Rompe el silencio. Cuando era director de la FELCC ocurrió la detención de Patricia Hermosa, se lo acusó por la desaparición de la libreta de servicio militar de Evo Morales

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3 de enero de 2022, 8:51 AM
3 de enero de 2022, 8:51 AM

Iván Rojas, excoronel de Policía, fue dado de baja. Salió de Bolivia y tiene diez procesos penales. Solicitó refugio fuera del país. El exjefe de la Policía alteña y de la Felcc durante la gestión de Jeanine Áñez cuenta cómo es su vida. Dice que llegó el momento de hablar. Se lo acusa de la desaparición de la libreta del servicio militar de Evo Morales. También investigó una relación que el expresidente supuestamente tuvo con una menor.

- ¿Podemos saber dónde está?

¿Decirle dónde estoy? Me encuentro fuera del país. Salí a fines del año 2020 a consecuencia de la serie de amenazas que se profirieron en contra mía y de mi familia.

Las amenazas que se vertieron en forma pública en contra de los miembros de mi familia y especialmente de mi persona, a pesar de haber estado desempeñando en ese momento como director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc).

Se han ido detectando una serie de movimientos sospechosos alrededor de las actividades que realizaba mi familia e incluso de las que realizaba yo en el cumplimiento de mi función. Entonces, todos aquellos aspectos obligaron a que tomemos una decisión extrema de salir del país conjuntamente con mi familia.

- ¿Cómo fue su salida?

Nosotros hemos llegado hasta un punto de ingreso hacia otro país. Nos identificamos y detallamos cuál era el objetivo que perseguía ese momento. Pedimos el refugio político por la persecución judicial y una serie de amenazas en contra de la integridad de mi familia y mi persona.

- ¿Cuál es su status actual?

En este momento me encuentro con la solicitud de refugio político. Estamos nosotros en un lugar donde tenemos visa temporal tras la solicitud de asilo político.

- ¿Está con toda su familia?

Estoy con mi familia en este momento. Lamentablemente a consecuencia de estos hechos mi hija, que por entonces tenía 17 años, no puede desarrollar actividades como cualquier adolescente de su edad. Tiene que pasar clases vía internet, acá también las actividades tenemos que cumplirlas bajo ciertos protocolos que hemos establecido en la familia para precautelar nuestra seguridad.

- ¿Qué es lo que usted hace ahora para sobrevivir?

Voy a hacer mía una frase de mi madre que en paz descanse, que me dijo alguna vez: ‘Hijo, tienes dos manos, tienes diez dedos, sabes pensar y tienes que tener siempre presente que el trabajo no denigra a la persona, al contrario, dignifica. Cualquier trabajo honrado bien realizado te va a dar por lo menos para subsistir’.

Mi esposa realiza repostería boliviana y a Dios gracias pudo empezar trabajar dos días a la semana en una empresa de delivery.

Yo trabajo con Uber, haciendo entregas y últimamente he podido acceder a  una cadena de supermercados, lo que me da cierta estabilidad en cuanto al trabajo semanal haciendo entregas.

Anecdótico y triste, empezamos haciendo las entregas en bicicleta. En este momento hacemos las entregas en un vehículo que nos permite incrementar la cantidad de entregas, lo que nos da para poder subsistir, tener para cubrir nuestro techo, nuestra alimentación y a Dios gracias pensar en el cuidado de la salud que acá tenemos como beneficio del trabajo que cumplimos.

- ¿Y no se le abrieron otras opciones de trabajo?

Tengo tres licenciaturas en ciencias policiales, en Derecho, en Ciencias de Administración Superior de seguridad pública. Tengo cuatro maestrías. Alrededor de unos 30 a 40 diplomados, he sido docente durante más de 20 años en la Universidad Policial, docente e instructor de los programas de capacitación para servidores públicos del Ministerio público.

- ¿Y no se pudo abrir puertas?

Es que tengo una muerte civil porque no hay una empresa que quiera contar con una persona, que, a pesar de su currículum, tiene en este momento diez procesos penales en Bolivia, 12 procesos administrativos, creo que ya voy por la cuarta o quinta baja de la institución a la que he servido durante 30 años de manera ininterrumpida. Es como que cinco veces tuviera que pagar la misma pena. Soy un caso digno de estudio por la cantidad de bajas que hay en mi contra.

- ¿En 2019 hubo un golpe de Estado? ¿Qué opina usted?

Cómo servidor público policial llamado a cumplir como establece la ley la misión fundamental de la Policía Boliviana, que es la defensa de la sociedad, de protegerla de la serie de actos que se estaban cometiendo en contra de la propiedad pública privada y la integridad de las personas, ese fue el trabajo que hicimos. Entonces será la investigación de estos hechos que determinará cuál ha sido la verdadera historia de lo ocurrido.

- ¿La Policía tenía la intención de derrocar a Evo Morales?

En 2019 desempeñaba la función de subcomandante departamental de Policía de Chuquisaca. El 6 de noviembre, por problemas de salud me dieron una baja médica por siete días en el Hospital Obrero de Sucre. Entonces me trasladé a La Paz, porque estaba con un inmovilizador en el cuello a raíz de una contractura seria que tenía.

