Según un estudio con 818 encuestas se pudo dibujar un perfil que da cuenta que el 41% de estas emprendedoras tiene personas dependientes bajo su cuidado, que pueden ser niños menores o adultos mayores. Un 30% se los lleva consigo al trabajo

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25 de mayo de 2024, 7:00 AM
25 de mayo de 2024, 7:00 AM

Annet (37) es auditora con diplomado en el área tributaria, y trabajaba en el Servicio de Impuestos Nacionales. Cuando trajo al mundo a su primer hijo (ahora tiene dos) decidió que dejaría su faceta profesional de lado para dedicarse íntegramente al rol materno. Pero inquieta como es, trabaja más de lo que dicta un horario laboral normal, encargándose ella sola del negocio que ha puesto en torno a la miel desde hace dos años.

Su esposo es abogado independiente y hace su parte, cuidando a los niños si a ella le toca asistir a una feria productiva a ofrecer sus productos, o si se necesitan manos para envasar o poner las etiquetas a los frascos.

Su primera y única presentación en la Feria Exposición de Santa Cruz la llenó de ilusiones y expectativas, pero estas se cayeron cada vez que alguien comparaba y le decía que podía comprar una mermelada por la mitad del precio que ella cobra.

"Con emoción empezamos a tratar de comercializar la miel con otros subproductos como las Mielmeladas (mermelada que en lugar de azúcar lleva miel) o las cremadas (miel cristalizada batida y mezclada con harina de cacao o de cupesí). Pero el rechazo de los que dicen que es muy caro fue tremendo". Ahora Annet prefiere las ferias pequeñas que se hacen en los malls, donde la gente entiende que el producto es sano, que vale la pena, y paga sin protestar. 

Ella comprende que se trata de adversidades que forman parte de la vida laboral independiente por la que optó y a pesar de los sinsabores, está empeñada en seguir abriéndose camino, y celebra poder seguir generando ingresos y estar más cerca de sus hijos que cuando iba a una oficina, porque todo el negocio lo lleva adelante en casa y hace las entregas de sus productos por delivery. 

El estudio Inclusión Financiera con Enfoque de Género de ONU Mujeres Bolivia, 2021, dice que en Bolivia, el 95% de las empresas son micro, pequeñas y medianas (MiPyMe) y el 70% de ellas son lideradas por mujeres, pero la mayoría se mueven en la economía informal. 

Dedicarse a una actividad independiente o crear una microempresa es lo primero a lo que recurren las bolivianas, la idea es obtener ingresos que les permitan asegurar su subsistencia y casi siempre, la de sus hijos.

Como es el caso de Lourdes Valeriano, quien hace ocho años, todos los jueves y domingos, atiende su puesto de comida en la Feria 16 de Julio de la ciudad de El Alto. "A raíz de una separación, he quedado a cargo de cuatro hijos”, confesó. Los jueves vende una sopa con cuatro opciones de segundo. Los domingos, platos especiales. La oferta es económica, los platillos oscilan entre Bs 10 a Bs 25. 

Con su trabajo, que es arduo y sacrificado, ha podido sacar adelante a sus hijos, así relató a EL DEBER cuando concursaba en el Emprende Ideas, en el que obtuvo el octavo puesto, ganando el premio de Bs 4.000.

Según la Encuesta Continua del Empleo del Instituto Nacional de Estadísticas de Bolivia (2015 – 2022), se evidencia que la concentración de la actividad laboral de las mujeres se dirige más que nada al sector de servicios y ventas.

En un segundo estudio del perfil de la mujer emprendedora liderado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Bolivia y el Instituto de la Mujer y Empresa (IME) de la Universidad Privada Franz Tamayo, se abordó la realidad que enfrentan las mujeres bolivianas que aportan al desarrollo del país desde la economía informal. 

Para tal efecto se realizaron 818 encuestas en el eje central (Santa Cruz, La Paz y Cochabamba), más El Alto. 

A continuación desgranamos algunos puntos del estudio que apuntan a dibujar el perfil de nuestras emprendedoras:

Emprendedora boliviana 2024

¿CÓMO ES EL PERFIL DE LA EMPRENDEDORA BOLIVIANA?

