Eulogio Núñez explicó un abanico de posibilidades que ayudan a reducir los estragos ocasionados por la combinación de chaqueos y cambio climático. Remarcó que la mayor parte de la superficie incendiada se produce en pastizales

22 de septiembre de 2024, 21:10 PM
22 de septiembre de 2024, 21:10 PM

"Por primera vez desde 2019 se han intensificado los efectos del cambio climático en nuestro país, principalmente con las sequías, y esas sequías dan las condiciones para los incendios", inició su entrevista en Bolivia TV Eulogio Núñez, director nacional del INRA, sobre la problemática del fuego.

Dijo que el Centro Nacional de Monitoreo, que aglutina a 11 entidades públicas, permite el cruce de información entre el Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA), con todas sus entidades, y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT), que a través del INRA tiene la base de datos del catastro. 

"Nos indicaban que aproximadamente el 60% de las cicatrices de quema son en pastizales o en barbechos, no en monte virgen, y un 40% en vegetación de bosque. Un 40% frente a 60%, de 3,8 millones de hectáreas que ya se identificaron como cicatrices de quema", explicó.

Núñez dijo que esta información se fundamenta en las cicatrices de quema, o áreas que se identifican como los sitios por donde pasó el fuego, según el monitoreo. "No son el parámetro para medir por ejemplo focos de calor, que más bien son una alteración térmica detectada por los sensores satelitales, y y que no necesariamente son quemas", aclaró.

Ante este panorama, Núñez indicó que es muy importante reconocer el contexto mundial de crisis climática y remarcó que esos efectos se han sentido con mucha intensidad en Bolivia desde 2019.

Según él, lo importante para los que tienen la tierra en el área rural, ya sean pequeños, medianos o grandes productores, es transitar hacia lo que se llama la resiliencia al cambio climático. 

Dijo que son nuevas alternativas productivas, y que la gran ventaja es que existen productores pequeños, medianos y grandes, tanto en las macrorregiones del Chaco, Oriente y Amazonía, donde se están sintiendo con más intensidad estos los incendios, que ya están haciendo estas prácticas de manera exitosa.

Entre las alternativas para una producción más sustentable, Núñez dijo que ya está funcionando en la macro o ecorregión del Chaco el sistema silvopastoril, que no necesita desmonte o chaqueo, sino que más bien implica sembrar bajo monte. 

Dijo que otra alternativa para esta macrorregión del Chaco tiene que ver con que combinan, por ejemplo, la producción apícola, de las abejas con aguijón, para la miel, o también la producción con abejas sin aguijón, conocidas como meliponas. 

"Eso sería para en general para lo que sería la macrorregión del Chaco boliviano y también para la Chiquitania, que se adapta muy bien, y que muchos productores ya están utilizando", recomendó.

Una tercera alternativa, explicó, y que principalmente tiene que ver con los medianos y grandes de la agroindustria, para habilitar la tierra con los grandes desmontes mecanizados, es no quemar los cordones muertos, sino dejarlos para, por ejemplo, sacar leña, aprovechar la madera, o esperar que de pronto se vaya descomponiendo la materia vegetal.

Entonces al no quemar eso, viene otra alternativa para el sector agroindustrial, que es transitar de lo que es la labranza con romplow y rastra, dejar limpio el terreno para sembrar, y proceder a la siembra directa, como en otros países. "Por ejemplo, hay producción de soya sin haber quemado el rastrojo, y de sorgo, o puede ser del maíz", expuso.

Por último, otro consejo para los pequeños productores, que hacen lo que llaman los chaqueos, es que en vez de quemar los residuos, vía mecanización habiliten esos terrenos, picando manualmente todos los rastrojos del barbecho.

Para el Oriente y la Amazonía ofreció los sistemas agroforestales, "significa combinar a la producción anual, multianual o plurianual, o sea una mezcla de cultivos, por ejemplo lo que es el chaqueo para producir cacao, café u otros productos no necesitan utilizar el fuego, simplemente esos barbechos habilitan y en suelo sucio van sembrando, o sea esas alternativas ya están funcionando por suerte en Santa Cruz, Beni, Pando, norte de La Paz, también en Cochabamba y en el Chaco", aseguró.

Núñez además recordó que hay productos de alto valor económico nutritivo como el asaí, que no necesita fuego, también la castaña, el cacao, el plátano, el café, el majo, "son parte de estos sistemas agroforestales que de pronto pues no utilizan fuego, y que están teniendo un potencial productivo muy alto".

Pastizales
Finalmente, insistió en que de los 3,8 millones de ha afectadas, se quemaron pastizales principalmente en la Chiquitanía de Santa Cruz y en las pampas o las sabanas del Beni, "son propiedades medianas y grandes. Fíjense, queman los pastos, los han quemado siempre de mucho tiempo atrás; cuando no había el efecto del cambio climático eso se podía controlar", dijo.

El ejecutivo del INRA insistió que este contexto mundial de crisis ambiental, con los efectos ya se sienten en el país, con inundaciones, sequías, cambio en el calendario agrícola, etc., obligan a buscar nuevas alternativas para la producción.