Mujer tenías que ser. Desde que aprendió a dibujar no ha soltado el lápiz y espera no hacerlo. Luego dijo a sus padres que quería ser “esa persona que hace vestidos”. Y escuchó por primera vez: “Hija, eso es ser una diseñadora de modas”

11 de agosto de 2021, 15:47 PM
11 de agosto de 2021, 15:47 PM

Elisa Mariah Tarifa Amo, soñaba con estudiar diseño de modas desde que tenía siete años. “Solía acompañar a mi madre a su trabajo y pasar horas sentada sin nada que hacer. Un día me aburrí y le dije: “Mamá, ¿podemos jugar?”. Ella me miró y dijo: ¿Ahora no puedo, pero que tal si te doy una hoja y un lápiz? Yo no sabía dibujar y mi madre con mucha paciencia y amor me enseñó a dibujar a la Blancanieves de Disney. 

Después de semanas de dibujar la misma Blancanieves, dije que ya no quería hacer lo mismo y que me aburría. Ahí todo cambió. Mi madre habló: Pero hija… usa tu imaginación. ¿Por qué no le cambias el color del vestido o el largo de las mangas? ¡Diviértete!

¿Conseguiste ir a Japón a través de la beca Nikkei y cómo accediste a la plaza?

Me encuentro en el 4to. año en Bunka Fashion College, Tokyo, Japón; gracias a la beca de la Nippon Foundation ‘Nikkei Scholarship’, Proyecto de realización de sueños. El programa tiene como objetivo ofrecer una oportunidad a los jóvenes descendientes de japoneses para realizar sus sueños y proyectos, que contribuyan al desarrollo de su país y de la sociedad; también promover un mayor nivel de entendimiento entre Japón y su país de origen, a través de su experiencia como becario en Japón. Conseguir plaza fue algo difícil. Al año aplican muchos nikkeis (descendientes japoneses) de Latinoamérica y Filipinas, de entre los 18, hasta 35 años. El campo de estudio no tiene límite, en la beca hay personas que aplican para arquitectura, música, ingenierías, medicina o gastronomía.

¿Hablás japonés o el inglés es suficiente para desenvolverte?

En Bunka Fashion College, mi carrera se lleva en japonés: exámenes, proyectos, todo. Y en las reuniones de la beca se manejan el japonés, el inglés, el español y el portugués.

¿Cuándo te fuiste? ¿Cada qué tiempo regresas a Santa Cruz?

Salí de Bolivia el 19 de marzo del 2017. La beca dura cinco años y con mis padres decidimos que lo mejor sería que me quede dos años y medio, volver a Bolivia un mes de vacaciones y terminar la beca en los otros dos años y medio. Me encuentro en la carrera de Diploma avanzado de diseño creativo, dentro del Departamento de tecnología de la moda.

¿Cuál fue tu proyecto sustentable en la competencia Coats & Gff, donde obtuviste el primer lugar?

Presenté un abrigo dedicado a mi abuela japonesa, que en paz descansa desde hace un par de años.

Recuerdo que, antes que ella fuera diagnosticada con cáncer, me decía que una vez haya ingresado a Bunka Fashion College, me enseñaría a hacer bordados y a pintar con acuarelas. Lamentablemente, el día que ella falleció, yo fui la única de los familiares, que no pudo estar a su lado. Meses después de su fallecimiento me mudé sola a un nuevo apartamento y todos los muebles de mi adorada abuela me los pasaron.

Aparte de los muebles, también heredé los materiales que ella utilizaba para hacer sus obras. Siempre me interesó reutilizar materiales, como la técnica del supra reciclaje, así que guardé cada telita, porque sentía que todo en algún momento iba ser usado.

Dicho y hecho, un día fui a la tienda de telas y casi me caigo de espaldas al ver el precio de una tela que quería usar para un proyecto. Me saltó a la mente la foto de mi abuela y sentí como si fuese una señal de que era el momento de usar sus materiales.

Fue el proyecto más emocional que he tenido. Lloré desde el primer, hasta el último día de este proyecto, fue una despedida a la vida física de mi abuela y una bienvenida a una nueva conexión con ella. Sentía como si ella siempre estuviese a mi lado mientras trabajaba en el proyecto. Me enseñó que no solo basta con ser una buena diseñadora, que uno siempre tiene que trabajar más en ser “un buen ser humano”. Cada que no hacía las cosas bien, se me cortaba la música, rompía las agujas o hasta se me quemaba la tela.

Poder plasmar las ilustraciones que ella hacía en acuarela en el forro del abrigo y el reutilizar las pequeñas telas de kimono que ella dejó, fue como ponerme a trabajar a su lado. Tal y como me lo había prometido antes de que enfermara. El título del proyecto fue Dear Baama o Querida Baama, como solíamos llamarla.



¿El supra reciclaje ahora es tendencia mundial en la moda?

No creo que deberíamos dirigirnos al supra reciclaje como una tendencia. No me gustaría que este estilo de vida se vea solo como algo de un momento. Es algo que nosotros hacemos día a día. Tenemos que abrir los ojos y darnos cuenta de que, si no retomamos estas acciones o si no las plasmamos en otras áreas de nuestras vidas, vamos a terminar viviendo en un basural. El supra reciclaje es arte y una vida un poco más sostenible, debemos aprender a reciclar y así preservar la vida del planeta.

¿Querés regresar a Bolivia o vas a quedarte en Japón?

Volver a Bolivia está en mis planes, pero antes quiero indagar más en la industria de la moda asiática, luego en la europea y después volver a mi tierra. Estoy en mi último año de la universidad. Siempre soñé con presentar como proyecto de graduación, una colección que represente la hermosa cultura boliviana con la tecnología japonesa. Así que estén atentos que desde aquí gritaré ¡Viva Bolivia!