Hubo movilizaciones en La Paz y Cochabamba, donde la Policía tuvo que hacer uso de la fuerza y de gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.

18 de noviembre de 2019, 21:10 PM
18 de noviembre de 2019, 21:10 PM


Los seguidores del expresidente izquierdista Evo Morales manifestaban y bloqueaban rutas este lunes para exigir la salida de la mandataria interina de derecha, mientras la iglesia católica llamaba a un diálogo para convocar elecciones y pacificar Bolivia, donde 23 personas han muerto en casi un mes de confrontaciones.

"Ya no tenemos democracia", clama Carmen, mientras participa de una columna de campesinos cocaleros en Sacaba (centro) impedida de llegar a la ciudad de Cochabamba, a unos 18 km de distancia, para manifestarse contra la mandataria provisoria Jeanine Áñez, quien tomó el mando tras la renuncia de Morales el 10 de noviembre.

"Hemos visto que esta presidenta en horas ha mandado directamente balas al pueblo de Bolivia para acallarnos", se lamenta, en alusión a los nueve muertos registrados cuando campesinos cocaleros intentaron el viernes rebasar un cerco militar-policial en esa ciudad.

En La Paz, miles de campesinos se manifestaban también en el centro de la ciudad, que intentaba lentamente retomar la normalidad. Mientras la plaza Murillo, donde están las oficinas presidenciales, sigue resguardada por las fuerzas policiales.

"Queremos la renuncia de Áñez, están matando a nuestros hermanos", protesta Benjamín Yanco, que vino desde la vecina El Alto, para pedir la dimisión de la mandataria, mientras reivindica la 'whipala', la bandera indígena que fue vejada por policías la semana pasada en medio de una oleada de violencia.

En este escenario, la Iglesia católica de Bolivia anunció este lunes el inicio de un diálogo, entre el gobierno y otros sectores, para poner fin a una crisis que dura casi un mes.

Los obispos bolivianos, en coordinación con la Unión Europea y Naciones Unidas, llamaron a las conversaciones para "pacificar el país, y consensuar las condiciones de unas nuevas elecciones generales".

"El diálogo es el camino apropiado para superar las diferencias entre bolivianos", dijo el secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana, Aurelio Pesoa, en conferencia de prensa. "Celebrar elecciones transparentes (...) es el mejor camino para superar las diferencias", agregó.

Los obispos propiciaron acercamientos desde la semana pasada entre el gobierno interino de Áñez y sectores afines a Morales, quien renunció hace una semana y se asiló en México tras desatarse protestas que denunciaban un fraude electoral en los comicios del pasado 20 de octubre. El fin principal es calmar las aguas y llamar a nuevas elecciones.

Pero si fracasaran esas negociaciones el gobierno estudia la posibilidad de convocar "de manera inmediata" a elecciones "a través de algún otro instrumento legal", dijo el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano.

Ese mecanismo no sería otro que "una ley (para) una convocatoria inmediata al proceso electoral", como propuso el excandidato presidencial Carlos Mesa, "cumpliendo rigurosamente el artículo 169 de la Constitución", que establece un plazo máximo de 90 días.  

Este tipo de convocatoria a elecciones ya se usó en 2005 cuando el mismo Mesa renunció a la presidencia -que también ocupaba interinamente tras renuncia del titular Gonzalo Sánchez de Lozada- luego de un consenso político.

 - Tensión política -

Sin embargo, el ministro de Gobierno (interior), Arturo Murillo, inyectó tensión al denunciar, sin aportar pruebas, que "un grupo criminal quiere atentar contra la presidenta" Áñez, quien, dijo, tuvo que abortar un viaje al interior del país.

"Está en peligro su vida". "Hay gente, por supuesto, venezolana, cubana, colombiana, metida en esto, está el narcotráfico por detrás", señaló Murillo.

Y la ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, acusó este lunes a Morales de tratar de provocar confrontaciones entre bolivianos. "Lo que está causando es una convulsión. No es el pacificador (..), nos está chantajeando", declaró.

"En lugar de pacificación", las nuevas autoridades "ordenan difamación y represión contra hermanos del campo que denuncian el golpe de Estado", escribió en Twitter Morales, desde México.

El gobierno de Áñez debe ponerse de acuerdo con el Movimiento Al Socialismo (MAS, de Morales), mayoritario en el Congreso, para elegir a seis de los siete titulares del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y convocar la votación. Los anteriores miembros de esa institución están en prisión preventiva por irregularidades en las presidenciales de octubre, que dieron la reelección a Morales.

 - Más protestas -

Las invitaciones al diálogo no han acabado, sin embargo, con las protestas callejeras.

Las manifestaciones más violentas se han concentrado los últimos días en Cochabamba (centro), donde este lunes, tres marchas con centenares de seguidores de Morales intentaban confluir en la plaza de Armas para manifestarse contra Áñez, en medio de un férreo control de la policía.

Desde el exterior, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, dijo en rueda de prensa en la tarde del lunes que el gobierno interino de Bolivia había hecho "lo correcto" al iniciar la repatriación de más de 700 cooperantes de Cuba, cuyo gobierno es muy cercano a Morales.