Son designados por sus antecesores, sin elecciones ni rendición de cuentas. Organizan las fiestas y abren las billeteras al momento de pagar la presencia en escenario de costosos grupos musicales locales e internacionales. En marzo la Poderosa Illimani tuvo al mexicano Pedro Fernández

22 de mayo de 2024, 10:30 AM
22 de mayo de 2024, 10:30 AM



Los pasantes entregan un monto fijo durante el ayni, para bailar /APGLos pasantes entregan un monto fijo durante el ayni, para bailar /APG


Cada fraternidad de morenada tiene de una a cuatro parejas, casadas como requisito fundamental, que son protagonistas esenciales. Ellos son los organizadores o también llamados pasantes. Son elegidos por sus antecesores, y deben tener la fe y la billetera que les permita garantizar, por el lapso de un año, que los fraternos bailen a gusto: con grupos y cantantes internacionales o nacionales en sus fiestas y ensayos. También deben administrar la contratación de bandas, la confección de los trajes y velar por la organización de misas y veladas.

El secretario de Culturas del Gobierno Municipal de La Paz, Rodney Miranda, informó que el Gran Poder movió el año pasado $us 170 millones, y solamente el día de la entrada fueron $us 65 millones. Resaltó que sectores como los bordadores, quienes confeccionan trajes de los morenos y las polleras para las señoras que bailan en la entrada, tienen mucho trabajo, y acotó que también se abrieron muchas posibilidades para las empresas que se dedican al armado de escenarios y estructuras. “La competencia y el derroche que realiza cada grupo, principalmente de morenada, se ve en los espectáculos que traen en las fiestas previas y los días de la fiesta”.

Inversión a fondo perdido

Óscar Chirinos, pasante de la Morenada Espectacular Transporte Pesado, señaló que es un privilegio para él formar parte de una de las 10 fraternidades más importantes de esta danza pesada, que es la mimada de el Gran Poder, y en la que las distintas fraternidades compiten por contar con las fiestas y recorridos más sonados.

“Soy pasante, y eso implica una tremenda responsabilidad, desde que se asume el cargo. Organizamos la recepción, los ensayos, las veladas, prácticamente es una inversión a fondo perdido, pero lo hacemos por fe, por devoción al 'tatita' de el Gran Poder, y él nos devuelve de esa misma manera. La fe mueve montañas”, dice.

Cuando se le pregunta un aproximado de cuánto dinero ofrenda un pasante para la fiesta, responde: “Uy, no quisiera hablar de montos, pero es muy elevado. Para darle un ejemplo, nosotros llevamos para nuestra fiesta de este año a K’alamarca, y sus integrantes nos cobraron $us 23 mil para presentarse. Es una agrupación, nosotros debemos contratar entre cinco a seis para cada fiesta”.

K’alamarca es considerado uno de los grupos folclóricos más importantes de Bolivia, y sus integrantes disfrutan de una significativa popularidad también en el exterior. De hecho, sus dos líderes vivieron mucho tiempo en Europa. Sus discos han sido certificados Oro y Platino gracias a su éxito comercial.

¿La inversión entonces sólo para una fiesta alcanza los $us 100 mil?, se le pregunta a don Óscar. “Más. A esos $us 100 mil sume banda, comida, bebidas, es fuerte. Esa es una inversión a fondo perdido, y efectivamente, estamos hablando de una sola fiesta. Ser pasante dura un año, se trabaja duro todo ese tiempo, pero vale la pena”, recalca antes de excusarse porque tiene que retirarse a una reunión precisamente de organización, cuando faltan pocos días para el día de la entrada que se realizará este sábado.

El abogado Juan Manuel Ulloa es dirigente de la misma fraternidad, que aglutina a los transportistas, y relata que ser pasante es una tradición que pasa de generación en generación, de familia en familia. Explica que los de este año son quienes designan a los recibientes, es decir, a sus sucesores, que se harán cargo de la organización al año siguiente. “Todo comienza con una visita en la que se formaliza el paso de mando, el traspaso de la responsabilidad”. Quien recibe esa responsabilidad, explica Ulloa, tiene la responsabilidad de organizar las actividades de toda la gestión, “hasta después de la fiesta mayor”.


Un grupo de varones de la Morenada Eloy Salmón, durante un Ensayo / Foto: Javier EscalierUn grupo de varones de la Morenada Eloy Salmón, durante un Ensayo / Foto: Javier Escalier


En qué consiste la gestión de los pasantes

El actual concejal por el MAS y pasante de la Morenada de la Eloy Salmón en dos ocasiones, Javier Escalier, explica que actualmente cada fraternidad ya no tiene una sola pareja pasante, sino que pueden ser dos y hasta cuatro. Su gestión comienza dos días después de la entrada.

“El sábado es la Entrada, el domingo es la Diana, que marca la despedida de los pasantes del año. Los nuevos asumen en la fiesta del recojo, que se celebra el lunes. Esta es la primera que ellos organizan. El siguiente gran desafío será la preparación para diciembre o principios de enero de la recepción de presentación de la fraternidad para el siguiente año. Ese encuentro marcará cómo están encarando los pasantes el Gran Poder del año siguiente, así que hay que dar la talla”, advierte Escalier.

