El lunes, la organización World Wildlife Fund (WWF) hizo el lanzamiento de Planeta Vivo 2024, un reporte ambiental sobre la salud del planeta, que muestra cómo en solo 50 años, las poblaciones de vida silvestre han caído hasta en 73%

29 de octubre de 2024, 6:00 AM
29 de octubre de 2024, 6:00 AM

“Lo que estamos viendo es que hay una disminución muy importante en el número de las especies bajo monitoreo. A escala global han bajado un 73%, pero es más preocupante lo que pasa en la región de Latinoamérica, donde la disminución es del 95% en 50 años”, explicó ayer Jordi Surkin, director de Conservación de World Wildlife Fund (WWF), durante la presentación del Informe Planeta Vivo 2024, realizada en el Hotel Camino Real. 

Surkin explicó que este reporte se produce cada dos años, en colaboración de WWF con la Sociedad Zoológica de Londres.

Asimismo, alertó sobre la situación de la Amazonía mundial, una de las más asediadas por la actividad antrópica en el último tiempo. 

Explicó que la Amazonía está “peligrosamente” cerca de un proceso irreversible de transformarse en otro tipo de bosque. “Los datos del reporte de 2020 decían que la Amazonía estaba con un 17% de afectación, mientras que los científicos creen que a partir del 20 y 22% empieza a tener este proceso. Es decir, en vez de tener un bosque húmedo, comienza a convertirse en sabanas, en bosques secos”, advirtió.

Ese daño, remarcó, además se traduce en una pérdida grave de la biodiversidad porque afecta la salud del ecosistema de tal manera que empieza a secarse. 

“Y los efectos de eso pueden ser catastróficos porque la Amazonía es el gran regulador del clima de la región, porque tiene lo que se llaman ríos volantes. El agua sale del mar Atlántico, a eso suma la humedad de los árboles. Llega a los Andes, se condensa y empieza a girar. Y justo aquí en el Amboró gira hacia el este y va hacia San Pablo (Brasil)”, explicó.

Alfonso Llobet, coordinador de Planificación, monitoreo y medios de WWF, aclaró que si bien el estudio no detalla la realidad de la biodiversidad por países, hay algunos estudios de casos en Bolivia, especialmente en lo que tiene que ver con recursos hídricos, cabeceras de ríos, etc.

“Cuando deforestamos las cabeceras de los ríos, en la Amazonía, o en el Amboró, obviamente llegará menos agua. El caudal será menor porque son zonas productoras de este líquido. Por ejemplo, la mitad del vaso de agua que se toma en el departamento cruceño se produce en el (Parque Nacional) Amboró, del mismo modo que la mitad del agua que utiliza todo el sector agroindustrial cruceño”, ilustró Llobet sobre la importancia de esta área protegida, que además es una de las más deforestadas, de acuerdo a diversos reportes de ONG.

En esta misma línea, recordó que en el momento en que se descuida la protección de las cabeceras de estas aguas, también se está afectando a los sistemas productivos. 

“Y eso obviamente tiene un impacto aguas abajo, en poblaciones naturales como las de los delfines. Muchas veces decimos que todo se debe al cambio climático, pero omitimos que somos nosotros los que estamos contribuyendo a eso”, reflexionó.

Surkin afirmó que desde 2020 los datos muestran que ya se sufre un ambiente más caliente y más seco. “Si afectas la principal fuente de regulación climática, lo predecible es que el bosque sea más seco, y entonces vamos a tener mayor cantidad de gente sin fuente de agua, más problemas para la agricultura, la producción, y la gente del campo tendrá que ir a la ciudad a engrosar las periferias”, advirtió sobre la afectación a la rutina de los ciudadanos, más allá de una visión netamente ambientalista.

El informe
De acuerdo con el reporte Planeta Vivo 2024, las poblaciones de vida silvestre monitoreadas que más han disminuido se registraron en América Latina y el Caribe (-95%), África (-76%) y Asia-Pacífico (-60%).

El documento además refleja un “sistema en peligro”, a medida que el mundo se acerca a puntos de inflexión peligrosos e irreversibles impulsados por la pérdida de la naturaleza y el cambio climático. 

“Lo que suceda en los próximos cinco años será crucial para el futuro de la vida en la Tierra, tenemos el poder −y la oportunidad− de cambiar la trayectoria”, dice la reflexión de WWF sobre las conclusiones de Planeta Vivo.

Las caídas más fuertes se dan en los ecosistemas de agua dulce (-85%), seguido de los terrestres (-69%) y los marinos (-56%).

Paralelamente, en Colombia se desarrolla la COP16 sobre la Biodiversidad, en busca de soluciones para este problema.

DATOS
ESPECIES MONITOREADAS
El Informe Planeta Vivo 2024 estudió, entre otros animales, a los delfines de río, tortugas, vertebrados, aves, peces y muchos otros. “Se monitorean especies terrestres, dulceacuícolas, marinas. Y este alto nivel de pérdida que hay para nuestra región está vinculado
también al alto nivel de biodiversidad que tenemos”, analizó Alfonso Llobet, coordinador de Planificación, monitoreo y medios de WWF.