Cinco senadoras visitaron a la expareja de Evo Morales y vieron que tiene un cuarto pequeño, una cama y un gancho para colgar ropa. Sin embargo, la exnovia de Evo Morales no vive como las demás reas.

26 de agosto de 2021, 22:15 PM
26 de agosto de 2021, 22:15 PM

La visita de las senadoras opositoras y oficialistas al penal de Miraflores también sirvió para escuchar las demandas de otras internas que están dentro de ese recinto penitenciario y conocer la situación en la que se encuentran. Una de ella fue Gabriela Zapata, quien fuera pareja del expresidente Evo Morales. Según las legisladoras, en el penal, Zapata tiene las mismas condiciones que posee la exmandataria Jeanine Áñez, vive alejada de la población carcelaria y tiene beneficios que no cuentan otras reclusas.


Para nadie es un misterio que entre rejas se vive mejor el que tenga más dinero. Durante la gestión de Evo Morales, la reclusa condenada Gabriela Zapata Montaño, exnovia del exmandatario, era conocida como la reina de la cárcel de Miraflores porque hacía su voluntad. 


De hecho, el 19 de octubre de 2018 salió del penal de Miraflores para acudir a un dentista particular de la zona sur de La Paz con autorización judicial, informó su abogado, Erlan Cabrera.


Con el gobierno transitorio de Jeanine Áñez su poder disminuyó, pero mantenía algunos privilegios, aquellos que el dinero puede comprar. Este medio, ese año, intentó visitarla en tres ocasiones, pero Zapata siempre rechazó hablar.

En las distintas visitas a otras personalidades que estaban en esa misma cárcel, como la exministra Nemesia Achacollo, se conoció que la expareja del presidente nunca se integraba al resto de la población carcelaria y se mantenía en la habitación que se habilitó para ella, exclusivamente.


Pero ahora, asambleístas de la comisión de DDHH dicen que no tiene privilegios. “Hemos visitado a Gabriela Zapata, hemos visto que tiene un cuarto más pequeño que el de Jeanine Áñez, con una sola cama y tiene un gancho para colgar sus ropas, no vimos que tuviera privilegios, esas versiones son falsas”, relató la senadora Claudia Égüez, quien fue parte de la comitiva que ingresó al penal.


Apenas Zapata llegó a Miraflores, fue habilitada la despensa de la cocina, en el segundo piso de la cárcel, para que se quede allá. Estaba cerca del comedor de los policías, así que sembró buena relación con los uniformados.

Posteriormente, logró un espacio más amplio, donde antes era un dormitorio de seguridad. No se puede decir que ese lugar sea tan elegante como ella, que no ha perdido el glamour en su vestimenta ni la fragancia a perfume francés, pero aún tiene todas las comodidades. Este medio supo que el espacio que Zapata habita tiene una cama cómoda, computadora, televisión por cable y aseguran que maneja un celular, aunque las asambleístas dicen lo contrario.


Incluso hay versiones, y de altas fuentes, de que en el gobierno de Morales entraba y salía del centro penitenciario como si estuviera beneficiada con extramuro (los reclusos que salen a trabajar y regresan en la noche).

Zapata protagonizó uno de los escándalos de faldas que rodeó al exmandatario. En febrero de 2016 se denunció la existencia de una relación sentimental entre Morales y Zapata, y este admitió que tuvieron un hijo que había fallecido. El escándalo ocurrió pocas semanas antes del referéndum para modificar la Constitución Política del Estado y donde Morales perdió.

En 2017 se realizó uno de los dos juicios que instalaron en contra de la expareja de Morales, uno por legitimación de ganancias ilícitas y el otro por trata de personas. En el primer proceso fue condenada a 10 años de presidio, tiempo del cual ya pasó la mitad.


En abril de este año, Gabriela Zapata se declaró culpable del delito de trata y se sometió a un juicio abreviado, aunque esa pena debe ser incluida a la primera condena, pues las leyes bolivianas no permiten la sumatoria de penas.


Las reclusas protestaron contra Jeanine Áñez porque aseguran que ellas comparten las habitaciones y nadie tiene una habitación personal. Asimismo, reclamaron por la presencia permanente de médicos, abogados y familia que tiene la exmandataria, ya que ellas no tienen visitas desde que se declaró la cuarentena en el país por el coronavirus.


Las senadoras no relataron sobre la participación de Zapata en el grupo de reclusas.