El comandante policial cochabambino dijo que no se descarta ninguna hipótesis sobre los motivos que impulsaron el crimen de Olivera. El jefe de la Felcc afirmó que el secuestro no tuvo como móvil la droga

23 de septiembre de 2020, 9:38 AM
23 de septiembre de 2020, 9:38 AM


Dos hechos violentos volvieron a marcar el trópico de Cochabamba con sangre. El primero tiene que ver con el hallazgo del cuerpo de un hombre en medio de un sembradío de coca con signos de tortura y el segundo es el secuestro de otro cocalero, que fue plagiado por siete personas.

Julio Olivera Rojas, de 40 años, es un hombre cuyo cuerpo fue abandonado en una plantación de coca; le quitaron los ojos y lo golpearon hasta matarlo. 

El comandante departamental de la Policía de Cochabamba, Javier Mendoza, reconoció que la extrema violencia utilizada para matar a esta persona ha llamado la atención de los investigadores y dijo que se está analizando este detalle, “a fin de ver otros elementos que pudieran nacer de lo ocurrido”.

No descartamos ninguna de las hipótesis que se analizan, no se descarta nada. En los siguientes días veremos más informes y los detalles de lo que sucedió”, apuntó el comandante, mientras que de manera extraoficial se insiste en que el crimen de Olivera es una muestra clara de un ajuste de cuentas vinculado al tráfico de drogas.

Mendoza, antes de hacer la presentación oficial del secuestro y la desarticulación de la banda de plagiadores que operaba con escopetas y una ametralladora calibre 9 milímetros, dijo que era llamativo el uso de armas de fuego en varios de los hechos resueltos en la zona de Chapare.

Estamos trabajando con el fin de detectar el ingreso y la salida de armamento en esta zona”, apuntó el jefe policial y precisó que continuarán con las acciones de intervención.

Mendoza daba esta explicación en referencia al secuestro del cocalero Wilfran Quispe Almanza, de 31 años, que fue interceptado por una organización criminal, compuesta por siete personas (tres mujeres y cuatro varones), la madrugada del jueves de la semana pasada cuando llegaba a la población de Samuzabety.

El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de Cochabamba, Alberto Cárdenas, precisó que gracias a la intervención de los agentes se pudo engañar a los plagiadores, que pedían $us 10.000 para devolver con vida a Wilfran, por lo que se fingió una entrega del monto solicitado y se detuvo a los delincuentes.

Se descarta que los móviles del caso tengan que ver con algún ajuste de cuentas relacionado con temas de narcotráfico”, precisó Cárdenas y dijo que se trata de una organización criminal, además de asegurar que el retorno gradual de policías al trópico cochabambino está permitiendo resolver hechos.

Para cerrar el caso de la banda de secuestradores, las autoridades policiales indicaron que la gavilla ya fue enviada con detención preventiva a los penales de San Sebastián, varones y mujeres.