Eso sin contar Beni y Pando; sin embargo, el director nacional del Servicio de Registro Civil (Sereci) explica que la mayoría de las muertes no sucedió en julio, como se ha sugerido, sino que los registros recién se hicieron ese mes, por la cuarentena

14 de septiembre de 2020, 8:27 AM
14 de septiembre de 2020, 8:27 AM

Bastante se habló en el último tiempo sobre que las estadísticas de fallecimientos se dispararon, sobre todo en julio, cuando se concentró la mayor cifra: más de 15.000, de los 50.000 registrados hasta el 31 de agosto de 2020, en siete de los nueve departamentos.

Empero, el director nacional del Servicio de Registro Civil (Sereci), Diego Tejerina, aclaró a EL DEBER que no es porque esa cantidad de personas hubiera muerto ese mes, sino porque en esa época los familiares de los fallecidos durante la cuarentena rígida recién regularizaron el documento de defunción emitido por el Sereci.

Justamente en abril, el mes que registra la cifra más baja de decesos, 60, fue cuando el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) lanzó un comunicado. Decía que debido a la emergencia sanitaria por el coronavirus, los servicios de los oficiales de Registro Civil quedaban suspendidos y que solo atenderían en casos excepcionales para el registro y emisión de certificados de defunción, en algunas localidades.

En ese momento, la solución para enterrar fue presentar el certificado médico de muerte, con el que se podría proceder a la inhumación o cremación.

“Obviamente, en el tiempo de la cuarentena rígida los registros tienden a bajar porque hemos cerrado las oficinas del Sereci y las oficialías de Registro Civil, que anotan nacimientos, matrimonios y defunciones. A partir de la segunda semana de mayo, además de junio y julio, llamamos a la gente, hicimos call center ya en la cuarentena flexible, para que regularicen la situación de sus familiares fallecidos”, explicó Tejerina.

El titular nacional del Sereci no entiende de dónde especulan algunos que casi 17.000 personas hubieran muerto por Covid-19 en julio y cree que quienes se alarmaron con los registros de muertes de estos últimos meses no hicieron la suma total de lo que va del año y que tampoco revisaron en detalle los meses de cuarentena rígida, cuando no funcionaron las oficialías de Registro Civil.

“Sí, hubo esa cantidad de registros de decesos ese mes, lo que no significa que todos sean por Covid-19. A todos los que han muerto por diversas causales se los registra según lo que dice el certificado médico de defunción.

No podemos dar datos de quiénes han muerto o no ahora por Covid-19 porque no somos la instancia competente, eso lo hace el Ministerio de Salud, pero sí somos la instancia competente para decir cuántos registros de defunción hubo a nivel general, desde niños, ancianos, todos”, acotó.

Para Tejerina, en los últimos años la cantidad de muertes en el país mantiene un patrón, pero también reconoce que ,en lo que va de 2020, evidentemente hay un incremento de los decesos.

Depuración del padrón

Tejerina también informó que hubo una campaña de coordinación con otras instituciones, como el Servicio Nacional del Sistema de Reparto (Senasir), la Autoridad de Fiscalización y Control de Pensiones y Seguros (APS), además de alcaldías y cementerios para que compartan datos y crucen información.

“No es que hubieran subido los decesos, sino que se han actualizado los registros para realizar una depuración en el padrón electoral”, dijo.

En su página de Facebook y otras plataformas, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), hasta el 8 de septiembre, invitaba a las personas a depurar a su familiar difunto del padrón biométrico.

Una oficial de Registro Civil que prefirió no dar su nombre dijo que en julio tuvo la mayor cantidad de anotaciones de defunciones, como diez, pero aclaró que la cifra no fue dramáticamente mayor que en otros meses.

Del mismo modo, explicó que como oficialía, cada vez que alguna familia con Covid-19 llamaba para avisar de un óbito, pero también de la dificultad para registrarlo por el riesgo de contagio, su oficina tenía la instrucción de anotar el número de teléfono y comunicarlo al Sereci, para que desde ahí empiecen a llamar.

