La tarde del martes se produjo un conflicto en la localidad de Chontalaka, en la provincia Franz Tamayo, norte de La Paz, donde resultaron ocho personas heridas de bala. Según autoridades locales, la causa es un problema de disputa por territorio minero

2 de junio de 2022, 20:17 PM
2 de junio de 2022, 20:17 PM

Luego de visitar la zona y recorrer por dos caminos distintos la región del conflicto minero, la senadora Cecilia Requena (CC) denunció la existencia de actividad minera descontrolada en los parques Madidi, Cotapata y Apolobamba que afecta a todos los pueblos del lugar. Asimismo, dijo que la circulación de cisternas cargadas de diésel es libre y sin placas.


“En este caso estamos denunciando el poder económico creciente, impune, de un sector minero mayoritariamente ilegal que está ejerciendo el terror y la violencia contra todas las personas que están tratando de denunciar esta minería ilegal, inclusive usando el poder judicial para meterlos a la cárcel de modo que nadie se atreva a decir nada”, relató en conferencia de prensa.


La tarde del martes se produjo un conflicto en la localidad de Chontalaka, en la provincia Franz Tamayo, norte de La Paz, donde resultaron ocho personas heridas de bala. Según autoridades locales la causa es un problema de disputa por territorio minero en la comunidad Unión Pauje, a hora y media de Apolo, por la carretera hacia La Paz. Los comunarios de Unión Pauje se enfrentaron a sus vecinos de Correo.


La senadora Requena denunció que fue amenazada abiertamente por los comunarios del lugar, quienes advirtieron con iniciar un bloqueo de caminos que impediría la salida de la comitiva del Senado que llegó hasta el lugar luego de recibir las denuncias de los avasallamientos.


Las cisternas


Luego pasó a describir la presencia de camiones cisternas de alto tonelaje que circulan por la zona, sin placas, lo que impide realizar un control sobre las empresas que trabajan sin licencias ambientales y menos con terrenos propios.


“Están todo el tiempo circulando por el camino sin ningún tipo de control y sin placas, nadie ve nada, los camiones no son detenidos, pasan llevando el combustible que necesitan las retroexcavadoras y tractores”, dijo.


De acuerdo con los datos que pudo recolectar de las autoridades, cada maquinaria pesada que trabaja en el desmonte o en la apertura de caminos tiene un costo cercano al cuarto millón de dólares, “ese es el poder económico contra el cual el Estado está inerme y en algunos casos es cómplice de este desastre”, reflejó.


Es inexplicable, dijo, cómo consiguen diésel estas gigantescas cisternas cuando el país tiene serios problemas de aprovisionamiento. Toda la maquinaria pesada, retroexcavadoras, tractores, camiones, volquetas tienen como combustible esencial el diésel.