Es bioquímica, pintora, artesana y cocinera. Ana Guehiza Vargas Cuéllar nació en Camiri, estudió en Santa Cruz y se dedica a lo que más le gusta, el arte

20 de septiembre de 2021, 8:57 AM
20 de septiembre de 2021, 8:57 AM

Posterior al nacimiento de su segundo nieto y por motivo de salud del infante, Ana Guehiza Vargas Cuéllar decidió dejar el trabajo que tenía en una entidad pública, para apoyar y ayudar en la recuperación de la salud del niño. Una vez en casa, sintió la necesidad de emprender un negocio que no requiera abandonar su misión de amor, entonces comenzó la fabricación de productos de limpieza para el hogar y productos artesanales de cosmética natural, porque ya contaba con capacitación para ello.

“Me gusta investigar y experimentar, por eso desarrollé varias fórmulas en productos de aseo personal, como un gel desinfectante de manos, que es hidratante y emoliente para la piel, igualmente desplegué una fórmula de jabones orgánicos de glicerina vegetal con aloe vera y miel de abejas, que es excelente para pieles oleosas; además de una fórmula dirigida a curar y cicatrizar los pies de las personas diabéticas, también elaboro recetas a pedidos de mis clientes en diferentes jabones, a base de pruebas y más pruebas, logro buenos resultados. Me capacité en la extracción de aceites esenciales de plantas y flores, para tener mis materias primas propias, asegurándome que sean confiables y naturales”, cuenta Vargas.


La pintura

Su gran pasión es la pintura, que la relaja y la libera del estrés diario, pinta con acrílico, óleo, acuarela, grafito, especialmente tejas, este artefacto de la construcción es su lienzo. “Me encanta pintar, mis primeras pinturas las hice siendo muy jovencita, nadie me enseñó, pero sabía que eso me gustaba muchísimo y buscaba el tiempo y la forma de hacerlo, con el tiempo tomé algunos cursos, pero jamás pensé que la pintura me sostendría, cosa que ocurrió durante la pandemia, pienso que, si no hubiera tenido la pintura para aferrarme, hubiera enfermado por el pavor del momento. La venta de mis tejas pintadas me ayudó a pasar la pandemia, comencé a tener encargos, por que un cliente le enseñaba mi trabajo a otro y así fue como empecé a recibir más y más encargos, y un día no muy lejano me encantaría exponer mis obras”, expresa.



La gastronomía

También tiene un gusto enorme por la cocina, asegura que a esta faceta de su vida aplica una frase que leyó en algún lugar y luego plasmó en un letrero en su cocina: “Cocinar con amor alimenta el alma”; por ello, recientemente está iniciando un nuevo emprendimiento, elabora empanadas tucumanas de carne con sabor a hogar.

Se ha pasado muchas semanas ajustando y estandarizando la receta a base de prueba y error, tal cual hace uno en un laboratorio de experimentación, está decidida a encontrar el balance perfecto entre sabor y sazón, por lo que constantemente pide a sus comensales la evaluación del producto para seguir mejorando. Siempre dice que toda su casa es un laboratorio de experimentación en diferentes áreas. 

Ya arrancó con las ventas, las comenzó en un grupo de internet de su barrio e inmediatamente recibió pedidos.



La ciencia

Ana Guehiza Vargas Cuéllar es bioquímica de profesión, con un diplomado en Salud Pública y se especializó en laboratorio de análisis físico químico y bacteriológico de agua para consumo humano, trabajó por casi 10 años en esta área y, conoció casi en su totalidad el departamento de Santa Cruz, su gente, cultura y geografía.

Esta labor fue cancelada, nunca olvidada, ni desechada, por ello todos sus conocimientos en ciencias, los aplica en cada labor que realiza, a esto se refiere cuando expresa que su casa es un laboratorio.

Ana Vargas nació en Camiri, salió bachiller en esa población petrolera y se trasladó a la capital a proseguir estudios superiores.

Hoy, su paragua de opciones sigue creciendo, porque cada emprendimiento es un reto para crecer y ser mejor cada día.