Se trata de Freddy Bobaryn, titular de Coordinación y Gestión Gubernamental. Critica a Evo por forzar una cuarta candidatura a la Presidencia y sostiene que el vicepresidente es el principal ideólogo del “Vivir bien”

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18 de enero de 2022, 12:06 PM
18 de enero de 2022, 12:06 PM

Freddy Bobaryn, viceministro de Coordinación y Gestión Gubernamental, publicó este martes un artículo de opinión denominado ‘El síndrome de hubris y la lucha por el poder’, en el que lanza duras críticas contra el “jefazo” (Juan Evo Morales) y defiende la imagen de David Choquehuanca, ante los ataques de la élite de dirigentes privilegiados.

El escrito, difundido por el periódico estatal, critica al máximo dirigente del MAS por haber forzado una cuarta candidatura a la Presidencia y sostiene que el vicepresidente es el principal ideólogo del “vivir bien”.

“El entorno que justificó teóricamente la indispensabilidad de la presencia del ‘jefazo’ como única garantía de unidad en el país, se equivocó. Porque, sobre la base de esto, dentro el MAS también se realizaron purgas y persecuciones internas, que procuraron calumniar y deponer a David Choquehuanca, por el temor de que éste pudiera desplazar al jefazo, razón por la cual se continúan orquestando ataques sistemáticos, que buscan desprestigiar a quien es el principal ideólogo y pieza clave en la construcción de la filosofía del Vivir Bien", apuntó.

Sostiene que el líder cocalero “rompió el techo de cristal cuando atribuyó a las organizaciones sociales la obstinación de forzar una candidatura a la Presidencia, por cuarta vez”, hecho que “contribuyó a crear un rechazo de una sociedad ya estupefacta ante una narrativa que justificaba la vulneración de Derechos Humanos”.

Bobaryn afirma que la permanencia de Evo en el poder propició la configuración de “una élite dirigente privilegiada, cuyos miembros terminaron por integrarse clientelarmente a un mando hegemónico, secuestrando los genuinos y legítimos intereses de los sectores a los que decían representar”.

También advierte que, mientras eso sucedía, “el entorno” del expresidente se preocupaba en darle una mano a las logias terratenientes de oriente, incluso cuando estas no dudaban en financiar el golpe a través de Luis Fernando Camacho”.

“Donde todos piensan igual, nadie piensa. Los díscolos que intentaron visibilizar o reflexionar sobre algunas malas decisiones fueron purgados y acusados de libre-pensantes. La soberbia de quienes, en su momento, tenían el control del Estado, impuso un pensamiento único de corte arbitrario, que derivó en una autoafirmación en el error”, agrega el artículo.

El viceministro advierte que todavía existen dirigentes que “continúan atacando a David Choquehuanca, que no comprenden que el ‘proceso de cambio’ no es la particularidad de una organización electoralista. Sino más bien, es el ineludible transitar de una acumulación histórica, de luchas, victorias y derrotas, que encuentra sentido y coherencia a través de nuestra espiritualidad, contenida en la filosofía del vivir bien”.