Aporte. Son alegres y no se limitan en gastos para mostrar lo mejor en sus presentaciones, siendo lo más vistoso del Carnaval. Dos historiadores coinciden en que son las salvadoras de la fiesta en los últimos diez años

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22 de febrero de 2017, 5:00 AM
22 de febrero de 2017, 5:00 AM

El Carnaval no puede ser igual sin ellas, aunque la creación de comparsas de mujeres es un fenómeno que se multiplicó hace un poco más de 25 años, así se refiere Nino Gandarilla Guardia, comunicador e historiador cruceño, a la participación femenina en la fiesta.
“Es imposible que en algún momento, de los más de 470 años que tiene la fiesta, hayamos salido a bailar entre hombres, porque el Carnaval es sinónimo de baile. Así las crónicas de Alcides de D’Orbigny mencionen su inicio como machista”, indica.  

Nunca se excusaron en el riesgo a ser criticadas o en la falta de fondos. Son esposas de los miembros de una comparsa popular, por eso algunas saltaron en el corso de 1992 con antifaz. “El machismo de dejar a las esposas en la casa, nos hizo conspirar en un café cercano a la plaza para formar nuestra comparsa”, dice su presidenta, Gina Sotelo.   1.- banda prestada.- El dinero que reunieron sirvió solo para pagar sus trajes y la banda les fue prestada por una institución militar. No por eso ellas se amilanaron  y sorprendieron en el corso, seis meses después de haberse formado.  2.- Las ocho valientes.- Fueron ocho las primeras en formar parte de Las Pioneras. Actualmente son 60 socias y este año son 35 las que participan en las actividades de 2017, explica Mirna Claure, vicepresidenta del grupo,   3.- Derecho a coronar.- Este año cumplirán 26 años de estar presentes en el Carnaval y ello les da derecho a coronar. Ellas quieren hacerlo sin participar en elecciones.
Inició con una conspiración 
Un café vio nacer a las pioneras 

Nunca se excusaron en el riesgo a ser criticadas o en la falta de fondos. Son esposas de los miembros de una comparsa popular, por eso algunas saltaron en el corso de 1992 con antifaz. “El machismo de dejar a las esposas en la casa, nos hizo conspirar en un café cercano a la plaza para formar nuestra comparsa”, dice su presidenta, Gina Sotelo.
1.- Banda prestada.- El dinero que reunieron sirvió solo para pagar sus trajes y la banda les fue prestada por una institución militar. No por eso ellas se amilanaron y sorprendieron en el corso, seis meses después de haberse formado.
2.- Las ocho valientes.- Fueron ocho las primeras en formar parte de Las Pioneras. Actualmente son 60 socias y este año son 35 las que participan en las actividades de 2017, explica Mirna Claure, vicepresidenta del grupo,
3.- Derecho a coronar.- Este año cumplirán 26 años de estar presentes en el Carnaval y ello les da derecho a coronar. Ellas quieren hacerlo sin participar en elecciones.
En sus apariciones muestran alegorías con motivos típicos. Las fundadoras de la comparsa se desprendieron de Las Pioneras en 1998 y decidieron que su sello sería presentar alegorías tradicionales o de la cultura cruceña, explica Mirian Bejarano, presidenta amazona.    1.- el apaluso.- Buscan siempre ser reconocidas por su alegría y estar en contacto directo con el público. “Para nosotras el máximo reconocimiento es el que recibimos del público. El aplauso de los niños y sus sonrisas nos alimentan”, asegura Bejarano.   2.- preparativos.- Una de sus actividades tradicionales es la preparación de un majao, al que invitan a los medios de comunicación y a la ACCC.
Amazonas con sello propio 
En rescate de lo tradicional  

En sus apariciones muestran alegorías con motivos típicos. Las fundadoras de la comparsa se desprendieron de Las Pioneras en 1998 y decidieron que su sello sería presentar alegorías tradicionales o de la cultura cruceña, explica Mirian Bejarano, presidenta amazona.
1.- El apaluso.- Buscan siempre ser reconocidas por su alegría y estar en contacto directo con el público. “Para nosotras el máximo reconocimiento es el que recibimos del público. El aplauso de los niños y sus sonrisas nos alimentan”, asegura Bejarano. 2.- Preparativos.- Una de sus actividades tradicionales es la preparación de un majao, al que invitan a los medios de comunicación y a la ACCC.

