El arzobispo de Santa Cruz recordó que debemos ser solidarios con las personas que sufren por el Covid-19, la pobreza y la marginación

4 de abril de 2021, 10:58 AM
4 de abril de 2021, 10:58 AM

Durante la Homilía de la Pascua de Resurrección, el monseñor Sergio Gualberti, Azobispo de Santa Cruz, hizo el llamado para que seamos testigos de Jesús resucitado y a anunciar la Buena Noticia, que ha cambiado para siempre la historia de la humanidad.

El religioso señaló que el resucitado nos llama a ser operadores de la paz y la reconciliación, allí donde hay víctimas de la violencia, de la injusticia, de las divisiones y de los enfrentamientos y en todos los ámbitos donde hay dolor y exclusión.

Gualberti recordó que es necesario ser operadores de paz, siendo solidarios con las personas que sufren en carne propia las consecuencias de la pandemia del Covid-19 y con los que sufren la pobreza y la marginación.

“Ser operadores de paz promoviendo la sacralidad de la vida y de la dignidad de toda persona, como el principio conductor para construir una sociedad en paz y de paz”, reflexionó Gualberti.

El arzobispo señaló que tenemos la misión de" ser testigos del cielo nuevo y la tierra nueva" a tiempo de remarcar que Jesús resucitado trae esperanza, "en este mundo sediento de verdad y de alguien en quien confiar".

“La esperanza del resucitado, que está en nuestro corazón, nos preserva del egoísmo, nos conduce a ser sus testigos en nuestra sociedad distraída, despreocupada de Dios y a menudo hostil”, dijo el monseñor.

También explicó que este domingo los cristianos celebran que Cristo vive y que el pecado y la muerte ya no tienen dominio sobre el mundo, aunque sus consecuencias siguen presentes en nuestra historia personal y en la de la humanidad, lo que nos puede causar desconcierto y desesperanza.

Gualberti precisó que la Resurrección de Jesús es creída y vivida por la primera comunidad cristiana como la verdad central de su fe, transmitida también como legado fundamental para las siguientes generaciones.

“Como discípulos de Jesús, tenemos la misión de ser testigos del cielo nuevo y la tierra nueva en el Resucitado, donde no hay ni luto ni lágrima, ni muerte ni tristeza, porque Dios será todo en todos”, sostuvo el Monseñor.