El informe señala que no es confiable para recibir créditos y advierte falta de estabilidad en el manejo de reservas, la escasez del dólar y la subvención de hidrocarburos. El gobierno no responde, pero YPFB dice que hubo avances

2 de julio de 2023, 4:00 AM
2 de julio de 2023, 4:00 AM

La agencia Moody’s Investors Service (Moody’s) advirtió que Bolivia se encuentra en una crisis económica de magnitud incierta y bajó su calificación al país de  ‘B-’ (ratings en revisión) a ‘CAA1’ (negativa), lo que le quita la confianza internacional para recibir créditos. Advierte la falta de estabilidad por el manejo de las reservas, la escasez del dólar, la subvención a los hidrocarburos y la división en el partido gobernante MAS.

El Gobierno no respondió oficialmente. En cambio, YPFB emitió un comunicado, dice que los costos de subvención de combustibles bajaron significativamente en beneficio del país. En mayo el desembolso fue de Bs 2,76 por litro de diésel oil, mientras que el pico más alto se registró en junio de 2022 con Bs 6,05.

El documento de Moody’s indica que la caída en la calificación de Bolivia ade ‘B-’ a ‘CAA1’ refleja el agotamiento de sus colchones de liquidez externos que, “a la luz de una paridad monetaria, ha producido mayor incertidumbre a corto plazo y riesgos para la estabilidad macroeconómica. La continua caída de reservas internacionales en niveles bajos ha vuelto vulnerable a Bolivia al riesgo de un shock de confianza, que se ha materializado en las últimas semanas. Se ha perdido el acceso al mercado externo de bonos y no hay perspectivas concretas de apoyo a gran escala de los acreedores oficiales”.

Moody’s asegura que “Bolivia parece haber entrado en una crisis económica de magnitud y duración inciertas, después de años de insostenibles políticas que la hacían vulnerable a tal situación. El declive de la producción de gas y las políticas expansivas han alimentado déficits que han agotado las reservas financieras de Bolivia, que alguna vez fueron grandes”.

Los episodios “de inestabilidad política han intensificado la tendencia. A principios de 2023, esto provocó un impacto en la confianza y un aumento en la demanda de divisas. La situación continúa desarrollándose, y la erosión de la publicación oportuna de datos (es decir, del estado de las reservas) genera más incertidumbre en torno a su gravedad. La evidencia anecdótica indica que el impacto continúa, incluida la escasez de combustible informada, la incapacidad del público para retirar depósitos en dólares, y dificultad de los importadores para conseguir dólares para pagar la mercadería”.

La capacidad de las autoridades para gestionar esta precaria situación es muy incierta, según el informe. “Sus medidas iniciales han tenido limitaciones, beneficios e incluso puede haber aumentado las preocupaciones sobre la confianza (por ejemplo, un tipo de cambio ligeramente más alto para los exportadores)”.

El país, dice el informe, evitó recurrentemente el ajuste de política energética (levantar la subvención a los hidrocarburos) que probablemente sea necesaria para contener de forma duradera las presiones subyacentes, impulsar la confianza y apoyar la vinculación de la moneda. En cambio, la atención se ha centrado en obtener préstamos multilaterales, facilitar restricciones en torno al uso de las reservas de oro a través de una ley, y medidas drásticas contra el contrabando del fuertemente subsidiado combustible”.

Resalta que tales medidas “solo pueden ganar algo de tiempo en ausencia de ajustes de política, que no han podido avanzar en medio de tensiones dentro del partido gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) y grupos sociales”.

El economista Gonzalo Chávez señaló que la escasez de divisas manda señales negativas. “La inflación se mantiene baja, pero se sostiene en subsidios gigantescos a los hidrocarburos y a los alimentos y el Gobierno ya no tiene recursos para mantenerlos. Lo que debe hacer en el corto plazo se debe reducir el déficit público, dejar de gastar más de lo que recauda”.

Alejandro Banegas Rivero, exdirector del BCB, señaló que esto afectará más para que el país pueda conseguir financiamiento en mercados internacionales de capitales.

“Hoy la perspectiva es negativa porque no se han realizado medidas de ajuste económico para reducir la presión en la liquidez externa, deteriorada situación fiscal, políticas económicas débiles o poco efectivas y problemas de gobernanza”, explicó.

Por su parte, Jaime Dunn, analista económico, dijo que es un preanuncio de que la calificación de riesgo en Bolivia puede bajar aún más en los próximos días.

“en la opinión de Moody’s todas las medidas que se han tomado han sido coyunturales y no hay medidas de fondo que cambien el deterioro del aspecto económico”.