El exdirector del Fondo Indígena padeció durante siete años en la cárcel. Enfrentó intento de agresión sexual. Murió en abril

11 de septiembre de 2022, 4:00 AM
11 de septiembre de 2022, 4:00 AM

Marco Antonio Aramayo, exdirector del Fondo Indígena, padeció siete años en la cárcel por denunciar el desfalco millonario en esa institución y que solo derivó en 256 procesos en su contra. El hombre, que murió en prisión a los 54 años, dejó los testimonios de los cientos de agresiones y torturas a las que fue sometido. Desde violencia psicológica hasta sexual. Los intentos de desaparición y de homicidio a los que sobrevivió.

“El Chicle (amigo de Marco) estaba como delegado (en el penal de Cobija) y a él un guardia le avisó que iba a haber un motín, que iban a entrar del otro lado y que iban a comenzar (a atacar) con cuchillos. Él dijo: ‘Yo creo que vienen directamente para matarlo a Marco’. Le pagaron al policía de guardia para sacar a Marco y Chicle lo llevó a su celda justo a tiempo. Después de cinco minutos empezaron a acuchillar a todos los de la celda en la que estaba antes Marco”, relató Moraima Monje, viuda de Aramayo.

Aramayo relató que el día del intento de homicidio, el 10 de septiembre de 2018 en el penal de Villa Busch, en Cobija, ocurrió un motín con un saldo de 20 heridos y tres muertos.

“Los policías caminaban por nuestras espaldas, se escuchaban gritos, (y había) fuertes olores a gas. A todos nos desnudaron. Nos sacaron desnudos, sin ropa, al patio. Estuvimos cuatro horas tendidos en el suelo, con las manos en la nuca”, contó al Instituto de Terapia e Investigación sobre las secuelas de la Tortura y la Violencia de Estado (ITEI).

No fue la primera vez que el exfuncionario sería obligado a desnudarse. La segunda agresión sexual se dio el 9 de agosto de 2019. Cuando regresó a La Paz desde Santa Cruz, detalló que en el penal de San Pedro lo esperaban varios policías y un jefe de seguridad, quienes ordenaron que se desnude por una a dos horas mientras alguien informaba al entonces ministro de Gobierno por teléfono.

Desde las 22:00 hasta la 1:00, Aramayo fue obligado a desvestirse dos veces y lo mantuvieron así por varias horas. “Eso es un abuso que también voy a recordar toda mi vida”, se plasma en el libro de 90 páginas.

Las 88 agresiones provinieron de varios autores como policías, jueces, fiscales, abogados, gobernadores de cárceles, directores, viceministros y ministros.

Por ejemplo, Juan Ramón Quintana, exministro de la Presidencia, sería responsable de la “detención arbitraria” cuando se presentó a declarar el 5 de marzo de 2015. “Escucha un audio en el que el ministro Quintana ordena su aprehensión”, señala la primera parte de la cronología de agresiones.

El libro contiene fechas, lugares y nombres de los que participaron en las agresiones físicas, psicológicas y hasta biológicas. Según el texto presentado por el ITEI, Aramayo en fecha 3 de febrero de 2020 le envió una carta a la presidenta transitoria Jeanine Añez hasta Rurrenabaque.

“Ese día, Jeanine Añez en persona, haciéndose la burla con Yerko Núñez y Rafael Quispe, dijeron: ‘Cautélenlo a ese masista’. Inmediatamente salió la instrucción”, sostuvo Marco como un recordatorio previo a la acusación de Incumplimiento de Deberes que habría impulsado Quispe.

EL DEBER intentó comunicarse con Rafael Quispe para conocer su versión, por mensajes de texto y llamadas, pero no respondió. En muchas ocasiones le prohibieron comer y beber, viajaba enmanillado, lo trasladaban de ciudad en ciudad sin aviso previo, tenía varias audiencias en una sola jornada, era humillado y estigmatizado mediáticamente.

Susana Saavedra, miembros de la Fundación Construir, señaló que la tortura que sufrió Aramayo fue sistemática y recalcó que el Estado aún siendo parte de todos los tratados contra actos inhumanos permitió que se vulneren los derechos humanos del exfuncionario fallecido preso en abril de este año.