“Otra cosa que cambió durante la pandemia es que antes había que sacar el certificado de defunción que emite el Sereci, máximo 24 horas después de obtener el certificado médico de óbito. Si pasaba más tiempo, solo se obtenía con orden judicial. Hoy se los está registrando sin importar el tiempo que hubiera pasado y no hemos recibido órdenes para dejar de hacerlo”, indicó una de las 500 oficiales de Registro Civil de la ciudad capital.





Los cementerios

Si bien el certificado de defunción emitido por el Sereci es -en condiciones normales- requisito indispensable para que un difunto sea enterrado o cremado, en todo este periodo se hizo la excepción.

“Cuando empezó la cuarentena no nos daban el documento notariado, solo el certificado médico que entrega la Gobernación. Por dos meses estuvimos así, en abril y marzo, ya después empezó a normalizarse. Nos llegaba la orden de entierro solo con eso, desde la oficina central en el Cementerio General”, explicó una de las encargadas de los 24 camposantos municipales, que prefirió no ser nombrada.

Según ella, en una semana de septiembre ha tenido como cinco entierros, mientras que en julio llegó a registrar 25 decesos en un solo día, “en esa época nos asustamos; junio y julio fueron muy pesados”, confesó.

La funcionaria municipal dice que, normalmente, octubre y noviembre son las épocas con mayor movimiento en el cementerio a su cargo, pero no por decesos, sino por el traslado de restos.

También reconoció que desde la instancia municipal los están preparando sicológicamente para afrontar el aumento de decesos en meses determinados. “Inicialmente, será para este fin de septiembre, cuando empiece el rebrote, pero nos dijeron que el pico de muertes probablemente sucederá a fines de octubre y principios de noviembre”, informó.

Ronald Romero, el director de Cementerios del Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra, dice que el pico más alto de entierros fue en junio de este año, y que a principios de julio las cifras empezaron a bajar. “Prácticamente ahorita ya se están normalizando los entierros”, dijo.

Confirmó que en el periodo de la cuarentena rígida se aceptaba el certificado médico de defunción porque sabían que no había oficialías de Registro Civil abiertas. “Para no perjudicar a la gente lo recibíamos, pero explicábamos que tenían que tramitar el certificado de defunción emitido por el Sereci, una vez que se regularice la atención en los registros. De no sacarlo, a la larga es un problema para ellos”, agregó, ya que hay varios que hasta la fecha no han legalizado los decesos de sus familiares.

Romero aclaró que, como Dirección Municipal de Cementerios, ya están exigiendo a los parientes de los difuntos que presenten el certificado del Sereci para enterrar a alguien.

“Eso lo pedimos desde que empezó a funcionar el Sereci. Incluso ellos han puesto una oficina en el Cementerio General para facilitar el trámite a la gente, Sereci nos presentó una solicitud escrita, lo consulté y les dimos un ambiente para que pongan un funcionario”, informó.

Los números

En su cuenta de Facebook, el Tribunal Supremo Electoral publicó un cuadro comparativo de los decesos entre 2016 y 2019, y un detalle, por mes, de los óbitos en lo que va de este 2020.

De acuerdo a las estadísticas, en 2016 hubo 51.870 fallecimientos en todo el país; 2017 registró 50.903; en 2018 se anotaron 52.527; y en 2019 hubo 52.784. En todas esas gestiones, La Paz encabezó la lista de las muertes, mientras que Pando tuvo los números más bajos, y los demás departamentos mantuvieron patrones similares en las cuatro gestiones.

En la misma publicación del TSE aparece la estadística de 2020 hasta el 31 de agosto, pero solo de siete departamentos, excepto Beni y Pando. En ellos, junio, julio y agosto son los meses con más muertes registradas en el Sereci. La suma ya supera 50 mil óbitos.