Ahondando en antecedentes, el periodista y escritor Bismarck Kleider en su libro ‘Las mujeres en el carnaval cruceño’ se remonta a 1937, cuando se elige a la primera reina de la festividad. 
“Soledad Arrien Gutiérrez le da notoriedad a la mujer y la hace protagonista principal de la fiesta grande. No hay Carnaval si no se le rinde pleitesía o se la incorpora como parte activa de esta celebración tan popular y colectiva”, puntualiza.

Eligen a su reina y les gusta salir a las calles los tres días. Eligieron su nombre por la popular muñeca. Les gusta salir a la calle con banda y asisten a todas las fiestas de las comparsas. Aparecieron por primera vez en el carnaval del 2001 y desde entonces han participado sin interrupciones.   1.- las precas.- Son activas participantes de las precarnavaleras, donde ponen todo el empeño para cosechar reconocimientos con sus originales alegorías, asegura Nelfa Coca, presidenta de Las Barbies.  2.- Sin excesos.- Dueñas de alegría desbordante, expresan que  eso y el baile es lo único que les gusta derrrochar. Su lugar de junte es la avenida Trinidad.
Las barbies de la fiesta
Representan la alegría


Eligen a su reina y les gusta salir a las calles los tres días. Eligieron su nombre por la popular muñeca. Les gusta salir a la calle con banda y asisten a todas las fiestas de las comparsas. Aparecieron por primera vez en el carnaval del 2001 y desde entonces han participado sin interrupciones.
1.- Las precas.- Son activas participantes de las precarnavaleras, donde ponen todo el empeño para cosechar reconocimientos con sus originales alegorías, asegura Nelfa Coca, presidenta de Las Barbies.
2.- Sin excesos.- Dueñas de alegría desbordante, expresan que eso y el baile es lo único que les gusta derrrochar. Su lugar de junte es la avenida Trinidad.

Una ordenanza municipal de 1953 marca un proceso de evolución para la igualdad de condiciones de las damas. Aun así, algunas comparsas tradicionales masculinas las siguieron relegando a salir solo en el corso y durante el primer día. 

Se adueñan de la fiesta
Fue hasta 1972 que un grupo de amigas aprovechó el cambio de visión, ellas formaron la primera comparsa femenina, Las Roba Chicos. Su espacio en el Carnaval fue significativo por la alegría y el realce que aportaron, sostiene Kleider.


La historia de esta primera comparsa, explicada a detalle, se  la puede conocer en este reportaje. Ellas se destacaron no solo por el atrevimiento que demostraron a sus pares carnavaleros, sino porque abrieron la brecha a otras agrupaciones.
Con la llegada de Las Pioneras al corso en 1992, 19 años detrás de las Roba Chicos, el giro fue completo en las carnestolendas y se inició una época de colorido y espectáculo, señala Kleider.


Gandarilla da un paso más adelante y sitúa a las comparsas femeninas como las indiscutibles salvadoras del Carnaval en la última década. 
“Las Pioneras fueron imitadas por otras agrupaciones y eso le dio una contribución sustancial al Carnaval. Ellas se apropiaron de la tradición del disfraz, que preservaron Gaby y Arlinda Dabdoub”, asegura Gandarilla.     

