Ante los indicios de fraude, desde el organismo internacional califican de vergüenza hemisférica el proceso electoral por el cúmulo de irregularidades y por la manipulación flagrante en diferentes espacios

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9 de agosto de 2021, 12:59 PM
9 de agosto de 2021, 12:59 PM

Una reacción contundente. Desde la Organización de Estados Americanos (OEA) sacaron a relucir una serie de datos que apuntalan el informe de la auditoría que fue presentado en noviembre de 2019, después de las fallidas elecciones de octubre de ese mismo año, y que fue un pedido realizado por la administración de Evo Morales y cuyo carácter era vinculante. La OEA señaló que, de las elecciones observadas en la última década, la de octubre de 2019 en Bolivia es la peor de todas. 

“De las elecciones observadas por la OEA en la última década, la de octubre de 2019 en Bolivia es probablemente la peor de todas. Constituye una vergüenza hemisférica por el cúmulo de irregularidades y por la manipulación flagrante del proceso electoral. Intentar validar este conjunto de irregularidades y manipulaciones, a través de estudios extemporáneos, constituye una grave afrenta a la democracia en el hemisferio”, lamentaron desde la OEA

La OEA puso en evidencia “errores y omisiones” de la pericia pagada por el Ministerio Público y exhibe que este ejercicio se llevó a cabo mucho tiempo después de la elección, fue realizado a distancia y por un equipo sin experiencia en materia electoral.

“Lamentamos que los académicos que prepararon este último informe (contratado por la Fiscalía), a pesar de haber analizado y ratificado hallazgos fundamentales de la OEA, no se hayan reunido con el equipo de la organización ni con otros actores que hubieran podido compartir información de gran valía para la realización de un estudio verdaderamente objetivo y completo”, reza el reporte. 

Además,  indica que, a pesar de lo limitado del análisis realizado, el informe que fue pagado por la Fiscalía reconoce que mediante la manipulación de la red se utilizaron dos servidores no registrados ni autorizados que no eran controlados por la Dirección Nacional de Tecnologías de Información y Comunicación (DNTIC), del TSE, ni  por la empresa auditora contratada por el TSE, que es Neotec.

Las funciones del primer servidor oculto y la existencia del segundo fueron descubiertas por los técnicos de la OEA durante su trabajo de campo, ya que no habían sido incluidos en la documentación sobre el esquema informático entregado por las autoridades electorales. Es decir, se ocultó esta información y sólo se admitió su existencia una vez descubierta por los expertos de la OEA.

Asimismo, el equipo técnico de la OEA identificó la existencia de un patrón de manipulaciones, falsificaciones y adulteraciones en el llenado de actas electorales, a través de mecanismos muy similares en seis departamentos diferentes y a favor de un único candidato. Y a esto se suma que la cadena de
custodia de las actas fue "extremadamente frágil", que los traslados se hicieron de manera heterogénea y sin las medidas de seguridad correspondiente.

Y de esta manera, la OEA hace alusión a que 13.176 actas no pudieron ser constatadas con la lista de electores porque fueron incendiadas, por lo que 
resulta imposible tener certeza del número de sufragios emitidos en estas más de 13.176 mesas. Además la OEA detalla más de una veintena de puntos de los indicios de fraude.

En la mañana del domingo 10 de noviembre de 2019, el ex presidente Evo Morales llamó a la realización de nuevas elecciones durante una conferencia de prensa y horas después renunció a la Presidencia y se fue del país, saliendo desde el Chapare en un avión enviado desde México.

En esa ocasión dijo: “Por ello, escuchando a los miembros de la Central Obrera Boliviana y al Pacto de Unidad y otros sectores sociales, he decidido: Primero, renovar la totalidad de vocales del Tribunal Supremo Electoral. En las siguientes horas, la Asamblea Legislativa Plurinacional, en acuerdo con todas las fuerzas políticas, establecerá los procedimientos para ello. Segundo: convocar a nuevas elecciones nacionales que mediante el voto permitan al pueblo boliviano elegir democráticamente a sus nuevas autoridades incorporando a nuevos actores políticos”

El reporte de la OEA sale a la luz casi dos semanas después de que el Ministerio Público de Bolivia disolviera el caso fraude electoral, frenara las investigaciones e instruyera el sobreseimiento de las personas procesadas, después de que una pericia internacional encargada por la propia Fiscalía concluyera que no hubo manipulación de resultados en las elecciones de octubre de 2019.