Si bien el estudio termina dando más de un perfil de las emprendedoras bolivianas según sus competencias digitales, nivel de bancarización, según su actitud, tipo de negocio, la formalidad de este y el nivel de instrucción. En líneas generales son adultas de entre 29 y 59 años, la mitad (51%) está en una relación estable, ya sea casada o en unión libre. Una gran mayoría (41%) tiene personas dependientes bajo su cuidado, ya sean hijos menores, abuelitos o personas con alguna capacidad diferente. 

Se puede decir que las mujeres cumplen una doble jornada laboral, pues además de su emprendimiento, recae sobre ellas gran parte del trabajo doméstico y las labores de cuidado de los hijos u otros dependientes. Su
jornada es más larga cuando sus hijas e hijos son pequeños. 

Reciben apoyo en las labores domésticas y de cuidado infantil de sus familiares, mayormente de otras mujeres y, excepcionalmente, de la pareja. 

Cuando van a trabajar dejan a los niños con algún familiar o amistad (49%); otras suelen llevarlos a su lugar de trabajo (30%), que muchas veces está ubicado en las mismas viviendas. Solo el 4% lleva a sus hijos a algún centro de cuidado.

Natalia Escalante (30), es licenciada en Idiomas y Relaciones Internacionales y tiene un máster en Negocios. Dejó su puesto laboral en el área de Marketing en una empresa tecnológica que sentía que no la llenaba y puso en sociedad con su prima (Tania Weise) una microempresa de pañoletas cuyos modelos diseñan ellas mismas, mandan a sublimar la tela seleccionada y venden moviéndose en las redes sociales. 

"El poder manejar nuestros propios tiempos también nos permitiría cierta flexibilidad para cuidar a nuestra familia", dice Natalia a nombre de las dos, con lo que deja en claro que no volverían al rol de asalariadas, ni siquiera cuando tengan hijos, más por el contrario, cree que el ser independientes les permitiría estar más presentes en la vida de estos.

Volviendo al estudio, este tiene entre sus conclusiones que las que son madres de niños pequeños asumen la responsabilidad de su crianza y prefieren trabajar cerca de ellos. Es más, muchas de ellas dejaron un trabajo remunerado priorizando cumplir las labores de cuidado infantil. Y la necesidad de generar dinero las llevó a ejercer ese cuidado de manera simultánea al negocio que emprenden, tal como le sucedió a Annet.

"El temor de dejar a nuestros hijos, que ahora tienen 5 y 7 años, me llevó a decidirme (dejar de trabajar) y también el poder compartir y estar cerca de ellos. Ahora siento que tengo esa ventaja y oportunidad de estar con ellos. No tenemos todo en exceso (en cuanto a satisfacción de necesidades), pero podemos compartir más con ellos", enlistó Annet entre los motivos a favor de abandonar su trabajo formal.

En otro punto, el 76% de las mujeres a cargo de pequeños negocios se autoidentifica como jefa de hogar, lo que puede significar que la pareja está ausente, que no aporta para mantener la casa, o finalmente porque quien toma las decisiones dentro del hogar es ella.

En cuanto al nivel de instrucción, la mayoría de ellas, un 37%, completó la secundaria y ahí se quedó, mientras que un 23% alcanzó estudios superiores universitarios y en menor proporción, un 20% apostó por estudios técnicos. 

Las cifras lamentables son que un 16% solo tiene estudios de primaria y un 3% no tiene ningún nivel de instrucción.

Por otro lado, el artículo 46 de la Ley General del Trabajo establece que la jornada efectiva de trabajo no debe superar las 8 horas diarias, ni las 48 horas semanales. En el caso específico de las mujeres, la jornada laboral está fijada en 40 horas semanales, salvo aquellas que ocupen cargos directivos, o que realicen labores discontinuas o de naturaleza no sujeta a jornadas regulares, como es el caso de las mujeres emprendedoras contempladas en el estudio. En estas situaciones excepcionales, la jornada laboral no deberían exceder las 12 horas diarias.

Los datos de la encuesta muestran que un 73% de las mujeres a las que se les consultó reveló que trabajan 72 horas semanales o menos, 21% trabajan más de 81 horas a la semana y solo un 6 % trabaja en el rango de horas más cercano a lo que establece la ley.

El estudio registra que en algunos casos se han podido recoger testimonios que dan cuenta de jornadas de hasta 16 horas diarias. En especial para las mujeres que trabajan en el sector de gastronomía, donde es usual que su jornada laboral se inicie a las 4:00 o 5:00 de la mañana y se extienda hasta el final de la tarde o noche. También está el caso de las mujeres que son productoras y combinan la producción, la venta y el trabajo en el hogar.