Salieron del colegio en 1983 y se mantuvieron unidas. Este grupo de compañeras del Santa Ana siguió la tradición de hacer una fiesta carnavalera y en 2011 decidieron formar su propia comparsa. Una de sus características es ser solidarias y lo recaudado en sus actividades es donado a un necesitado.   1.- fundadoras.- Con 32 socias, las Mitakuñá se reunieron el 4 de enero de 2011 para sentar las bases de su agrupación e inscribirse a la ACCC, indica Marina Santistevan, presidenta actual.  2.- NOmbre.- Su nombre es la unión de dos vocablos guaraníes que significan joven mujer. En el momento de su fundación, el término encajó a la perfección con el periodo cívico y regional que se vivía en Santa Cruz.  2.- familieras.- Tienen como costumbre reunirse el primer día de Carnaval en el centro. El resto de los días, las Mitakuñá acompañan a sus esposos en sus comparsas. En el Carnavalito llevan a su familia a su tradicional churrasco en una quinta de las afueras.
Mitakuñá, las mueve ayudar
La promoción que se hizo comparsa 


Salieron del colegio en 1983 y se mantuvieron unidas. Este grupo de compañeras del Santa Ana siguió la tradición de hacer una fiesta carnavalera y en 2011 decidieron formar su propia comparsa. Una de sus características es ser solidarias y lo recaudado en sus actividades es donado a un necesitado.
1.- Fundadoras.- Con 32 socias, las Mitakuñá se reunieron el 4 de enero de 2011 para sentar las bases de su agrupación e inscribirse a la ACCC, indica Marina Santistevan, presidenta actual.
2.- Nombre.- Su nombre es la unión de dos vocablos guaraníes que significan joven mujer. En el momento de su fundación, el término encajó a la perfección con el periodo cívico y regional que se vivía en Santa Cruz.
2.- Familieras.- Tienen como costumbre reunirse el primer día de Carnaval en el centro. El resto de los días, las Mitakuñá acompañan a sus esposos en sus comparsas. En el Carnavalito llevan a su familia a su tradicional churrasco en una quinta de las afueras.

Un espectáculo atractivo
Las mujeres se apropiaron del Carnaval por la cultura estética que a mediados del siglo XIX se empezaba a imponer en su vestimenta. A esa moda, Gandarilla le atribuye el atractivo peculiar que se transmitió, desde aquella época hasta los días actuales, a la fiesta y a sus presentaciones. 


Ese también es el motivo para que la tradición del disfraz haya tenido en ellas mayor aceptación. “Desde Las Pioneras, las comparsas femeninas que han ido apareciendo ponen atención a las alegorías que visten en sus exhibiciones”, indica Kleider. 
Tanto como su vistosidad, cada uno de los trajes de las comparsas femeninas tiene también un valor económico elevado. Los gastos de cada una oscila entre $us 1.000 y $us 3.000, sin contar los gastos en arreglos personales, zapatos y otros elementos que utilizan para estar impecables en sus presentaciones.

Organizadas y decididas
El descontento, de sentir que el esfuerzo puesto para hacer del Carnaval un espectáculo vistoso y no verlo reflejado en las premiaciones, movió a 18 de estas comparsas a formar la Agrupación de Comparsas Femeninas.


   La presidencia y el reinado de esta agrupación está en manos de Gina Sotelo, representante de Las Pioneras. 
“El espíritu de nuetra agrupación es de colaboración entre las comparsas afiliadas. Todas estamos obligadas a asistir a las coronaciones y actividades que realizamos. Estos fondos se utilizan para solventar nuestros gastos”, asegura Mirian Bejarano, presidenta de las Amazonas. 
Apoyar la candidatura de Las Pioneras para coronar en la Fiesta Grande es otro objetivo que busca la agrupación 

Las Roba Chicos
Ellas se atrevieron a arrebatar corazones

asistían a todas las fiestas con una banda que llevaba el nombre de la agrupación. eran las invitadas especiales de todas ellas
Efímeras
Asistían a todas las fiestas con una banda que llevaba el nombre de la agrupación. Eran las invitadas especiales de todas ellas

Una mañana a principios del año 72, en el cafecito del Palace un trío de jovencitas conversaba sobre lo injusto y machista que era la participación de las mujeres en las actividades del Carnaval. En esa época ellas tenían que ser invitadas por un comparsero, que podía ser el amigo, cortejo o familiar. 


