Al menos son diez comunidades -en Potosí y Oruro- que son parte del esquema delincuencial de autos robados en Chile. Estas localidades cobran para que los vehículos crucen por sus calles y se trasladen a ferias, como la de Challapata

8 de agosto de 2023, 4:00 AM
8 de agosto de 2023, 4:00 AM

Sus calles son casi desiertas. Solo pasan vehículos que llegan de forma ilegal desde Chile. En los pequeños pasos de tierra no hay presencia del Estado. Solo existe el control comunitario. En diez localidades bolivianas que están entre la frontera con Chile y Challapata, hacen cobros para que los automóviles indocumentados y robados en territorio chileno puedan llegar a distintas ferias en Bolivia. Los cobros por vehículo oscilan entre los Bs 10 y 50.

El salar de Coipasa se transformó en una zona roja del contrabando, sobre todo de vehículos robados o indocumentados que llegan desde Iquique. El norte de este salar está dominado por mafias y por esa zona existen al menos diez comunidades que son cómplices de estos delitos.

Según informes de la Policía y de la Fiscalía de Oruro, en estas comunidades se cobran por el paso de los vehículos. “Son grupos criminales que actúan en ambos lados de la frontera para el robo y la internación de vehículos, como el caso del camión encontrado en el municipio de Challapata”, remarcó el fiscal departamental de Oruro, Aldo Morales.

Las comunidades que son investigadas son: Palaya, Chorcasa, Tres Cruces, Lacaya, Castilluma, Villa Esperanza, Santuario de Quillacas, Estancia Condo, Cotaña (México Chico) y Pinavi. En estas localidades existen los cobros para que pasen los vehículos que son introducidos a Bolivia desde Chile por mafias internacionales.

El salar de Coipasa es un lugar inhóspito, pero ahí se hacen grandes negocios, todos ilegales. Es el inicio de las diez rutas ilícitas que van a Challapata. El intercambio de autos chutos por droga en el sur del salar de Coipasa es también parte del negocio. Las mafias se apoderaron de la zona para operar. Según un informe de la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado (Brianco) de la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile, del lado chileno llegan los vehículos robados o indocumentados y del lado boliviano las mafias pagan esos motorizados con cocaína o dinero en efectivo.

Autos robados

Comunidades peligrosas

Layaca y Tres Cruces son los poblados en el lado boliviano donde se reúnen las mafias internacionales. Estas comunidades están en el sur del salar de Coipasa, que pertenece al departamento de Oruro. Los vehículos indocumentados siguen un segundo tramo: llegar a los poblados bolivianos donde los chutos son aceptados. Existen muchas rutas, pero la principal pasa por el municipio de Challapata, en Oruro.

En estas comunidades -Lacaya y Tres Cruces- empiezan los cobros para que pasen los vehículos ilegales. Algunos pobladores instalan trancas y cobran Bs 10, otros exigen el pago de hasta Bs 50. El “chutero” está obligado a pagar, caso contrario, su mercadería no pasa. Y son rutas elementales para llegar a las ferias de diferentes partes del país.

“(Los chuteros) hacen diferentes pagos en varias comunidades. Ellos (los pobladores) se organizan para cobrar, por eso son cómplices de este tipo de delitos. Algunas veces hay controles para que estos motorizados no pasen por estos lugares, pero estas mafias tienen muchos contactos y van por otras vías ilegales, prácticamente inventan rutas por comunidades, a las que dejan un poco de dinero comparable a lo que ganan”, afirmó una fuente de la Policía Boliviana.

En Chile las mafias roban los vehículos en diferentes puntos del vecino país y son llevados a las ciudades ubicadas en el norte chileno para clonar motorizados. Algunos de estos vehículos incluso pasan sin placas. Desde ahí, los automóviles, una mayoría de último modelo y de marcas reconocidas, pasan a suelo boliviano para ser ofrecidos en ferias.

A diferencia de años anteriores -dice el informe del PDI- ahora los automóviles pasan a Bolivia con placas chilenas. Las mafias utilizan esas patentes para que los vehículos robados -también en Chile- puedan tener de alguna manera identidad legal.

Es en el sur del salar de Coipasa donde empieza el negocio. Los motorizados llegan hasta las comunidades de Lacaya y Tres Cruces para la venta de los vehículos. La operación no dura mucho. No hay saludos y solo se realiza las verificaciones del producto. Una camioneta Hilux de Toyota modelo 2022 puede ser cambiada por hasta tres ladrillos de cocaína purificada. Cada ladrillo tiene un kilogramo de la droga y en Bolivia cada kilo puede llegar a costar hasta $us 2.500. Esa misma camioneta puede ser vendida en $us 7.000. Y es con ese precio referencial que llega a las ferias del país. Luego, ese mismo motorizado es vendido en ciudades capitales en $us 14.000.

Trabajo de la PDI

La Policía de Investigación de Chile (PDI) realizó un operativo a inicios de 2023 y logró desarticular una banda criminal internacional que operaba en el norte de ese país. El cuartel de esta mafia era la comuna de Alto Hospicio. En una casa de esta localidad se encontraron ocho vehículos que iban a partir a la frontera con Bolivia. Cuatro de los motorizados estaban clonados, los otros cuatro estaban sin placas. Además, se detuvieron a 11 personas, diez chilenos y un ecuatoriano.

Esa mafia, según la investigación chilena, tienen nexos con bolivianos, quienes esperan en la frontera para contar con esos vehículos robados. De ahí, el cuento tiene una nueva historia. Esas mafias nacionales pasan por las comunidades pagando dinero para llegar, sobre todo, al municipio de Challapata.

Una de esas comunidades es Cotaña, más conocida como México Chico. En este poblado ninguna persona que sea extraña puede ingresar sin autorización. Existe un control estricto de los mismos pobladores que prácticamente conocen a sus más de 3.000 habitantes. Las autoridades de esta población fueron los responsables de un delito con armas de fuego a un camionero chileno. Hasta la fecha siguen libres.