Decidida. La candidata a la vicepresidencia por Bolivia Dice No aceptó la candidatura para consolidar sus ideales y proyectos. Se desenvuelve airosamente en el ámbito

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2 de octubre de 2019, 4:00 AM
2 de octubre de 2019, 4:00 AM

El 14 de agosto fue presentada como candidata a la vicepresidencia por la alianza Bolivia Dice No (BDN) y la agrupación Jóvenes por la Unidad. 

Y el país quiso saber de ella, quien, a pesar de su juventud (32 años), no es nueva en las lides políticas. Fue dirigente estudiantil en la universidad, se involucró en el activismo cívico ciudadano y posteriormente incursionó en la política partidaria.

 Del 2010 al 2014 fue electa concejal de Todos Por Cochabamba (TPC) en ese municipio. Desde el 2015, ejerce el cargo de legisladora en representación del departamento de Cochabamba, mediante Alianza Unidad Demócrata (Demócratas y UN).

 ¿En qué situación nace su liderazgo?

El momento crucial en mi carrera política fue la coyuntura que atravesaba el país mientras desarrollaba mi formación como politóloga.

 A mediados de mi carrera, vivimos momentos en la historia boliviana de mucha tensión, era el proceso de la demanda de descentralización que tenían los departamentos.

 Además, se discutía un pacto nacional a través de la Asamblea Constituyente y como estudiante de Ciencias Políticas, sentí la obligación de involucrarme en esas decisiones, desde la sociedad civil organizada, y di el salto del análisis político a la actuación política.

El camino fue difícil, por los obstáculos que deben sortear las mujeres jóvenes en una sociedad con elementos adulto-centristas y machistas, muy enraizados; no bajé los brazos y sigo trabajando desde donde me toca para cambiar ese escenario.

Soy perseverante, porque es uno de los principales valores que heredé de mi padre y sé que desde espacios de toma de decisión puedo incidir positivamente en cambios que considero urgentes para ayudar a mejorar las condiciones de vida de mis conciudadanos.

  Su tendencia política es:

Soy de la generación del NO, la generación que luchó por la democracia y ganó el referéndum del 21F, y sé que con el apoyo del pueblo boliviano vamos a ganar muchas batallas. Podemos lograrlo, sé luchar contra la adversidad y confío en la capacidad, la grandeza, la honestidad y la dignidad de los bolivianos. Me defino como liberal, pero muy afín a la democracia social y creyente de los tres principios de la revolución francesa: igualdad, libertad y fraternidad.

  ¿Por qué aceptó ser candidata a la vice presidencia?

Asumí la responsabilidad con el apoyo de mi familia, de los compañeros y compañeras de la Alianza Bolivia Dice No, que reconocen a través de mi a miles de jóvenes y mujeres que vienen trabajando por la defensa de la democracia y nuestros derechos desde el anonimato. Somos un equipo de trabajo y un proyecto serio que se viene construyendo desde hace más de seis años, sé que podemos derrotar el régimen autoritario de un Movimiento Al Socialismo que pretende lapidar el estado de derecho y maltratar la democracia y la justicia.

Quiero un cambio para Bolivia. Desde que tuve el derecho a votar Evo Morales es presidente del país, se le está privando a mi generación y las que siguen, a conocer la democracia, la transmisión de mando y la alternancia.

  ¿Cuáles son sus acciones contra la violencia que sufre la mujer?

Las mujeres y la democracia siempre han estado entre mis causas. Desde el día cero que ingrese al servicio público, he llevado una lucha comprometida para erradicar la violencia y las desigualdades a las que estamos sujetas las mujeres.

Por ejemplo, hace pocas semanas, el lanzar mi candidatura a la vicepresidencia, el resto de las organizaciones políticas, empiezan a indagar e imponer mentiras respecto a mi vida sentimental pasada, con el propósito de descalificarme; no cuestionaron mis ideas, mis méritos y mi trayectoria. Esto es solo una diminuta muestra de los mecanismos de exclusión que se aplican contra las mujeres, para silenciarlas, disminuirlas o ridiculizarlas.

  Pero tenemos la ley 348

Que, si bien se puede constituir en un avance legislativo, es netamente retórica, porque las mujeres no están encontrando justicia pese a que existe este instrumento legal.

Vale la pena subrayar que no por mucho legislar los derechos de las mujeres, se las va a respetar; un ejemplo claro es que esta ley abre las puertas para la impunidad, al no prohibir completamente la conciliación y con ello alentar la búsqueda de soluciones extrajudiciales.

De lo que se trata es de adoptar medidas que tiendan a reforzar la efectividad de la garantía de acceso a la justicia y, en este sentido, se reitera la importancia de asegurar la eliminación de malas conductas y prácticas del Órgano Judicial.

  ¿Cuál es su formación y quién es su familia?

Salí bachiller del Instituto Americano, en el que estuve desde preescolar. Cuento con la licenciatura en Ciencias Políticas de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), graduándome por excelencia en 2008. Obtuve postgrados sobre Gobernabilidad y Gerencia Política en la Universidad del Valle (Univalle); en Políticas Públicas Municipales y Cohesión Social, en la Universidad de Salamanca (España) y otras especializaciones en instituciones como el Institute for Democracy and Electoral Assistance (Idea).

Mi familia está integrada por cuatro hermanos. El mayor vive en Santa Cruz con su esposa y sus dos hijos, mi hermana vive en el exterior con sus cuatro hijas y su esposo. Mi padre, Raúl Franco, falleció el 2013. Estoy casada desde diciembre de 2016, con Franco Moreno. Vivo en Cochabamba, junto a mi hermanito menor y mi madre, Libertad Rodríguez.

Cabe resaltar que pertenezco a la agrupación juvenil Jóvenes por la Unidad, una plataforma de carácter social en la que apostamos por la formación de jóvenes líderes y actividades de bienestar social y apoyo a la comunidad.