Las personas con sobrepeso en muy poco tiempo pueden desarrollar un grave daño hepático, a veces irreversible

21 de abril de 2023, 9:44 AM
21 de abril de 2023, 9:44 AM

El hígado es un órgano noble, uno de los más importantes del cuerpo, encargado de purificar la sangre, convertir los alimentos en energía y producir bilis para ayudar a desdoblar las grasas en el intestino. Capaz de limpiarse a sí mismo enviando las toxinas al intestino para su excreción. Es un sistema perfecto, el centro de la química corporal y regulador, entre otras importantes funciones, de la cantidad de sangre en el organismo.

No obstante, su poder y potencia, es vulnerable a los malos hábitos de vida y la ingesta de sustancias tóxicas, medicamentos y el licor. La cirrosis, las hepatitis o el hígado graso, ahora son los problemas más comunes.

Los daños hepáticos


La causa más determinante para el inicio de las lesiones hepáticas y la aparición de esteatosis (exceso de grasa en el hígado) es la obesidad por detrás del alcohol, que hasta hace poco se identificaba como el origen principal de daño hepático. Se sabe que la obesidad confiere un riesgo entre 2,5 a 3 veces superior que el alcohol para desarrollar lesiones en el hígado. Aunque se desconoce el tiempo necesario que debe transcurrir hasta que este órgano llegue a ser graso, se tiene constancia de que las personas que engordan en muy poco tiempo pueden desarrollarlo con rapidez.

El daño hepático no provocado por el alcohol va desde una esteatosis simple, pasando por una esteatohepatitis (un mal caracterizado por la acumulación de grasa en los hepatocitos o células hepáticas y por la inflamación del hígado) hasta la fibrosis y por último la cirrosis con grasa. Entre estos riesgos figuran con mayor frecuencia, la obesidad (69-100%), la diabetes mellitus tipo 2 (36-75%), el azúcar en la sangre y la hiperlipemia o grasa en la sangre (20-81%).

Dieta, el mejor tratamiento

Hasta el momento, el tratamiento más eficaz se basa en una dieta controlada en hidratos de carbono, evitando especialmente los alimentos refinados como azúcares y harinas, la disminución de alimentos ricos en grasas y frituras y por supuesto la terapia para la reducción de peso, una vez disminuida la grasa corporal, mantenimiento del peso y ejercicio físico regular.

El gran papel de los ácidos grasos omega 3

También se está tratando y existe evidencia científica al gran papel de la omega 3, para evitar la inflamación del hígado que se traduce en acumulación de grasa. Los ácidos grasos poliinsaturados omega 3, tienen una amplia reputación como agentes protectores frente a la inflamación y el dolor. Los alimentos fuente de ácidos de omega 3 son, especialmente, los pescados, linaza, chía, semillas, sésamo, girasol, palta.

Receta rica en omega 3: Espárragos con salsa de palta

Ingredientes: 12 espárragos verdes, 1 palta madura, 4 ramas de eneldo picaditas, jugo de ½ limón, 4 cucharadas de aceite de oliva, 1 cucharada de semillas de sésamo, sal y pimienta al gusto.

Preparación: En una sartén sin aceite, tostar ligeramente las semillas de sésamo hasta que empiecen a hincharse. Retira y reservar sobre un papel de cocina. Corta la palta y sazonar con jugo de limón, sal, pimienta, aceite de oliva y el eneldo picado. Remover bien y dejar a un lado.

En una sartén calienta un poco de aceite y sofríe suavemente los espárragos para que queden cocidos, pero aún crujientes. Servir calientito los espárragos en una fuente honda y cubrir con la salsa de palta por encima. Rinde dos porciones. Opcional, acompañar con zanahorias salteadas de la misma manera. Servir al momento de almuerzo o cena. Por: Rita Medina (Nutricionista / Dietista)