos en la sesión y huevazos desde la calle

7 de junio de 2022, 8:20 AM
7 de junio de 2022, 8:20 AM

La Brigada Parlamentaria Cruceña no logró elegir a su directiva, tras una accidentada sesión en la que el MAS optó por respaldar a legisladores disidentes de la alianza Creemos para la presidencia de la entidad regional. Hubo empujones e insultos entre asambleístas de ambas fuerzas políticas que ni siquiera lograron ponerse de acuerdo en la forma de votación.

La sesión fue convocada para las 8:00, pero se instaló pasadas las 9:00 de ayer. El presidente en ejercicio de la Brigada, José Carlos Gutiérrez (Creemos), instaló la deliberación tras acreditar la presencia de 61 legisladores. El diputado por el Movimiento Al Socialismo, Jerges Mercado, encendió el primer debate cuando propuso que la elección sea por voto secreto. “Eso es lo más democrático para que tengamos votos a conciencia”, afirmó.

Los senadores Centa Rek y Henry Montero, ambos de Creemos, rechazaron la sugerencia y pidieron que el voto sea nominal y público para “garantizar la transparencia”. El partido opositor tiene cinco marcadas disidencias desde el inicio del periodo legislativo -a fines de 2020- cuando se conformó la primera directiva de la Asamblea Legislativa Plurinacional que controla el MAS.

Se trata de la diputada Sandra Paz Méndez y sus colegas José Luis Durán, Tito Caero Vargas, Runny Elvio Callaú y Omar Rueda, que para ser elegidos fueron apoyados por Unidad Cívica Solidaridad (UCS). Ahora, ellos tomaron distancia de Creemos y apoyaron varias de las decisiones del MAS.

Eso mismo pasó ayer, cuando Paz Méndez respaldó el voto secreto que pidió el MAS para elegir a la nueva directiva de la Brigada Parlamentaria. Entonces, los legisladores de Creemos comenzaron a gritar arengas contra este grupo de representantes. “¡Vendidos! ¡Traicionaron a Santa Cruz¡”, gritaron y la tensión subió de tono.

José Carlos Gutiérrez intentó reponer el orden en la sesión, pero no tuvo éxito. Es más, la tensión empeoró, pues en ese momento llegó a la sala del debate el diputado Runny Callaú asistido por dos de sus familiares. Hace un año sufrió un derrame cerebral y aún se recupera. Tiene dificultades para caminar y su mirada no apunta a ningún lugar. Eso sí, el diputado es muy querido porque formó parte de un grupo voluntario de rescate y ayudó a muchos ciudadanos.

Los legisladores del MAS se pusieron de pie y lo aplaudieron, mientras que los opositores rechazaron su presencia. La senadora Centa Rek (Creemos) afirmó que “no tiene derecho a votar” porque había llegado tarde y el quórum necesario ya se había confirmado. Además, afirmó que era “una bajeza moral” del MAS “haberlo traído en las condiciones de salud en la que está”. El legislador Callaú se sentó y tuvo dificultades para acomodarse el barbijo; no hizo ninguna declaración, a pesar de las alusiones, los gritos, jaloneos y empujones entre legisladores.

El senador Henry Montero (Creemos) y su colega Patricio Mendoza (MAS) protagonizaron una acalorada discusión que, por poco, acaba en las manos. Para ese momento, nadie estaba sentado en sus curules y Gutiérrez tuvo que declarar, a los gritos, “un cuarto intermedio indefinido”. Desde la calle, se escucharon petardos y arengas contra el MAS por parte de un grupo de seguidores de Creemos. Los legisladores de ambos bandos se replegaron.

Tal como había llegado, Callaú fue retirado por sus familiares y un policía. Lo ayudaron a bajar las gradas y lo acomodaron en una silla de ruedas. Diputados y senadores del MAS se aproximaron a saludarlo y reclamaron “discriminación” por parte de Creemos.

“Tienen miedo a la democracia; tienen miedo a la fiscalización. ¿A Qué le tienen miedo? ¿A que se le fiscalice?”, afirmó Rueda, disidente de Creemos, quien reveló que apoyaba a su colega José Luis Durán para que sea presidente de la bancada. Se trata de otro disidente que fue apoyado por el MAS.

El MAS llegó con 29 legisladores, pero Rueda afirmó que hubo muchos que faltaron. Creemos y la alianza Comunidad Ciudadana (CC) tienen 33 escaños, aunque la agrupación de Luis Fernando Camacho ya no cuenta con los cinco disidentes. “Estamos casi empatados”, reconoció Gutiérrez, quien anoche explicó que entre el viernes y el lunes se definirá la próxima convocatoria, pero tras una coordinación entre las tres fuerzas que tienen representación.

El diputado Rolando Cuéllar (MAS) y su bancada tiene otra percepción. “La bancada de Creemos está muy dividida, ellos tienen dos candidatos y el problema se originó por esa división”, dijo.

Pero, Erwin Bazán (Creemos) aclaró que el MAS tiene otra explicación. “¿Qué paso aquí? El MAS, en una componenda con UCS, están intentando sumar los votos para quitarle la presidencia a la primera mayoría y este es un extremo que no podemos permitir”, declaró el legislador.

La pelea es por la presidencia de la Brigada, porque el MAS aseguró a Cuéllar en la vicepresidencia, mientras que las dos secretarías estarían para Éricka Chávez (Creemos) e Iván Canaviri (CC). Gutiérrez prefirió no confirmar esa plancha, pues espera cerrarla en una reunión con el MAS para evitar nuevos actos de bochorno.

Al dejar la brigada, seguidores de Creemos arrojaron huevos, tomates y pintura a los masistas.