Mientras tres maestros se encuentran, por tercer día, encerrados en pequeños espacios construidos a su alrededor, como medida de protesta y en demanda de reivindicaciones para su sector, la viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón, reafirmó la predisposición del Gobierno al diálogo.

“Hemos insistido en el diálogo, ustedes son testigos de aquellos diálogos constantes, en las madrugadas, en las noches … y esa, siempre, va a ser nuestra política. Avancemos, pero cuando uno va a un diálogo, uno va, escucha, se avanza, se trabaja”, observó Alcón.

Para la viceministra, el congreso educativo es la instancia en la que los maestros deben resolver sus demandas, entre ellas la búsqueda de la calidad educativa y la aceptación o no del currículo. Por otro lado, indicó que este año se aumentaron 16 mil horas más de las anunciadas para este periodo.

En la jornada, representantes de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos visitaron a los maestros ‘tapiados’ y se comprometieron a gestionar el diálogo con el presidente Luis Arece y los ministros de la Presidencia y de Educación, además de la Iglesia católica.

Protestas

Los maestros llevan nueve semanas de movilizaciones. En la ciudad de La Paz, en la casa del Maestro, actualmente 23 educadores y dirigentes departamentales y regionales se encuentran en su noveno día de huelga de hambre; empezaron 31. Además, tres ejecutivos nacionales de la Confederación de Trabajadores de Educación Urbana de Bolivia (Cteub) están encerrados o tapiados, sin agua, alimento ni servicios básicos.

Wilfredo Ajllahuanca, uno de los tres maestros que realiza la radical medida de protesta, señaló a Cadena A, que esperan que las autoridades acudan al diálogo en su sede.

“Ya hemos visto que, en anteriores en reuniones, el único afán que tenían las autoridades era (el) de desmovilizarnos y nosotros no vamos (a hacerlo). A veces creo que hemos sido lo suficientemente pacientes al esperar nueve semanas de conflicto. Vamos a estar prestos a cualquier tipo de reunión que se pueda dar”, indicó el educador desde su encierro en una especie de caseta construida con ladrillos huecos y cemento, cuyo único espacio de ventilación está cubierto con una malla.

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