Si Mesa u Ortiz se bajan, sus votos se van en mayor proporción al MAS que al proyecto opositor sobreviviente. La gente quería unidad opositora

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11 de octubre de 2019, 3:00 AM
11 de octubre de 2019, 3:00 AM

Pablo Ortiz

En política, lo que parece un bálsamo puede ser un veneno. Los candidatos de oposición deben tener cuidado con sus estrategias de ‘bajar’ al contrario porque puede beneficiar a Evo Morales. 

Así lo refleja la encuesta de CiesMori para EL DEBER (2.414 casos, 2% de margen de error), que al consultar al ciudadano qué pasaría si Carlos Mesa u Óscar Ortiz dejaron de lado sus candidaturas. En ambos casos, sus votos se irían en mayor porcentaje a Evo Morales y no así al candidato opositor que quedaría ‘con vida’.

El votante de oposición no quiere una guerra entre contrincantes de Evo Morales, sino la unidad de los principales candidatos. Así lo refleja otra de las preguntas del estudio, que refleja que una alianza entre Mesa y Ortiz hubiera acercado la segunda vuelta, con un 42,5%. Eso sí, la polarización también acerca a Morales a la victoria por mayoría absoluta.

Resistencia a Mesa

El votante de Óscar Ortiz tiene cierto rechazo a Carlos Mesa. Según el estudio de CiesMori, si el cruceño desiste de su postulación, el 35,7% de sus votos migran hacia Evo Morales y un 24,1% se iría a Mesa. Chi tambien pescaría en la hipotética bajada, un 9,9%.

Para Vladimir Peña, vocero de campaña de Óscar Ortiz, hay más cosas que separan que las que unen a las candidaturas de Bolivia Dice No y Comunidad Ciudadana. Para él, cada mes apareció “un escándalo de corrupción” que no supo ser aclarado por Mesa, “desde los $us 10 millones de presupuesto de su campaña hasta los $us 100.000 que recibía de gastos reservados cuando fue vicepresidente o los 1,2 millones que cobró para ser candidato”, enumeró.

“Esa es la diferencia sustancial entre Mesa y Ortiz. Hay una línea roja de corrupción y Mesa lo ha pasado”, sintetizó. Solo en Santa Cruz la migración de votos de Ortiz favorecía, por muy poco margen, a Mesa sobre Morales.

Ortiz, solo en Santa Cruz

Cuando la hipotética bajada toca la vereda de Carlos Mesa, la situación es muy similar: el 33,9% de sus electores votarían por Evo Morales. Otro tercio se reparte entre Ortiz (23%) y Chi Hyun Chung (11,1%), mientras que el otro tercio se dispersa entre el resto de los postulantes y el voto blanco y nulo.

Nuevamente, Santa Cruz es el departamento en el que el trasvase opositor sería más efectivo. Aquí, el 42,3% de la intención de voto de Mesa se transfiere a Ortiz, lo que podría indicar más el carácter opositor de la región que una afinidad entre ambos postulantes.

Desde las negociaciones frustradas entre Carlos Mesa y Demócratas, el candidato de Comunidad Ciudadana ha dado muestras de dudar de la efectividad de una alianza. 

En la entrevista con EL DEBER, Mesa dijo que también él podría esgrimir argumentos que justificaban la decisión de no llegar a un acuerdo. De hecho, algunos de los hombres más cercanos a Mesa eran aliados iniciales de Samuel Doria Medina en la elección de 2014, pero se alejaron del empresario cuando pactó con Rubén Costas.

En los últimos días, Mesa busca una ‘alianza’ con los votantes de Óscar Ortiz, pero no con el postulante cruceño. En uno de sus spots, admite algunas afinidades programáticas, sobre todo en el tema salud, Les dice que el candidato del MAS podría ganar en primera vuelta con ‘solo’ el 40% de los votos y finalmente, les pide el voto: “Aún estamos a tiempo de unirnos los que no queremos cinco años más del MAS”.

Este tipo de estrategia ha sido recurrente en las tres elecciones antes ganadas por Evo Morales. En 2006 y 2010, Tuto Quiroga y Manfred Reyes Villa le suplicaron a Samuel Doria Medina que dejara su candidatura para competir en mejores condiciones contra el MAS. 

No lograron su objetivo, pero la polarización dejó al jefe de UN por debajo del 10%. La situación de invirtió en 2014, cuando era Doria Medina el que pedía a Quiroga que desistiera, con idénticos resultados. Ahora, según la última encuesta, Ortiz cambió su tendencia al alza y su intención de votos bajó cuatro puntos. Sin embargo, Peña no ve que esto beneficie a Mesa, sino a Chi.

Unidos mejoran

Una alianza formal hubiera permitido a Mesa o a Ortiz competir en mejores condiciones contra Evo Morales. Según el estudio de opinión el 42,5% votaría, pero su resistencia sería igual alta: 50,9%, que se cimienta sobre todo en los nichos de votación que el MAS mantiene firme: La Paz, Oruro, Cochabamba y Pando. En realidad, el pedido de unidad opositora vuelve a dibujar la vieja medialuna. Es más fuerte en Santa Cruz (57,2%), Beni (54%) y Tarija (57,1%).

Para José Orlando Peralta, politólogo, las encuestas muestran que la población quiere ver juntos a los principales candidatos de oposición, compartiendo un proyecto político, no que uno baje al otro. “Esto podría darse en la segunda vuelta”, dice Peralta, que advierte que Mesa podría estar una situación crítica si no consigue el respaldo de Ortiz en una hipotética segunda vuelta.

Explica que hoy es casi imposible que Ortiz se baje de su candidatura, porque resignaría mucha bancada plurinominal y uninominal, además de dos posibles senadores en Santa Cruz y Beni. “Si hay segunda vuelta, con su bancada asegurada, podría pasar otra cosa”, acotó.

Estructura del voto

Otro dato que deja la última encuesta de intención de voto son las fortalezas y debilidades de los principales candidatos.

Por ejemplo, de Evo Morales muestra que sus votantes siguen siendo los que lo llevaron al poder, las clases populares, mayoritariamente de áreas periurbanas de las ciudades (las ciudades que forman las tres áreas metropolitanas del eje) y rural, pero ha perdido el voto clasemediero que lo hacía superar el umbral del 50%. Por el lado de Mesa, se muestra como heredero de ese voto urbano de clase media y profesional, pero su desempeño cae en picada en el área rural.

Por el lado de Óscar Ortiz, su voto es urbano y de jóvenes que no han alcanzado la profesionalización. En lo que respecta a los indecisos, el porcentaje es mayor en las zonas donde la intención de voto de Morales es más fuerte (de ciudades intermedias al campo). Lo mismo sucede en cuanto a los grupos etarios. Los indecisos se concentran entre los mayores de 36 años y de baja instrucción, un segmento que, según la encuesta, es más permeable a Morales que a Mesa.

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