La cultura Casarabe se desarrolló entre los años 500 y 1400 de nuestra era, en el suroeste de Llanos de los Mojos, una zona de parches de sabana y bosque tropical

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26 de mayo de 2022, 23:05 PM
26 de mayo de 2022, 23:05 PM

Una investigación habla del descubrimiento de restos arqueológicos de la cultura prehispánica Casarabe en la Amazaonía boliviana hasta ahora desconocidos. Un equipo encabezado por Heiko Prümers, del Instituto Arqueológico Alemán, usó la tecnología LIDAR (Ligth Detection And Ranging), que emplea un escáner láser aerotransportado para obtener un mapa en 3D del terreno.

El estudio fue publicado en la revista Nature, donde se documenta dos grandes asentamientos ya conocidos, pero no explorados, Cotoca y Landívar, y otros 24 sitios más pequeños, solo de 15 se sabía de su existencia, todos ellos en Llanos de los Mojos (sureste de Bolivia).

El uso de LIDAR, que permite "hacer desaparecer la vegetación", llevó a identificar terrazas o lomas artificiales de cinco metros de altura y hasta 22 hectáreas (30 campos de fútbol), sobre las que había estructuras cívico-ceremoniales en forma de U y pirámides cónicas de hasta 21 metros de altura, como en Cotoca.

La cultura Casarabe, también conocida como la región de los montículos monumentales, se desarrolló entre los años 500 y 1400 de nuestra era, en el suroeste de Llanos de los Mojos, una zona de parches de sabana y bosque tropical.

Hasta el momento, lo que se conoce de Casarabe procede de veinte años de excavaciones en Loma Salvatierra y Loma Mendoza (ambas en los Llanos de Mojos), donde entre otros materiales, se han encontrado restos de 120 enterramientos.

Para el estudio actual, en 2019 el equipo junto con el Prof. Dr. José Iriarte y Mark Robinson de la Universidad de Exeter, mapearon un total de 200 kilómetros cuadrados del área cultural Casarabe. La evaluación realizada por la empresa ArcTron3 deparó una sorpresa. Lo que salió a la luz fueron dos yacimientos notablemente grandes, de 147 y 315 hectáreas, en un denso sistema de asentamientos de cuatro niveles. Con una extensión norte-sur de 1,5 kilómetros y una extensión este-oeste de aproximadamente un kilómetro, el mayor yacimiento encontrado hasta ahora es tan grande como lo era Bonn en el siglo XVII, afirma la coautora, la Dra. Carla Jaimes Betancourt.

Esta cultura se desarrolló en un paisaje con un “contraste estacional grandísimo”, con más de cuatro meses de sequía, que durante el periodo seco resquebrajaba la arcilla con la que hacían sus construcciones, pero en la estación lluviosa la sabana estaba cubierta de una capa de agua.

Iriarte destacó que invirtieron “muchísimo en manejar ese ambiente con la construcción de terraplenes y canales” para aprovechar el agua y plantar en un suelo que era “especialmente rico” por la gran cantidad de sedimentos depositados durante el Holoceno medio.

“De lo que se tiene mapeado, y solo es una pequeña parte de lo que se ve, hay mil kilómetros de canales y terraplenes”, señaló Iriarte, quien en sus 20 años de trabajo en la Amazonía ha contribuido con estudios de arqueobotánica, los cuales indican que el bosque no declinó, aunque se pudiera pensar que una cultura de este tipo haría grandes talas.

La cultura Casarabe “encaja en el urbanismo temprano tropical de baja densidad”, que también existía en lugares del sudeste asiático, Sri Lanka o Centroamérica, lo que deja de lado la idea que la Amazonía occidental estaba escasamente poblada en la época prehispánica, indica el estudio.