El país y la región cierran el segundo año marcado por la pandemia del coronavirus

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27 de diciembre de 2021, 11:00 AM
27 de diciembre de 2021, 11:00 AM


El país y la región cierran el segundo año marcado por la pandemia del coronavirus. En 2021 Santa Cruz soportó los picos de tres olas, el triple de contagios que en 2020 y las muertes se dieron principalmente en personas que no se vacunaron o que recibieron solo una dosis.

Después de haber avanzado en el proceso de inmunización, las autoridades sanitarias resumen este año como la pandemia de los no vacunados porque actualmente el 82% de los pacientes que ocupan las terapias las terapias intensivas no recibieron la dosis, al igual que el 95% de los fallecidos.

En cuanto a los contagios, hubo tres veces más casos que el año pasado, considerando que en 2020 se registraron 52.811 casos y a lo largo de esta gestión ya van más de 155.700 positivos.

Esta gestión inició con una galopante segunda ola, pero con la esperanza centrada en la vacuna que ya empezaba a aplicarse en países vecinos. Enero fue el mes con más contagios de toda la pandemia hasta esa fecha, cerrando con 22.521 casos positivos.

A diferencia de la primera oleada, esta vez la población joven fue la más afectada, las terapias fueron copadas en su mayoría por adultos jóvenes, muchos de ellos sin enfermedades de base. En ese momento, la crisis sanitaria también se sintió en la falta de plasma hiperinmune que surgió como una alternativa de tratamiento para los pacientes graves.

Precisamente cuando la curva empezaba a descender, el país recibía con esperanza la noticia de que la inmunización contra el coronavirus era una realidad; la dosis comenzaba a ser aplicada al personal de salud. La enfermera intensivista Sandra Ríos se convirtió el 29 de enero en la primera boliviana en extender el brazo a la vacunación, en una actividad que arrancó en el Hospital Japonés.

Posteriormente, la vacunación se amplió a las personas con enfermedades de base y de la tercera edad, considerados los grupos más vulnerables a sufrir complicaciones por causa del virus.

No pasó mucho tiempo para que en el mes de mayo nuevamente el país fuera golpeado con una tercera oleada, cuya intensidad se prolongó hasta junio.

Fueron dos meses críticos porque el contagio se disparó al punto que el 9 de junio se alcanzó un pico de 1.251 contagios. La causante era la variante brasileña que fue la predominante en la tercera ola, pero eso se supo recién en septiembre, cuando el Ministerio de Salud dio a conocer los resultados de los estudios de secuenciación realizados por el Inlasa.

En medio de la crisis por la escasez del gas medicinal, familiares de pacientes con coronavirus soportaban hasta nueve horas en las filas para conseguir oxígeno, mientras que las distribuidoras racionalizaban la venta a un solo cilindro por persona. Muchos peregrinaban por el gas medicinal porque tenían a sus familiares graves en casa, ya que las terapias estaban sobresaturadas.

Fue a partir de la tercera ola que se notó un cambio en el perfil de los pacientes graves: la mayoría fueron personas sin la inmunización, lo que se acentuó más en la cuarta ola, apuntó el presidente de la Sociedad de Medicina Crítica y Terapia Intensiva filial La Paz, Patricio Gutiérrez.

Eso también hizo que en la cuarta ola la reproducción del virus sea lenta y sostenida. Esta vez el covid-19 también se ensañó con los niños, hubo un momento en que solo en el hospital Mario Ortiz había más de 20 menores internados con cuadros moderados y graves.

La amenaza de la variante emergente ómicron volvió a encender las alarmas por el temor de saturación de los servicios, debido a la alta contagiosidad de esta variante. El repunte de casos en diciembre hizo que el 21 de diciembre se alcancen los 1.493 casos, la cifra más alta de toda la pandemia.

La vacunación

El gerente de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Carlos Hurtado, destacó que uno de los impactos positivos de la vacunación es la disminución de la letalidad, lo que se nota en esta cuarta ola es que no llega ni al 1% en el departamento cruceño.

Hasta el momento, la vacunación abarca a niños desde 5 años y Santa Cruz tiene el 59% de la población inmunizada con una dosis, mientras que el 50% cuenta con el esquema completo.