En Argentina son denominados ‘mulas’ y llevan droga en diferentes modos. El ministro de Gobierno informó que Bolivia al ser un país de tránsito de la droga existen muchas rutas de salida de las sustancias controladas.

22 de junio de 2021, 8:14 AM
22 de junio de 2021, 8:14 AM

Llevar droga a Argentina desde Bolivia también es una de las rutas más apetecidas por las mafias del narcotráfico. Estos grupos reclutan personas de escasos recursos para que viajen a territorio argentino llevando sustancias controladas en diferentes modalidades. La mayoría se hace pasar por comerciantes. Por la pandemia, las organizaciones se dan modos para introducir la droga, ya que las fronteras legales están cerradas hasta nuevo aviso.

El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, informó que Bolivia al ser un país de tránsito de la droga existen muchas rutas de salida de las sustancias controladas. Las más comunes son hacia Argentina, Chile y Brasil.

La autoridad recordó que en un operativo se logró desbaratar una banda que introducía la droga desde el Perú por el lago Titicaca. De ahí, esas sustancias controladas, en su mayoría, pasaba hacia Argentina.

“Internaban la droga (desde el Perú) por la comunidad Sisasani, a orillas del lago Titicaca. Era trasladada al eje troncal, La Paz – Cochabamba – Santa Cruz, y en este último departamento es donde generaban el acopio de todas las sustancias controladas con la excusa de que se transportaba cemento desde el municipio de Viacha”, resaltó el ministro Del Castillo.

Del eje central, parte de la droga iba a Argentina transportada por supuestos comerciantes. La mayoría de las personas que llevan la cocaína son de escasos recursos.

En Salta y Jujuy

Las personas que llevan la droga a Argentina tienen varios denominativos: mulas, correos humanos, camellos o burros. Esta modalidad de tráfico sigue activa a pesar de la pandemia. Las zonas más utilizadas son las fronteras de Salta y Jujuy con Bolivia donde los números de personas ingestadas detectadas no cesa.

La ruta empieza en algún punto del eje central de Bolivia y cruza a Argentina por caminos terrestres hacia las ciudades de Salta o Jujuy para luego llegar en flotas a las localidades de Liniers o Retiro como destino final. Según informes de la Gendarmería argentina, muchas de las rutas no terminan en Buenos Aires, sino que continúan hacia Mendoza para poder incluso cruzar la mercadería a Chile.

La Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) de Argentina reveló que hasta 2020 el 38% de las causas actuales sobre microtráfico incluye a “mulas” ingestadas que fueron detectadas por los diversos controles fronterizos.

Más del 90% de eso traficantes son personas que transportaban cocaína, ya sea clorhidrato o pasta base. De acuerdo al perfil de las “mulas” continúan siendo personas vulnerables: el 70% son personas contratadas de Bolivia o Perú que ven en el viaje una posibilidad de conseguir algo de dinero en un período corto de tiempo.

En Argentina sucede lo contrario que la ruta a Chile. Para llevar la droga al sur se utiliza más hombres que mujeres. Un 65% de los detenidos por narcotráfico en el vecino país son varones.

Las personas reclutadas para llevar la droga a Argentina son citadas en Bermejo, Yacuiba o Villazón para que puedan ingerir o cargar la cocaína y traspasarla a territorio argentino