En Perú se descubrió que las víctimas que son explotadas sexualmente, donde existe un grupo elevado de bolivianas, deben pagar multas por diferentes motivos a las redes criminales que las explotan

9 de mayo de 2022, 7:52 AM
9 de mayo de 2022, 7:52 AM


La tragedia se encuentra a kilómetros de su hogar. Su niña –de solo 11 años- se fue de su casa y no sabían nada de ella. La desesperación desbordó a la familia. La menor utilizaba las redes sociales y a través de esas herramientas fue captada por las redes de trata y tráfico. Llegó a Perú y estaba a un paso de ser explotada sexualmente. A ese país, estas redes “introducen” niñas y adolescentes bolivianas a tres zonas, todas dominadas por la minería. Un 90% de las víctimas son utilizadas por el comercio sexual y el resto son obligadas al trabajo forzoso. 

Las víctimas explotadas con la prostitución a pesar de sufrir los abusos y la privación de libertad, también son sometidas en Perú a pagos elevados para sus captores. La fiscal superior especializada en delitos de trata de personas en Perú, Rosario López, explicó en un seminario en Lima que las mujeres explotadas sexualmente son sumergidas en un nuevo esquema conocido como “multas aplicadas”.

 En este grupo hay víctimas bolivianas.
Con esta modalidad, según López, las víctimas no solo deben pagar precios altos por el dinero invertido por sus captores en traslados, tramitación de documentos, gastos de subsistencia, alojamiento, alimentación y materiales de aseo sino también por diversas multas que se les aplica durante el trabajo sexual obligado. 

“Es una deuda que nunca van a poder cancelar y, como no pueden pagarla, finalmente, son vendidas por las mafias. Además, existe esta nueva modalidad por la cual, durante el ejercicio de la prostitución forzada, son multadas por diferentes aspectos, como por la forma en la que se visten o por cómo tratan a un cliente”, detalló López. 

En Bolivia, la Policía está tras los pasos de una mafia internacional que se dedica a captar a niñas y adolescentes en Bolivia para luego llevarlas con engaños a Perú. En ese país los focos de destino de las víctimas son las zonas de Puno, Cusco y Madre de Dios. La mayoría caen en estas redes por las redes sociales y ofertas laborales. 

“Lo que le interesa a la Policía Boliviana es desbaratar este tipo de circuitos o esquemas que se propician a partir de ciudadanos que están captando, especialmente a menores o a personas que se encuentran en circunstancias de vulnerabilidad”, detalló el subdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), coronel Juan José Donaire.

La fuerza policial acumula información y ve que la mayoría de las víctimas son captadas con engaños a través de las redes sociales. Un último caso fue el de una niña paceña de 11 años que fue recluida por estas redes criminales por medio de un juego en red virtual. La captaron y luego la llevaron con engaños a Perú, donde supuestamente iba a ganar dinero. 

De inmediato se hizo un trabajo coordinado con la Policía peruana y se llegó a detectar a la niña en la ciudad de Arequipa. Estaba a punto de ser explotada sexualmente en otra urbe peruana.

 La familia recibía mensajes de esta mafia para que les entregue los documentos de identidad de la menor.
Ahí actuaron las policías de ambos países. Hay dos aprehendidos. Los dos de nacionalidad peruana, pero la red criminal opera con bolivianos y chilenos, cada quien en sus lugares de origen. 

Estas redes, según el informe policial, se dedican a la trata de personas a través de diferentes mecanismos de captación. Apuntan a sus víctimas y las estudian para que acepten de acuerdo a sus condiciones.

 Se enfocan en menores de edad que pertenecen a familias con urgencias económicas. Las contactan por redes sociales y por anuncios de ofertas laborales. 

El caso de la menor paceña
En Bolivia existe la Asociación de Apoyo a Familiares Víctimas de Trata y Tráfico de Personas y Delitos Conexos (Asafavittp) que reúne a madres y padres que buscan a sus hijas desaparecidas. Esta agrupación consiguió encontrar a nueve jóvenes que fueron víctimas de trata y tráfico de personas.

En Perú continúa esta red de delitos. Luego de pasar por Desaguadero estas mafias llevan a sus víctimas a tres puntos para que sean explotadas sexualmente.
El defensor público de víctimas de trata de personas en Puno, Rolando Yucra, explicó a este medio que las víctimas, por lo general, son captadas a través de las redes sociales. Cuando son interceptadas -dijo- los tratantes consiguen el número de las menores y con engaños de brindarles trabajo como mozas, azafatas o ayudantes de cocina las obligan a trabajar en locales nocturnos.

Son tres los puntos que identificó donde las víctimas bolivianas sufren este tipo de explotación: Puno, Cusco y Madre de Dios. Todas estas zonas son dominadas por la minería, especialmente por la explotación de oro. 

“El mayor número de casos han sido identificados en las minas como La Rinconada, Ananea, San Juan de Oro y Putina Punco. Estas zonas están en Puno y mediante muchos controles hicimos varios operativos en estos lugares. Rescatamos a muchas menores de edad de su país (Bolivia) y mediante un trámite consular se las devolvió a sus familias. Es muy doloroso ver que los mismos seres humanos nos hagamos tanto daño entre nosotros”, lamentó Yucra.

El defensor público, que es un fiscal especializado en trata y tráfico de personas, relató que las víctimas bolivianas también son llevadas a las zonas del Cusco y Madre de Dios. El primer punto está en la región de los valles peruanos y, el segundo, en la Amazonía del vecino país, donde la explotación de oro esta descontrolada.
“En 2021 se vieron más de 106 casos que se tramitaron en la Fiscalía Especializada en Delitos de Trata de Personas de Puno.

 Las víctimas han sido interceptadas en avisos de trabajo y mediante las páginas de Facebook y a través de WhatsApp. Estos casos son en su mayoría de víctimas peruanas, porque la situación de las extranjeras se las denuncia en sus países, pero nosotros cooperamos en la investigación. Le puedo decir que hay un número similar de bolivianas y los casos más complicados estuvieron en la zona de La Rinconada”, dijo Yucra. 

La Rinconada es una zona llena de peligros. Está a más de 5.000 metros de altura sobre el nivel del mar. Tiene un clima frío y sus habitantes se dedican a la minería. Hay comercio, pero para atender las necesidades de los mineros. Pero lo más lamentable es que hay explotación sexual a la vista de todos. En las calles de esta zona minera se camuflan los lenocinios en las fachadas de los bares. 

“Lléveme, por favor. Me quiero ir. Quiero estar con mi familia”, fue el pedido de una niña (se desconoce el origen de la víctima) que fue rescatada de un lenocinio en La Rinconada. El testimonio está registrado en un video que fue grabado en un operativo realizado por la Fiscalía de Puno. 

En el caso de Chile sucede algo similar. Las víctimas, en un 90%, son explotadas en lenocinios y son llevadas a ese país con engaños. A muchas de ellas se les quita sus documentos.