En el exterior están habilitados 341.001 compatriotas. El voto los acerca al país y quieren aprovechar para que el Estado vuelque su mirada hacia ellos

18 de octubre de 2019, 3:00 AM
18 de octubre de 2019, 3:00 AM

Son 341.001 bolivianos que están habilitados en 33 países para votar el domingo 20. Los compatriotas que se han inscrito para sufragar irán a las urnas no solo porque con ese acto cívico se sienten más cerca de la patria, sino porque creen que a través del voto pueden hacer escuchar sus voces para que las autoridades electas atiendan las demandas que tienen en tierras lejanas.

Yenny Ribera es una boliviana que vive en Barcelona desde hace más de 10 años. Ahí consiguió formar un hogar y ahora es directora de la Fundación Espartanas por la Libertad de Bolivia. Ella espera que se vivan unas elecciones limpias y que las futuras autoridades ayuden a los compatriotas.

“Necesitamos que el consulado sea manejado por personas que viven aquí, porque los que vienen de afuera no conocen nuestras necesidades. Aquí, por ejemplo, el horario de atención en el consulado no se compagina con el de los compatriotas. Atienden al público cuando la gente está trabajando y no puede venir. La página web no está actualizada, hay que esperar que venga el Segip de Bolivia para tramitar el documento de identidad y tardan 45 días en entregar el pasaporte.

Victoria Ibarra, que fue directora del diario Vocero Boliviano en Argentina, dijo que irá a votar, y que, conversando con los compatriotas, se ha percatado de que viven una dura realidad, puesto que la mayoría son comerciantes y están sufriendo problemas de inflación y bajas ventas de sus productos.

Lilia Camacho, que también radica en Argentina, dice que en el tema eleccionario es todo tan incierto, porque, a diferencia de otras elecciones, hay grupos de oposición que han crecido, aunque su presencia es más en redes sociales.

Se necesita un Estado más presente, no un Estado tramitador, es decir, que no solo acudas al consulado para hacer trámites de cédula de identidad. El ciudadano que ya está radicado requiere otras cosas.

“Ahora bien, la crisis argentina incide en las remesas, que han bajado, y pareciera que eso también influye a la hora de plantear la necesidad de políticas públicas.

Estoy más de cinco meses en La Paz y me voy en noviembre. He ido a muchas ponencias y seminarios de oyente. En ningún caso se tocaba el tema migración, ni siquiera en los espacios de derechos humanos. Es decir, somos invisibles para el Estado y la sociedad. Solo cobramos visibilidad en épocas electorales.

No obstante, Bolivia está atravesada por la migración. Se ve en varios aspectos, hasta en los modismos que se adquieren y se trae cuando vuelves a casa”, dijo Camacho.

Fadrique Iglesias, que vive en EEUU, manifestó que lo único que espera de las elecciones es la certificación de nuestra mediocridad política y de “partidos, candidatos e ideas agotadas, con uno de ellos que directamente transgrede la ley”.

Johnny Auza, periodista que también radica en EEUU, espera que a través de las urnas se pueda tener la oportunidad de reencauzar el país.

“La ilusión de enero de 2006 fue ‘asesinada’ por el mismo Gobierno, poco tiempo después de posesionarse en Palacio. 

El caso de terrorismo separatista y como se manejó, y el de las comisiones en los contratos de YPFB, que costaron la vida a un empresario tarijeño en La Paz, fueron las primeras voces de alarma sobre el desvío de los ‘salvadores contra el neoliberalismo de derecha’. 

A partir de ahí, se desnudó un manejo de la cosa pública que dilapidaba los recursos con la misma rapidez que estos ingresaban al Tesoro General de la Nación, producto de los elevados precios internacionales en nuestros hidrocarburos”, afirmó Auza, que espera que el próximo Gobierno “tenga la inteligencia y capacidad de, primero, atender la salud con un plan y proyecto real y prioritario, que alcance a todos los bolivianos, especialmente a los menos favorecidos, apuntalar estratégicamente a la recuperación de la economía, reestructuración total de la justicia, convertida hoy en un bien de intercambio entre los mejores postores y los más influyentes, mientras el ciudadano de a pie está indefenso y sin acceso a la justicia”.

Auza también espera que se investigue, procese y castigue el dispendio, la corrupción y la destrucción de la institucionalidad, para hacer justicia y reparar, sin caer en una caza de brujas. Al igual que otros compatriotas, espera que estas elecciones hagan visibles a los compatriotas no solo por un día.



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