Ya perdió la cuenta de cuántos cursos de Para Ellas ha logrado culminar con éxito. Fue una travesía que inició hace 12 años, y le ha dado la oportunidad de crecer y mejorar su estilo de vida

3 de marzo de 2023, 7:02 AM
3 de marzo de 2023, 7:02 AM

Ella es alegre, conversadora, con la autoestima por los cielos, empoderada y orgullosa de sus raíces y de sus oficios. Heredó de su madre el amor por las ollas y la cocina. Se capacitó, tiene un negocio propio, también trabaja en un local de comidas y atiende pedidos de toda clase de delicias, dulces y saladas.

Es hija de Lucía Saucedo, está casada con Rubén Flores y tiene dos hijas, Lucía y Flavia. Vive camino a las colonias menonitas, hacia el sur del departamento. En brecha 2, comunidad Oliveira, del municipio de La Guardia, se instaló hace seis años, cuando aún no había carretera. Con el tiempo decidió poner un puestito a orilla del asfalto para vender desayunos a los transeúntes de la ruta y del barrio.

Rosío tiene 35 años, es cruceña, estudió decoración con globos y cotillón cuando tenía 13 años, en Kolping; salió bachiller del Cema Metodista y siguió la carrera de Secretariado Ejecutivo en el Instituto San Pablo. Finalmente, se decidió por la cocina y todo lo relacionado con eventos culinarios. Por ello, su pequeño negocio se llama Las Flores Gourmet, en alusión al apellido de sus hijas.



¿Cómo descubrió los cursos de capacitación a distancia de Para Ellas?

Hojeando la revista allá por el 2011, descubrí los cursos gratuitos a distancia, aquella vez, el aliado era Infocal. Por curiosidad llegué a esta escuela e hice otras especializaciones. Me interesó siempre la gastronomía en todas sus ramas, panadería, repostería, cocina nacional e internacional, platos fuertes y bocaditos.

Aunque también he hecho los cursos de manicura y pedicura, de maquillaje artístico, de automaquillaje, de decoración de eventos. Con Para ellas conocimos Infocal, el Instituto Cumbre y ahora la universidad UDI. Hasta el momento creo que son más de 15 cursos que he logrado culminar.

¿Desde su vivienda, es difícil trasladarse a pasar las clases presenciales?

Lo más complicado ha sido ir a la UDI, vivo en el sur, y la universidad está en el norte. Salía con tres horas de anticipación para llegar a horario. Agarraba el micro Brechas menonitas- Río Grande, llegaba al séptimo anillo y el trillo, de ahí tomaba la línea 71 hasta el norte, viajaba dos horas y media de ida y el mismo tiempo de regreso. Estaba en casa cerca de las 20:00 de cada miércoles, luego las clases fueron los jueves. Después vino la pandemia y conocimos las clases virtuales.

¿Cómo es esa nueva forma de aprendizaje? ¿Y la señal de internet por su zona es buena?

Fue un cambio que nos costó a muchas. Manejar el celular, descargar la aplicación. Me ayudaban mis hijas. Pero la señal de Internet es pésima por estos lugares. Así que cada vez que tengo clases virtuales me traslado a la casa de mi amiga Sonia Balcázar, que vive por el Plan Tres Mil. A ella la conocí en este ajetreo y nos hicimos amigas, así que nos colaboramos.

Recuerdo que para el aniversario 32 de Para Ellas hicimos una torta para compartir con todos los invitados al evento. Siempre agradecidas con la revista y EL DEBER, por la oportunidad que nos brinda en cada curso.

Hablemos de Las Flores Gourmet, su emprendimiento

Es mi pequeño negocito de desayuno, que tengo y atiendo con mis hijas y el apoyo de mi esposo, estamos en el puesto desde las cinco de la mañana, hasta las nueve, todos los días. Esta semana estoy ayudando a una amiga en su pollería, negocio que se encuentra cerca de mi casa. Pero no desatiendo mi boliche.

Por las noches preparamos todo para salir de ‘madrugadinga’ al kiosko, dejo a mi hija mayor atendiendo, solo por estos días, y me voy a la pollería. Los fines de semana también tengo pedidos de bufetes para domicilios. Las fechas especiales son muy movidas, como el Día del Padre, el Día de la Madre y la Navidad. Trabajo en lo que me gusta. Si usted tiene pedidos llámeme al 67790587, y le muestro mi menú.

¿Sus hijas siguen sus pasos?

Me ayudan y me han ayudado siempre, desde pequeñitas saben hacer de todo, a veces me acompañaban a las clases presenciales de los cursos, cuando tenía exposición de mis trabajos. La mayor ha salido bachiller y se dedicará a otra cosa, está estudiando enfermería en Ceince y también hace cursos de paramédico. Mientras que la pequeña, tiene 13 años y está cursando el segundo de secundaria. Son mi tesoro, les trasmito todo lo que aprendo como lo hizo mi madre conmigo toda la vida.