“No hubo sedición ni conspiración”, dicen los militares Jarjuri y Terceros. La Fiscalía los acusa por esos delitos. Acompañaron al excomandante William Kaliman cuando sugirió la renuncia de Evo Morales

6 de septiembre de 2021, 4:00 AM
6 de septiembre de 2021, 4:00 AM

En su libro “Volveremos y seremos millones”, Evo Morales confesó que tomó la decisión de renunciar el sábado 9 de noviembre de 2019, día antes de presentarla efectivamente. Con esa admisión, el almirante Palmiro Gonzalo Jarjuri y el general Gonzalo Terceros Lara, que están con detención preventiva en las cárceles de Patacamaya y Palmasola, respectivamente, sostienen que fue una decisión personal del entonces mandatario y no empujada por una acción de sedición o conspiración.

En la acusación en contra de ambos militares, junto con la expresidenta Jeanine Áñez, la Fiscalía los sindicó por los delitos de sedición y conspiración porque, supuestamente, en su condición de comandantes de las FFAA, servidores públicos, con participaron antes y durante la conferencia de prensa del 10 de noviembre de 2019, en la que el comandante en jefe Williams Kaliman “sugirió” al entonces presidente Evo Morales que renuncie a su cargo para evitar mayor confrontación en el país.

La Fiscalía los sindicó porque han “facilitado” que se genere un ambiente de inestabilidad que atentaba contra la seguridad común al “respaldar” la sugerencia expresada por Kaliman “con la finalidad de mantener en estado de alarma y pánico colectivo a la población, obligando al gobierno elegido constitucionalmente a dimitir en el ejercicio de sus funciones, propiciando un ambiente de inestabilidad y vacío de poder que desencadenó actos violentos de oficialistas y opositores que se enfrentaron” en esos días.

En un memorial que ambos presentaron a las autoridades fiscales vuelven a sostener que no tenía conocimiento íntegro del comunicado. Es decir, que recibieron la orden de un superior, el general Kaliman de que los acompañe a la conferencia y se enteraron del contenido cuando se leyó el comunicado. Por lo tanto, aseguran que mantuvieron la obediencia vertical y las decisiones de la jerarquía militar no se discuten, se acatan y se cumplen.

Además, toman una aseveración que el expresidente e introducen un nuevo elemento para sustentar que el exmandatario realizó en su libro “Volveremos y seremos millones”. El golpe de Estado, el exilio y la lucha para que Bolivia vuelva a gobernarse.

Sobre este documento, que para los abogados de ambos militares se ciñe al principio a confesión de parte relevo de prueba, escriben en el memorial: “Finalmente debemos señalar que la decisión de renuncia del entonces presidente, de acuerdo a sus memorias, estaba asumida una noche antes (el sábado 9 de noviembre). Es decir, antes de la lectura del comunicado”.

Del libro

En la revisión del texto, Evo Morales realiza un análisis de la situación antes de su renuncia. En la página 36 afirma que su premisa fue: “no puede haber muertos”.

Relata que lo sabían los comandantes de la Policía y su jefe nacional. “Antes de renunciar, bien lo medité. Pensé en tirarme al monte adentro, selva adentro para gobernar. Pero, al día siguiente, nuestra gente estaba movilizándose para tomar la plaza Murillo, la Casa Grande del Pueblo. Pensé, si se movilizan, va a haber enfrentamiento. Pensé que nuestros compañeros muy bien pueden dominar a la gente civil, pero no van a poder dominar a la policía amotinada, a la policía golpista”.

Considera en las páginas que “las FFAA, además de eso, Fuerzas Armadas piden mi renuncia, policía golpista, entonces imaginé la masacre”, y afirma que de esa situación “nos iban a echar la culpa, me iban a echar la culpa a mí. Y para que no haya muertos renuncié. Es mi interpretación. Es lo que yo pienso”.

En el siguiente párrafo, vuelve atrás. “Al día siguiente, la acción tan natural del movimiento campesino, de muchos sectores sociales, podría haber sido tomar el Palacio, la plaza Murillo. Yo no sé si la gente civil de la derecha habría disparado, tal vez algunos sí, pero la Policía sí habría metido bala y el resultado habría sido una masacre. Yo evalué profundamente esto y no puedo ser responsable de una masacre”.

Entonces señala: “Informé a mis ministros, a mis compañeros, para evitar esa masacre, mejor renunciar, no por cobarde, sino por cuidar la vida. Repito: ni un muerto a bala durante el conflicto. Siempre hemos recomendado a la policía cuidar las vidas, no disparar”.

En el memorial de los militares se subraya la siguiente afirmación: “Entonces dormí con la conciencia tranquila, la decisión de renunciar era un buen cálculo para evitar una masacre. Renuncié el domingo”.

Luego señala que las FFAA fueron las últimas en “sugerir” mi renuncia, en conferencia de prensa. Pero antes de haber anunciado que no iba a ser candidato a la presidencia. Ese domingo renuncié, les repito”.

Jarjuri y Terceros señalan en su memorial que “por lo tanto, para Evo Morales la noche del sábado era un buen cálculo renunciar y, efectivamente, termina concretándose cuando el domingo 10 de noviembre a las 16:50 lo hace”.

José Antonio Quiroga, quien formó parte de la campaña de Comunidad Ciudadana en las fallidas elecciones de octubre de 2019, en su declaración de 30 de julio de este año, sostuvo que él y Ricardo Paz mantuvieron una reunión en la oficina del primero, ubicada en la zona de Sopocachi, alrededor de las 15:00 del 10 de noviembre con dos enviados del MAS, el entonces ministro de Comunicación Manuel Canelas y la expresidenta del Senado Adriana Salvatierra, quienes les anunciaron a esa hora que Morales había tomado la decisión de dimitir.

La Fiscalía presentó como elemento de prueba en la resolución de imputación formal, en la parte de “descripción de elementos de convicción colectados y su análisis” y en el punto nueve describen el libro titulado Golpe de Estado, la historia no contada de una conspiración”. En las páginas 64 y 65 señala: “La idea de renunciar estaba lista, sólo eran horas las que hacían madurar esta decisión. Evo regresó a la ciudad de El Alto y desde ahí pidió a sus ministros y ministras oficializar sus renuncias”.

Sin embargo, según el texto, solicitó a Diego Pary, Juan Ramón Quintana y Javier Zavaleta, que no lo hicieran hasta que él pueda salir del país. Quería a Pary al frente del discurso de golpe de Estado ante la comunidad internacional, A Zavaleta para que esté al frente de las FFAA y a Quintana para temas logísticos”.

Luego describió que aproximadamente las 15:00, cuando hubo lágrimas de Morales y García Linera en el hangar presidencial, la decisión ya estaba tomada. Los militares, en su documento, ponen énfasis en que el general Kaliman salió a “sugerir” la renuncia del mandatario, cuando éste ya había tomado su decisión. Por lo tanto, eso los exime de haber cometido los delitos de sedición y conspiración.