La experta Magdalena Correa pidió “justicia y reparación” y en ese momento se escucharon gritos de “justicia, justicia”. Los afines al MAS respondieron con “golpistas”. El GIEI tuvo que advertir con suspender la entrega del informe

20 de agosto de 2021, 7:44 AM
20 de agosto de 2021, 7:44 AM

La reconciliación está lejos de ser acariciada en Bolivia. Y eso lo confirmó el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) en Potosí durante la exposición del informe sobre los hechos de 2019 en las localidades de Vila Vila y Playa Verde. Dos bandos se enfrentaron verbalmente en pleno evento, lo que obligó a que los expertos paralicen su explicación.

La colombiana Magdalena Correa y el brasileño Marlon Weichert, que son parte del GIEI, llegaron ayer a la Villa Imperial para presentar el informe sobre los conflictos posteriores a las elecciones de 2019. Los expertos se centraron en los acontecimientos de Vila Vila y Playa Verde. En la primera localidad, que está en Oruro, el bus de la caravana minera que partió de Potosí, sufrió ataques con dinamitas de parte de seguidores de Evo Morales. Mientras que, en el segundo poblado, que está en Challapata, se utilizaron armas de fuego.

Ayer, Correa y Weichert llegaron a las oficinas del Obispado de la Diócesis de Potosí. Mientras Correa exponía los detalles del informe y pidió “justicia y reparación”, los dos bandos iniciaron las agresiones verbales que obligaron a que la colombiana paralice su exposición. El conflicto siguió por al menos diez minutos y los expertos tuvieron que advertir con la suspensión de la lectura del informe. “Yo soy una víctima, yo sufrí los abusos. Ustedes son unos llunkus (sujeto zalamero y arribista) masistas”, gritó un minero mostrando su espalda con las supuestas cicatrices que le dejó los enfrentamientos en 2019.

Al frente una mujer le respondía: “Golpista mentiroso”. Fueron separados por personal del Obispado, pero la trifulca continuaba. Gritos y amague de empujones había en la sala. Los expertos fueron testigos del bochorno, pero al final lograron terminar con la explicación del informe.

Vulneración de derechos

El grupo de expertos concluyó que hubo “graves vulneraciones a los derechos humanos” en la emboscada y toma de rehenes de la caravana de mineros, universitarios y cívicos de Potosí y Sucre que iban a la ciudad de La Paz a reforzar las protestas contra el entonces presidente Evo Morales.

Esta comisión identificó a las localidades de Vila Vila y Playa Verde como puntos de enfrentamientos durante el paso de la caravana de mineros, que salió de Potosí, y la caravana de universitarios que partió de Sucre. Se detalló que cinco personas fueron gravemente heridas con armas de fuego y otras 15 fueron tomadas como rehenes durante horas en Vila Vila. “Hombres y mujeres fueron víctimas de tortura y sufrieron agresiones de contenido sexual”, dice el informe presentado ayer en la Villa Imperial.

“La situación más crítica se presentó el 9 de noviembre de 2019 en la localidad de Vila VIla, en el departamento de Oruro, con el enfrentamiento violento que se suscitó entre quienes bloqueaban la carretera y los integrantes de la caravana. Éstos últimos sufrieron agresiones con piedras, dinamita y gases lacrimógenos, de lo que resultó un registro de más de 60 personas heridas, así como daños y quema parcial de parte de los buses en que se transportaban. Igualmente se presentaron hechos de violencia sexual en contra de mujeres y la toma de rehenes, quienes sufrieron agresiones y torturas”, explica otra parte del documento del GIEI.

El brasileño Weichert advirtió que los intentos de ejecuciones que sufrió la caravana minera en 2019, cuando Evo Morales todavía estaba en el poder, podría haber terminado en una masacre. El experto afirmó que estas acciones también son “graves violaciones de derechos humanos”.

“Afirmamos que esos hechos son especialmente serios y cuáles hechos en especial. Esos hechos de Challapata donde hubo la tentativa de ejecución de personas de la caravana, que han victimado cinco personas heridas, con lesiones corporales, que podría haberse transformado en una masacre, por suerte no fue una masacre”, resaltó Weichert.

La caravana minera, partió de Potosí al auxilio de la caravana del sur el 9 de noviembre, después de que esta fuera víctima de agresiones en Vila Vila, cuando iba a La Paz. Los buses de mineros se toparon con bloqueos, pero además con intentos de dinamitar puentes. El 10 de noviembre los mineros llegaron a Challapata, donde estuvieron un día, cuando sucedió uno de los ataques más graves, según el GIEI.

“La caravana de mineros fue sorprendida. Se aproximaba caminando a la zona de bloqueo, cuando fueron atacados con disparos de armas de fuego, que provenían desde los cerros y no solo de los cerros, había también personas con armas de fuego en la planicie”, expuso Weichert.

El ataque ocurrió a las 6:00 del 10 de noviembre en la planicie de Playa Verde, ubicada entre las localidades de Challapata y Huancane. El GIEI identificó que en estos ataques participaron funcionarios de las gobernaciones de Potosí y Oruro, dirigidos por autoridades del MAS.