A un joven alteño le detectaron cáncer terminal en Brasil y decidió regresar a Bolivia para vivir sus últimos días junto a su familia. También un adolescente deambula solo en Perú. La Cancillería realizó los trámites de repatriación

8 de mayo de 2023, 7:38 AM
8 de mayo de 2023, 7:38 AM

Néstor Nina Zarate decidió morir en Bolivia. Néstor, con 35 años de edad, tenía un futuro brillante. Es matemático y en Brasil logró terminar una maestría y el cáncer le truncó la posibilidad de terminar un doctorado. Además, esta enfermedad también le arrebató el sueño de seguir con la docencia en la Universidad Federal de Minas Gerais.

El 23 de marzo de este año fue internado en un hospital de Río de Janeiro, pero los dolores estomacales ya avisaban en septiembre de 2022 que algo no estaba bien. Le detectaron cáncer terminal en el estómago. Estaba internado en el nosocomio y ahí recibió la noticia: su enfermedad no tenía solución. Con esa noticia él solo quería vivir sus últimos días en su tierra. A las 16:54 del 28 de abril aterrizó en la ciudad de El Alto. Salió del aeropuerto en camilla, sin fuerza y con una sonrisa que intentaba opacar el dolor que siente por dentro.

Néstor estaba con su familia. Lo abrazaban. Lloraban junto a él. El destino ya tiene su camino y la resignación todavía es difícil asumirla en sus allegados. Su mamá, Bonifacia Zarate, no paraba de llorar. Veía a su hijo sin fuerzas y solo le apretaba la mano. Ella, a inicios de 2022, ya sospechaba que Néstor tenía una enfermedad.

Cuando su hijo llegó de vacaciones a El Alto, ciudad donde nació, doña Bonifacia lo veía flaco y algo inestable. Le dijo que estaba enfermo, que se haga revisar con un médico. Néstor le respondió que estaba bien, que solo no tenía apetito y dejaba de comer.

“Llegó el año pasado. Flaquito siempre ha llegado, le dijimos: ¿no estás mal hijo?, ‘no mamá, me he hecho revisar de todo, solo que es la comida, no puedo comer mucho’, me decía. ‘Se me hinchaba el estómago, he rebajado de comer y trasboco (vómitos) tenía’”, relató la madre del joven.

El 23 de marzo les llegó la triste noticia. El tutor de Néstor llevó a su candidato al doctorado al hospital. Desde ahí se contactó con la familia y les dijo que Néstor tenía dolores muy fuertes en el estómago. Pocos días después la noticia del cáncer terminó con la ilusión de los allegados. Y lo peor, es que les dijeron que ese cáncer es terminal y que no hay nada que hacer desde el ámbito clínico.

Rosemary Nina Zárate es la hermana de Néstor. Ella no puede creer que su hermano esté pasando por esta dolencia. Lo recuerda como un joven atlético y estudioso. “El año pasado llegó (a Bolivia) más delgado de lo habitual, más desganado y nosotros pensábamos que era por el estrés de su tesis que estaba defendiendo. De ese modo le dijimos cómo estaba y nos dijo que sí estaba comiendo, pero cuando comía sólidos se le hinchaba el estómago y me imaginé que solo era un malestar por lo que estaba pasando en ese momento”, lamentó Rosemary.

De enero a abril

En el primer cuatrimestre de 2023, el Ministerio de Relaciones Exteriores gestionó la repatriación de 102 connacionales en situación de vulnerabilidad, cumpliendo la labor para la asistencia y protección consular de la comunidad boliviana en el exterior. Néstor fue parte de este beneficio.

La viceministra de Gestión Institucional y Consular, Eva Chuquimia, explicó que uno de los servicios que brinda el Ministerio de Relaciones Exteriores es lograr la repatriación de compatriotas en situación de vulnerabilidad, víctimas de trata y tráfico y también el retorno de los restos mortales de quienes han fallecido y cuyas familias no cuentan con los recursos económicos necesarios para devolverlos al país.

“Donde ocurra un incidente que afecte a la ciudadanía boliviana en el exterior, el Ministerio de Relaciones Exteriores presta auxilio y brinda asistencia legal y logística mediante la gestión consular; ese es el principal mandato que tenemos: resguardar la integridad y cuidar del cumplimiento de sus derechos y así evitar cualquier injusticia o arbitrariedad que atente contra ellos”, destacó Chuquimia.

Néstor ahora está internado en un centro de salud oncológico de la ciudad de La Paz y ahí pasará unos días de observación para ver si pueden llevarlo a su casa. Por el momento, sus familiares lo abrazan, le dan mucho cariño y tratan de no verse afectados para darle fuerzas a Néstor.

“El paciente (Néstor) llegó con atención especializada, fue trasladado a un centro de salud oncológico, porque necesitamos una constancia de su estado de salud, que esté estable; si está estable se lo va a mantener por un periodo de observación”, explicó Saúl Calderón, secretario de Salud de la Alcaldía de El Alto.

Solo en Perú

Un adolescente boliviano de 14 años, que permanecía en situación de vulnerabilidad en Perú, también fue repatriado. El muchacho deambulaba solo por las calles de Ilo. Lo atendió el consulado boliviano en esa ciudad, que coordinó desde mayo de 2022 con las autoridades peruanas de la Comisaría Seccional de la Pampa Inalámbrica para su traslado a un centro de acogida en Moquegua.

El adolescente es oriundo de la provincia Sud Yungas, en La Paz. Junto a la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia del gobierno municipal de La Paz, se verificó la situación familiar del menor. Además, se gestionó su ingreso a un centro de acogida.

Este es el primer caso de una repatriación de un menor de edad sin la compañía de sus padres, según explicó la viceministra Chuquimia, quien añadió que el joven retomará sus labores escolares y recibirá formación profesional técnica en computación, serigrafía y panadería.

En este primer trimestre también se gestionó la repatriación de bolivianos que quedaron en situación de vulnerabilidad debido al terremoto en Turquía, cuando se logró rescatar y repatriar a diez connacionales. También durante los conflictos sociales en Perú se logró repatriar a siete bolivianos. Mientras que, en los casos de trata y tráfico de personas, en el primer trimestre de este 2023 se logró la asistencia y repatriación de seis connacionales.

Uno de los casos por el terremoto en Turquía es de la familia Escobar Santos. Una adulta mayor de 61 años y sus dos nietas de diez y cuatro años fueron repatriadas.

Ellas se encontraban en Estambul, Turquía, en alto riesgo de vulnerabilidad debido del sismo de 7,8 grados que afectó a este país el 6 de febrero pasado. Ahora están con atención en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.