Es un mecanismo a través del cual la comisión de DDHH de la OEA puede pedir protección para determinadas personas

20 de agosto de 2021, 8:13 AM
20 de agosto de 2021, 8:13 AM

La expresidenta Jeanine Áñez volvió a perder otra acción de libertad. Fue la cuarta que presentó su defensa, esta vez sustentada por la presidenta de la Asamblea permanente de Derechos Humanos, Amparo Carvajal, y casi agotadas las instancias nacionales ahora irá en busca de una medida cautelar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para salir en libertad por su estado de salud.

En la audiencia la expresidenta reclamó que sufre el acoso del Gobierno. Se le quebró la voz cuando señaló que la acusan injustamente de asesina, de golpista. “Hice lo que tenía que hacer”, señaló.

“Perdí el apetito, tengo demasiada ansiedad. Me duele la parte izquierda, no sé si es el corazón lo que me molesta. Pierdo el equilibrio, estoy muy débil. Tengo dolores de cabeza muy intensos, se me adormecen los brazos, se me tuercen las manos”, relató Áñez.

Por su parte, Amparo Carvajal clamó que ella garantizaba que la expresidenta se mantenga en el país y que atienda todos sus procesos, pero pidió que la dejen salir de la cárcel por su salud.

Instancias

Ante esa situación, sus abogados señalaron que no queda otro camino que recurrir a instancias internacionales, y que la vía idónea es a través de la OEA.

Una medida cautelar es un mecanismo de protección de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), mediante la cual esta solicita a un Estado que proteja a una o más personas que estén en una situación grave y urgente de sufrir un daño irreparable.

Cualquier persona u organización puede presentar una solicitud de medida cautelar a favor de un individuo o de un grupo de personas, identificados o identificables, que se encuentren en una situación de riesgo. Es importante contar con el consentimiento de la persona a cuyo favor se interpone la solicitud, o en su defecto que se justifique razonablemente la imposibilidad de obtenerlo.

Alaín de Candeo, abogado de Áñez, señaló que este mecanismo funcionó el año pasado con la asambleísta del MAS Betty Yañíquez, y con Nelson Cox, exdefensor del pueblo de Cochabamba.

El mecanismo de medidas cautelares se encuentra previsto en el artículo 25 del Reglamento de la CIDH, según lo cual, en situaciones graves y urgentes de sufrir daños irreparables la Comisión podrá, a iniciativa propia o a solicitud de parte, “solicitar que un Estado adopte medidas cautelares”.

Tales medidas pueden guardar o no conexidad con una petición o caso bajo conocimiento de los órganos del Sistema Interamericano. Asimismo, el Reglamento indica que el otorgamiento de dichas medidas y su adopción por el Estado no constituirán prejuzgamiento sobre la violación de los derechos protegidos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y/u otros instrumentos aplicables.

Asimismo, desde la entrada en vigor el 1 de agosto de 2013 de la última reforma reglamentaria, “las decisiones de otorgamiento, ampliación, modificación y levantamiento de medidas cautelares serán emitidas mediante resoluciones fundamentadas”. Tuvieron antes influencia en el sistema judicial boliviano.

HECHOS

UNA MUJER DE FE: “Pero estuve acá, en mi país, que considero, hice solamente lo que tenía que hacer. No me excedí en absolutamente en nada, no soy ninguna delincuente, no maté a nadie, ni mandaría a matar a nadie porque yo soy una mujer de fe, soy una mujer cristiana y siempre quiero lo mejor para mis compatriotas”, aseguró Áñez.

CASOS: Entre los polémicos hechos que involucran a la gestión de la exmandataria son las masacres de Senkata, El Alto, y Sacaba, en Cochabamba.