Esas tres amigas, Cinthya Roda, Chichi Iglesias y Chiquitita Suárez, no tenían ningún problema para asistir a las actividades carnavaleras. Se caracterizaban por ser amigueras. “Los muchachos invitaban una o cuatro madrinas. Lo normal eran dos, porque eran las que podía llevar en cada brazo. La invitación era formal y tenían que contar con la venia del padre”, explica Roda.


Afirma que ese modo de hacer las cosas no las tenía muy contentas. La mayoría de ellas estaba en la ciudad de vacaciones, porque estudiaban en otro país u otra ciudad de Bolivia. 
Esa Santa Cruz, de menos de 200.000 habitantes, tenía muchas reservas y tradiciones a la hora de conceder algunos derechos a las mujeres. Aunque ellas, jóvenes como eran y con una mente más abierta, estaban dispuestas a hacer cambios, recuerda Cinthya.


La conversación, que esa mañana giraba en torno a esos cambios, fue escuchada por algunos comparseros de La blandona. Ellos les propusieron formar una agrupación y participar del carnaval. “Les dije que íbamos a ir a inscribirnos, pero que ellos nos paguen los gastos y la banda, y no cualquier banda, tenía que ser la Pan de Arroz”, relata Cinthya.
Ahí empezó todo, ellas se dirigieron a las oficinas del municipio para inscribir la comparsa y La Blandona hizo un compromiso con ellas. “Tal vez pensaron que no nos íbamos a animar, pero nosotras fuimos a inscribirnos en seguida”, indica la comparsera. 


En las oficinas de la Alcaldía nada hizo cambiar el ánimo de esas arrojadas muchachas que iban a alterar la cara del Carnaval. Ante la negativa del encargado de Relaciones Públicas, ellas amenazaron con recurrir a la prensa. Eternos 15 minutos pasaron hasta que el funcionario regresó y les preguntó de mala gana por el garante, el presidente y el nombre de su grupo. Para salir de apuros Roda se hizo cargo de la presidencia, apuntó el nombre de Las Roba Chicos para la comparsa y le pidió al joven que lleve el documento a su papá para que sea el garante. Benjamín Roda, su padre, firmó el acta y ellas quedaron oficialmente inscritas. Sin reparos, La Blandona se ocupó de pagar la banda y la inscripción y ellas hicieron furor en ese Carnaval.


“Salimos a la calle en biquinis y mallas en ese corso, que a principios de los 70 se estaba trasladando a la Monseñor Rivero. Alquilamos carritos tirados por caballos y fuimos las Ladys Godivas del pueblo”, rememora Roda.


Esa primera participación despertó el interés de toda la población y mucho más de los otros comparseros. Famosas por sus atuendos, atrevidos para la época, se ganaron la simpatía de todos y eran invitadas a cuanta fiesta carnavalera se realizaba. 
“Era la época de las minis que mostraban la punta de la nalga y los zapatos con plataformas pesadas, que nos traíamos del extranjero”, describe.
El corso de 1973 las vio vestidas de cabareteras, toda una osadía para aquella sociedad cruceña. Esa fue su segunda y última participación. 


Los matrimonios, las obligaciones universitarias y la residencia de muchas de ellas en otros países dificultaron que se vuelvan a juntar para salir a las calles a engalanar el Carnaval. 
“Fuimos treinta y creo que hasta un poquito más. Muchas veces nos mencionan como efímeras, pero más que eso fuimos quienes nos atrevimos a buscar igualdad”, remarca Cinthya.