El gobierno de Sebastián Piñera dictó estado de excepción en el norte chileno y aprobó la reglamentación de la ley migratoria. Hay caos en Pisiga y Colchane. Los transportistas piden seguridad en las carreteras luego de la muerte de un chofer

15 de febrero de 2022, 7:40 AM
15 de febrero de 2022, 7:40 AM

Las puertas de una vida mejor se cerraron en la frontera Bolivia-Chile para los migrantes venezolanos. De rodillas, los extranjeros piden ingresar a suelo chileno y se topan con un obstáculo: los carabineros del vecino país. En Chile se puso en marcha la nueva ley de migraciones y, además, el gobierno de Sebastián Piñera aprobó el estado de excepción al norte chileno, lo que sella definitivamente el candado de entrada para los venezolanos.

Piñera decidió ejecutar el estado de excepción en las zonas fronterizas. Esta medida, que permite el despliegue de las Fuerzas Armadas, se ejecuta en cuatro provincias chilenas: Tamarugal, El Loa, Arica y Parinacota. Todas en la frontera con Bolivia y Perú.

Además, el gobierno de Piñera puso en marcha la ley migratoria, que fue promulgada en 2011, con la aprobación de la reglamentación de la norma. Esta ley restringe la llegada de migrantes a territorio del vecino país.

Ante esas determinaciones, el caos se apoderó en el paso fronterizo Pisiga-Colchane. En ese punto los migrantes venezolanos piden de rodillas a los carabineros chilenos poder ingresar a su territorio. El ingreso se paralizó tras la aprobación del reglamento de la ley migratoria y la ejecución del estado de excepción.

Andrea Durán Rodríguez y su familia están varados en la frontera entre Bolivia y Chile. La venezolana reprochó las decisiones que adoptó el gobierno chileno contra la migración. La extranjera relató que luego de hacerse una prueba Covid-19 y algunos trámites, fue devuelta, junto a su familia, a suelo boliviano por el estado de excepción y la ley migratoria.

“Ya hicimos la denuncia y no nos dieron ningún comprobante. La única respuesta (que nos dan las autoridades chilenas) esque busquemos qué hacer porque no hay una solución para nosotros. Esto es una desgracia”, relató Durán.

Las medidas que asumió el gobierno chileno se tomaron tras dos jornadas de paros y movilizaciones de camioneros bolivianos y chilenos que exigían más seguridad en las carreteras y el freno de la migración por pasos clandestinos tras la muerte, el pasado jueves, de un transportista durante una presunta confrontación con un grupo de extranjeros.

Actos delictivos

Los migrantes venezolanos aseguran que son pocos sus compatriotas que cometen actos delictivos y que la mayoría de ellos buscan una vida mejor tras pasar por diferentes países. Uno de ellos, que se encontraba en suelo chileno, dijo que las autoridades chilenas le dijeron que debe retornar a Bolivia por las medidas que asumió el gobierno de Piñera.

Además, dijo que su meta era llegar a Iquique, pero también tropezó con el precio que pusieron los transportistas para llevarlos desde Colchane a Iquique: 500 bolivianos el pasaje, lo que antes costaba no más de Bs 150.

“Estuve cuatro años en Perú con mi familia y luego pasamos unos pocos meses a Bolivia. Ahora queremos ingresar a Chile, llegar a Iquique, y no nos dejan por las medidas que se asumieron. Nosotros no podemos pagar por los delincuentes que operan en estas zonas. Nosotros solo queremos una mejor vida para nuestros hijos”, relató el venezolano.

Según videos emitidos desde la zona fronteriza, los carabineros chilenos abren y cierran las puertas del paso legal solo para que vehículos -de todo tipo- puedan ingresar. Los oficiales no dejan que los venezolanos ingresen a pie. En frente de una puerta de malla metálica varios migrantes se arrodillaron pidiendo la entrada. No los dejaron y el caso y la incertidumbre se adueñó del punto fronterizo, que está ubicado en pleno desierto y que por las noches el frío intenso es otra batalla con la que luchan los venezolanos que quieren llegar a Chile.

El caos también se apoderó del campamento temporal dispuesto por el gobierno de Chile para atender a los migrantes que logran llegar a Colchane. Este espacio terminó colapsado tras los paros de transportistas que impidieron el traslado de personas hacia refugios de larga estadía.

Desde la comuna chilena de Colchane se informó que el colapso en el refugio generó que 60 personas se intoxicaron, quienes debieron ser atendidas por la administración local “con recursos municipales, que por cierto son escasos”, relató el alcalde de Colchane, Javier García.

“Una vez más la improvisación del gobierno (de Chile) perjudica a los pobladores de Colchane, toda vez que en esta oportunidad migrantes no pueden ingresar a Bolivia porque este país no los acoge una vez cruzada la frontera hacia Chile. Y, por otro lado, también existe confusión y falta de orientación respecto de la aplicación de la nueva ley migratoria de las autoridades que deben aplicarla”, reprochó García.

Oruro se convirtió en una ciudad estratégica para los migrantes venezolanos, que antes ya habían pasado por otras capitales del país realizando diversos oficios, pero una mayoría pidiendo limosna. De la capital orureña salen a Pisiga, donde esperan para cruzar la frontera a Colchane. toman vías ilegales para no realizar trámites migratorios, pero algunos, que cuentan incluso con pruebas PCR, son devueltos a Bolivia.

Esa acción obligó a que los migrantes venezolanos adopten otras vías para llegar a Chile. Usan pasos clandestinos y están sujetos a lo que la naturaleza les presente. En ese afán, muchos murieron en su deseo de buscar una vida mejor. El caso más llamativo fue el deceso de una bebé de seis meses que era transportada por su madre, pero por las bajas temperaturas falleció.

También se vieron imágenes alarmantes. El cuerpo sin vida de una mujer venezolana de rodillas orando en pleno desierto. La señora quería llegar a Chile y por los factores climatológicos no pudo.

La Defensoría del Pueblo de Bolivia concluyó que los migrantes venezolanos están en una “situación de vulnerabilidad muy grande” por las formas de sustento a las que tienen que recurrir, desde la mendicidad hasta trabajos de baja reputación. La misma percepción tiene la Defensoría del Pueblo de Chile.

Ayer, el tráfico de vehículos pesados volvió a la normalidad en la mayor parte del norte de Chile, excepto en la región de Tarapacá, donde continuaron las manifestaciones y el bloque parcial de rutas. Esas medidas obligaron a que el aeropuerto de Iquique suspendiera la mayor parte de sus vuelos.

Los transportistas -que en su mayoría son bolivianos- se quejan del aumento de la inseguridad en las rutas del norte chileno que vinculan con la migración irregular que se registra en esas zonas. El pasado jueves un chofer falleció tras un enfrentamiento con venezolanos, quienes lanzaron piedras al camión porque el conductor no quiso llevarlos. Por este hecho, hay tres migrantes detenidos.

Los venezolanos que buscan una mejor vida no quieren que se los catalogue como delincuentes. Caminan por las carreteras alzando a sus hijos sin la seguridad de llegar sanos a su destino.