Luego, relata que los pasantes organizan otras fiestas importantes que son las denominadas “ensayos”, que se realizan después de Carnaval. Son tres recorridos previos al Gran Poder, por la avenida Abaroa hasta llegar a la Iglesia del Gran Poder. En esas tres ocasiones, explica el actual concejal, los pasantes organizan otras tres grandes recepciones con grupos y artistas nacionales y extranjeros invitados.

En marzo de este año, la morenada Poderosa Illimani tuvo como sorpresa principal de su fiesta tras un recorrido al cantante mexicano Pedro Fernández, quien participó en su fiesta con todos sus mariachis. Ese mismo día se presentaron también los grupos argentinos de Ángela Leiva, el grupo Ráfaga, Tambó Tambó, y los bolivianos Semilla, Maroyu, de Néstor Yucra, y otros.

La promesa, que es otra celebración, se realiza el fin de semana previo a el Gran Poder, y finalmente los tres días de fiesta. El sábado de Entrada, el domingo de Diana y el lunes de Recojo.

Los pasantes, según Escalier, se hacen cargo de la organización durante una gestión, “son los administradores de cada fraternidad y se encargarán de garantizar la fiesta a sus fraternos. El contrato de las bandas, de los vestuarios, las matracas, la comida, música, misas, romerías. Sobre ellos recae toda la responsabilidad del manejo económico”.

Ulloa asegura que los pasantes “realizan una ofrenda al Señor de el Gran Poder. Para cada actividad se hacen un aporte, al que se denomina el Ayni. Cada fraterno sabe que de esa forma colabora con el pasante, de una manera económica y simbólica. Le doy un ejemplo, el pasante compra una camisa que tiene costo de Bs 100, pero cobra Bs 130 o 140, esto lo hace para tener un soporte económico (por los demás gastos que se vienen)”.

Lo mismo ocurre, dice, con las telas de los trajes y otros artículos “a los que se suma un monto adicional que es de conocimiento de cada fraterno, destinado a colaborar con el pasante. Es decir, el organizador hace una ofrenda, que es significativa, pero también recibe el apoyo de los integrantes de la fraternidad”.

Escalier explica el Ayni como la cuota que pagan los bailarines para formar parte de la fraternidad. “Dada la situación económica por la que atravesamos, y la oferta que tiene cada agrupación, es muy poco probable que un organizador salga ganando y sea un negocio. Nosotros todo lo entregamos como ofrenda al Señor, ponemos todo y muy rara vez se rinden cuentas. Los fraternos pagan una cuota significativa, pero no es suficiente”,

Este medio pudo conocer que, aunque varían las cuotas según la fraternidad, cada grupo tiene un promedio de 300 fraternos, y paga por cada uno Bs 2.000 para bailar. La recaudación sería de Bs 600.000, que, al cambio oficial, aunque ya no real de Bs 6,96 serían poco más de $us 86.200, lo que se gastaría en una sola fiesta. Por lo tanto, está claro que los pasantes aportan con el resto.


Un bloque de señoras de la Morenada Eloy Salmón / Foto: Javier EscalierUn bloque de señoras de la Morenada Eloy Salmón / Foto: Javier Escalier


“Pasante no puede ser cualquiera”

Escalier complementa que el pasante “no puede ser cualquiera, tiene que ser una persona que goce de un prestigio ganado. Por eso mismo, uno no puede quedar mal ante la sociedad, ni hacer una fiesta pequeña para el Señor. Es una sola vez en la vida que uno es elegido, para que su comunidad, su sociedad evalúe para ver qué tal sirvió al Señor y a sus fraternos”.

Asegura que se cumple la lógica aimara del jilacata, “esa persona tiene que ser casada y tener una posición social que adquiere con el tiempo. Imagine que un pasante está mal con su pareja, no hará un buen trabajo. Tiene que ser un ejemplo a seguir, tiene que ser digno. El factor económico es determinante, porque demanda tiempo y sacrificio económico. Al final, yo dije eso cuando me tocó, el Señor proveerá. Cuando recibí no tenía trabajo, pero cumplimos”.

Para Ulloa, el pasante llega a ese puesto “por afinidad, por ser compadre, amigo, o hermano que desempeñó ese cargo en el último año. No hay elecciones. El nuevo elegido debe tener la misma fe, devoción, pero también las posibilidades económicas para asumir el cargo”.

Escalier coincide con ese criterio. “Es en función al reconocimiento social. El pasante de 2023 buscará que los herederos tengan eso, que sean una linda pareja, un matrimonio sólido, que tengan un compromiso con su conjunto, con la fraternidad. Por lo tanto, es una decisión privativa del organizador de la gestión anterior, puede elegir a su compadre, no hay imposición”.

Además, tienen que ganarse la confianza de los fraternos. “No por ser nominados por los anteriores estará todo ganado. Con trabajo deben esforzarse para que mantener a los integrantes de la agrupación unidos. Si es que no convence la gestión, muchos deciden irse, o deciden no bailar. El trabajo no sólo es organizar, deben hacer un trabajo político, visitar a los fraternos para garantizar su participación”.

Las damas suelen gastar cuantiosas sumas de dinero en el atuendo y joyería /APGLas damas suelen gastar cuantiosas sumas de dinero en el atuendo y joyería /APG