Por ejemplo, ​la emprendedora Teresita Moro, que lleva adelante su servicio de catering con platos típicos, se embarcó 15 horas en la cocina hasta que consiguió una patasca  espesa y en su punto, la primera vez que le hicieron un pedido de para 100 personas. Es un claro ejemplo que en el negocio de la gastronomía no hay fin de semana, ni horario de oficina para trabajar.

Emprendedora boliviana 2024

ANNET SIGUE CON EL LEGADO EMPRENDEDOR DE SU ABUELA

Annet Nataly Tejerina siente que el nombre de su negocio es un trabalenguas, lo quiere cambiar, pero se aferra al homenaje hacia su abuela. Su microempresa de fabricación de miel se llama Productos de la Colmena, Apiario El Ciénego. "No es sugestivo, pero El Ciénego es el nombre del puesto de mi abuela, en Villa Montes, donde cría distintos animales para después comercializar su carne. Se llama así porque cuando es época de lluvia se hace como una laguna, que allá le dicen ciénego, y por el cariño a mi abuela, no lo quiero cambiar", explica Annet.

Los productos que saca de la miel los deja en un par de tiendas en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y también toma pedidos por teléfono o redes sociales.

Considera que tiene una economía más estable, ya sabe administrar mejor su dinero. "No nos sobra, pero tampoco nos falta, tenemos menos deudas y tenemos dinero invertido", revela a tiempo de que reconoce que ahora que es emprendedora y que renunció a su trabajo estable en Impuestos, trabaja más horas que cuando estaba en oficina. 

Además, vender es más sacrificado de lo que se cree. "Yo pensaba que era sentarse y que era relajado. Pero para vender tengo tres días de desvelo haciendo el producto y luego son tres días de feria. El primer día estoy con ánimos, pese al cansancio de los días anteriores, el segundo me cuesta un montón y el tercero hay que llevarme a rastras, es muy cansador", se sincera.


Annet Nataly Tejerina y sus productos de miel Annet Nataly Tejerina y sus productos de miel


​EL MIEDO NO LAS PARALIZÓ

Natalia Escalante (30) y Tania Weise (32) son primas hermanas. La primera es licenciada en idiomas y Relaciones Internacionales y tiene un máster en Negocios, y la segunda tiene una licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Natalia enseña idiomas 'on line', mientras que Tania tiene un estudio que hace ilustraciones digitales.

Cada una tiene su propio emprendimiento, pero también son socias en uno que han forjado desde cero: Ofelia, una tienda virtual de venta de pañoletas que las primas diseñan, subliman y comercializan dando empelo indirecto a cuatro personas, que son costureras, proveedores de telas y de empaques, los mismos que a su vez, son microempresarios, como ellas.

Las dos siempre tuvieron el bichito de emprender, ambas tenían trabajo estable, pero no las llenaba totalmente. El nombre Ofelia lo pusieron en honor a su abuela que fue diseñadora de moda en su época y ven que su emprendimiento es una manera de seguir su legado. 

Empezaron en marzo de 2022 y tomaron el riesgo renunciar a la seguridad del salario. "Fue una decisión que trajo ansiedad y miedo, pero me lancé", confiesa Tania.

"Que el miedo no te paralice, porque si le das cabida no vas a poder llegar a hacer lo que querés. Es una decisión importante, tiene que ser consciente, y el resultado y la gratificación no tienen comparación. Que tengás algo tuyo, que la gente lo aprecie y pague por ello. Pero ojo que esto no se vende solo. No es decir soy mi propia jefe y quedarse de brazos cruzados. Al contrario, el trabajo es mayor", subraya Natalia. 

"Emprendés y sos tu jefa, sos la comunnity manager, la que atiende el pedido, la que barre, limpia, todo. No es fácil", refuerza para dejar claro que emprender no es un camino de rosas, pero si soplan vientos que anuncian tormentas, nunca ha sido una opción abandonar. 

Si bien ambas son solteras y no tienen hijos, consideran que ser independientes es el mejor estado para conformar una familia y criar a los niños que vengan. 

Natalia y Tania con sus pañoletas de autor
Natalia y Tania con sus pañoletas de autor