Entrenamiento sistémico. Se trata de cómo los hijos aprenden a honrar a sus progenitores, bajo los principios básicos de los órdenes del amor

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6 de septiembre de 2017, 4:00 AM
6 de septiembre de 2017, 4:00 AM

Bert Hellinger, padre de las Constelaciones Familiares, dice que todas las familias tienen un gran alma familiar y que esta no permite la exclusión de ningún miembro y cuando existe la marginación de uno de ellos, esta misma historia volverá a la vida o al presente a través de los descendientes para que sea honrado y amado este miembro excluido, dice Sergio Lema Medina, cuando le preguntamos en qué consiste el taller de entrenamiento sistémico para niños. 

Los tres órdenes del amor
Según explica Lema, esta gran alma familiar tiene tres órdenes. El primero es el sentido de la pertenencia, se refiere a la importancia de reconocer nuestros hijos, a los vástagos no tomados en cuenta como tales, inclusive los abortos y pérdidas si los hubo, porque ellos también son parte de la familia. En el caso de nuestras parejas, reconocer a las exesposas y esposos, especialmente con las que no se ha cerrado una relación sana, reconocer a todos los hermanos que tenemos incluso los que papá o mamá tuvo fuera del matrimonio o cuando estaban solteros, y a nuestros padres y abuelos hasta cuatro o cinco generaciones atrás. “No importa que hayan hecho y qué hicieron, la pertenencia da un valor a la familia y si todos se sienten incluidos, ese sistema familiar va a estar sano, pero cuando hay exclusiones hay conflictos”, afirma el facilitador.

El segundo orden es la jerarquía, significa que cada uno de los hermanos tiene un lugar en la familia, hay un primero, un segundo y tercero, etc. “Por ejemplo si mi padre tuvo un hijo en su primer esposa o pareja, o durante su solterío, este debe ser no solo reconocido, sino también tener un lugar y una jerarquía en la familia, igual en el casos de los esposos, la primera, la segunda o la tercera pareja debe ser reconocida e integrada y solo así el amor podrá fluir; entonces primero está el orden y luego fluye el amor”, sostiene Lema. 

El tercer orden está referido al equilibrio entre dar y recibir, eso permite a los miembros de una familia conectarse con la energía de la compensación entre lo que se da y se recibe, tanto entre hermanos como en la pareja.

Todo esto Lema lo explica a los niños con juegos y con dinámicas para que ellos aprendan a honrar a sus padres. Asimismo, conozcan el tipo de familia que tienen, el lugar que les corresponde, a encontrarse con sus ancestros y a mirar con respeto todo su linaje y así también a que tomen de sus papá la fuerza para salir adelante, la profesionalización, porque todo eso viene del papá, mientras que las ganas de vivir, el éxito y el dinero vienen producto de la mirada de la madre.