Tenía pronóstico reservado, con riesgo de muerte del 80%. El cocalero Plácido Cota, que sufrió una explosión de dinamita que dejó su abdomen expuesto y que provocó la pérdida del antebrazo izquierdo, este viernes grabó un mensaje de video desde el centro de salud donde evoluciona favorablemente

19 de agosto de 2022, 17:25 PM
19 de agosto de 2022, 17:25 PM

Con la voz queda y una gran serenidad, Plácido Cota habla desde la cama del hospital Arco Iris (La Paz), donde está internado desde el 8 de agosto, cuando una dinamita detonó en su cuerpo, dejándolo severamente herido. Él es un productor cocalero de Los Yungas, y junto a su sector exigía el cierre del mercado paralelo, por lo que estuvo en los enfrentamientos de ese fatídico lunes.

Según el informe oficial, aquella tarde que ingresó al centro de salud, Plácido tenía un “politraumatismo mayor, trauma abdominal abierto con evisceración extensa (entrañas expuestas), amputación traumática del antebrazo izquierdo y shock hipovolémico”. Su estado era tan grave como suenan esas palabras, que son más comunes para médicos de emergencias que para la gente de a pie. Los galenos le habían dicho a su familia que las probabilidades de vida de Plácido solo eran del 20%.

Seis horas en el quirófano lo tuvieron con varios especialistas interviniendo para salvarle la vida. Después de ello, fue llevado a terapia intensiva. El pasado martes 16 fue transferido a terapia intermedia, a una sala en la que es el único paciente, pues los médicos deben minimizar el riesgo de infección que tiene debido a la herida expuesta que todavía está en proceso de curación.

Este viernes 19 y, desde su cama de hospital, Plácido hace honor a su nombre, está apacible, y muy agradecido, sobre todo con Dios. “Dios existe”, afirma con una convicción que no admite discusión. Y ¿qué se le puede discutir a alguien que tenía todas las de perder, pero ahora está recuperado y su vida fuera de peligro?

“Muchos decían que no voy (iba) a salir (con vida)”, manifiesta en el video que fue publicado en las redes sociales de ese centro de salud, y agradece a los médicos, a los enfermeros y a todos quienes lo han atendido en el hospital. “Venían (y me decían): ‘pedile a Dios, hijo’… Sobre todo, está Dios, nada más. Dios existe”, expresa Plácido con fe; y al lado de su almohada su material de lectura, lo corrobora, un pequeño libro con el Nuevo Testamento.

Yo he hablado con Dios, y Dios dice que somos familia, todos; familiares lejanos, cercanos (…) A mi institución que es Adepcoca; a mi familia que es Adepcoca: gracias. Y sobre todo, pondero al personal médico, (por) esa buena fe, ese cuidado de mano hacia el prójimo… Un amor… no tiene nombre, de todo: de padre, de madre, de hijo, de todo. Eso es lo que me han demostrado aquí en este hospital (…) me han tratado excelente”, manifiesta su agradecimiento, calmado, haciendo las pausas que su cuerpo le pide.

Plácido está aún siendo monitoreado, pueden escucharse las máquinas que controlan su presión arterial, mientras habla, y en su pieza también se ven colgados los envases de suero y de medicamentos que le administran.


De acuerdo con el reporte que brinda el hospital en la jornada, Plácido recibe tres antibióticos y el próximo martes será sometido a una limpieza quirúrgica. Dependiendo de los resultados de esa intervención, se programará un nuevo acto quirúrgico. En él le practicarán tres cirugías: de abdomen, una traumatológica y una plástica reconstructiva.

Plácido lleva tres actos quirúrgicos desde que fue internado. En el primero, le practicaron siete cirugías y en cada uno de los restantes dos, le han hecho tres cirugías más.

La próxima semana es probable que pueda iniciar con fisioterapia de rehabilitación. Desde el hospital, su directora Yael Cazón, expresa a la prensa que si bien Plácido tiene una evolución favorable y un pronóstico vital bueno, los riesgos de la infección pueden producir complicaciones; por ello, y porque hay partes blandas que necesitan recuperarse, se habla aún de un pronóstico reservado.

Hasta el momento los médicos han logrado reconstruir su pared abdominal e internamente sus órganos están íntegros, pero el peligro de infección es algo que la médica remarca, y describe la herida como muy contaminada. Después de la nueva limpieza quirúrgica, los especialistas deberán trabajar en una cirugía plásticorreconstructiva de la piel, con injertos del mismo paciente.

Plácido se alimenta solo, aunque la dieta aún es líquida, pero esta ya es una buena señal de su recuperación. Cazón indica que el paciente volverá a caminar, pues la fractura de su articulación pélvica es estable. Plácido ha perdido la mano y el antebrazo izquierdos, por lo que la médica habla de una prótesis que pueda ayudarle a recuperar la funcionalidad a su brazo.

El costo económico del tratamiento que recibe Plácido y de sus múltiples cirugías aún no fue dado a conocer. Cazón señaló en conferencia de prensa que aún no se ha hecho la evaluación financiera, pero que se harán los respectivos ajustes, considerando la realidad de la familia. Sin duda son muy elevados, como ella misma menciona.

EL DEBER buscó a dos hermanos de Plácido, pero una tenía el teléfono apagado y con el otro la comunicación fue interferida y no pudo ser restablecida.

Plácido es descrito por los médicos como un paciente con buen ánimo, lo que ayudará en su recuperación. ¡Y cómo no!, si el mismo lo dice: “Agradecer al hospital por hacerme vivir una segunda vez… y a Dios. ¡Dios existe!”, insiste.