Me dan de baja porque habría liderado un motín policial en Chuquisaca y nuevamente reitero que todo lo que yo hablo tiene respaldo documental. La baja médica físicamente se encuentra en un lugar seguro en Bolivia, digitalmente tengo la baja médica a la que hago referencia en este momento y se la puedo pasar (lo hizo). Esa prueba muestra la manera abusiva e injusta en la que muchos de los procesos disciplinarios se iniciaron en mi contra. No estuve en Sucre el día sábado 9 de noviembre, que es cuando la Policía cierra las puertas y se repliega para no cumplir los servicios. El 10 de noviembre (fecha de la renuncia de Evo Morales) yo me encontraba en La Paz.

- ¿Cuál fue su rol en la zona sur de La Paz  cuando Morales renunció, y 11 de noviembre cuando sectores afines al MAS generaron violencia?

Al tener conocimiento de los hechos, encontrándome con baja médica y al escuchar a través de los medios que la Policía era rebasada y se producían las quemas de los buses PumaKatari,  de las casas de Waldo Albarracín y Casimira Lema, el saqueo de las farmacias, el intento de ingresar a un supermercado de  Cota Cota y el intento de tomar las zonas de Calacoto y San Miguel, como policía y, a pesar de encontrarme en ese momento con baja médica, me comuniqué con el comandante departamental y el Inspector General, indicando que me encontraba en la ciudad y me ponía a disposición de ellos para ver en qué podía apoyar ese momento.

La doctrina nos enseña aquello, que en casos de emergencia el uniforme te obliga a ponerte a disposición de manera inmediata donde uno se encuentre con la finalidad de cumplir alguna labor de apoyo a las unidades policiales.

Yo estuve en el comando general de la zona Sur apoyando el trabajo que realizaba el personal, de precautelar lo poco que quedaba de las unidades policiales y realizar alguna acción en defensa de la sociedad.


- ¿En alguna medida usted participó en los hechos de Senkata?

Como oficial de policía, por entonces, soy el único que conoce y estuvo en la parte operativa y posteriormente en la parte investigativa de los hechos.

- ¿Qué es lo que pasó ese día? ¿Qué es lo que no se ha dicho sobre lo ocurrido en Senkata?

Ese día del operativo estaba a cargo el entonces coronel Claudio Espinoza Luna, Subcomandante Departamental y Subcomandante General de la Policía Boliviana. Se encontraba el Director Nacional de Planeamiento y Operaciones, coronel José Barrenechea Zambrana, el Director Nacional Administrativo, coronel Rubén Pastor Jemio y el comandante departamental, coronel William Cordero Alborta.

Esta es la secuencia de la cadena de mando ese día y recién integra esta cadena de mando el coronel Iván Rojas como comandante regional. Vale decir que quien asume la responsabilidad de todo este operativo era el coronel Claudio Espinoza.

- ¿Dónde se encontraba ese día?

Se hizo el trabajo de, primeramente, tener al personal policial en situación de apronte en el comando regional, en la EPI Ciudad Satélite (El Alto), y de ahí nos trasladamos hasta el cuartel Ingavi, desde donde salimos en caravana hacia la planta de YPFB, donde ocurrieron los hechos.

- ¿Qué pasó en ese operativo?

El proceso investigativo del caso Senkata se está llevando a cabo en este momento, emitir en este momento alguna opinión puede entorpecer esa investigación. Como oficial de policía que cumplía funciones soy el único que estuvo en la parte operativa e investigativa.


- ¿Usted tiene la libreta de Evo Morales secuestrada a Patricia Hermosa?

Creo que eso habría que dejarlo para un capítulo aparte, porque en este caso tendría que mostrarle la documentación respecto a lo que se hizo durante ese día en el operativo, quiénes participaron y quién es el que gestionó esa orden de aprehensión, que no he sido yo.

- ¿Quién fue?

El teniente coronel Luis Fernando Guarachi gestionó la orden de aprehensión contra Patricia Hermosa y quienes firman, si mal no recuerdo, son el fiscal Rea y el fiscal Rudy Terrazas.

- ¿Se la retuvo sin motivo?

Desconozco, no se olvide que eso fue a fines de enero, yo me había hecho cargo de la Felcc el mes de diciembre y yo no la conocía a la señora (Hermosa).

- ¿La libreta de Evo Morales era solo una copia?, ¿quedó en manos del Ministro de Gobierno? ¿Qué pasó con la Libreta?

Yo nunca tuve ese documento en mis manos y no lo conozco.

- ¿Qué le dice al Gobierno?

No he cambiado de teléfono celular, el número de WhatsApp sigue siendo el mismo. Me pongo a disposición para demostrar y decir que creo que llegó el momento de tener que hablar y mostrar los respaldos de los casos que me acusan.

- ¿Y por qué no regresa al país?

¿Quién garantiza mi seguridad? Estoy amenazado de muerte por River Cobarrubias (quien habría facilitado la salida del país de una menor con la que supuestamente Evo Morales tuvo una relación). Él me gritó que no sería general y no lo soy. Cumplió. No tengo garantías.