Pornografía, una terapia que ayuda a las parejas a salir de la monotonía

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15 de marzo de 2017, 5:00 AM
15 de marzo de 2017, 5:00 AM

Consumir material erótico o triple x puede llegar a ser una costumbre sana para las parejas. Dos expertos aseguran que ayuda a salir de la rutina  y aporta de forma positiva a despertar la libido y la imaginación.
La pornografía suele ser parte de un juego en pareja, como para “encender el piloto” y calentar la cama. Si su uso no afecta a la relación sexual de pareja en calidad o frecuencia, mi mirada como sexólogo es más bien positiva”, afirma Ezequiel López Peralta. 

Cuando se trata de parejas sólidas y maduras, ver pornografía juntos representa una ayuda, especialmente para quienes tienen dificultades sexuales, explica la sexóloga Liliana Zabala.

“La pornografía, utilizada con fines terapéuticos, refuerza el estímulo sexual. Estudios demuestran que hombres y mujeres son influenciados positivamente en la intimidad y se excitan al unísono mirando pornografía. Es beneficioso en la pareja, porque abre la mente para explorar”, remarca la sexóloga. 

Los requisitos
Para López, es fundamental que las parejas se conozcan profundamente, especialmente a la hora de incluir en sus rutinas sexuales videos o películas cargadas de erotismo y sexualidad explícita. “Conocerse, conocer al otro, dejar atrás prejuicios y estereotipos, abrirse a las posibilidades, aplicar creatividad y dejarse llevar por las sensaciones es necesario”, enumera el sexólogo. 

Aclara que la vida sexual no tiene que ser una fotocopia de una película triple X, pero que en ellas se puede obtener motivación e incluso elegir juegos, posturas y otras formas de placer en pareja. Aunque especifica que no por eso se debe caer en estereotipos de belleza, perfección y roles que se presentan en la ficción.

Sin invasiones
La pornografía no es el problema, sino el uso que hagás de este estímulo, el lugar que tenga en tu vida sexual y cómo determina tus creencias sobre el sexo. 

Zabala asegura que las películas condicionadas abren un mundo de posibilidades. Sin embargo, pide no confundirse con los roles que ahí se presentan. “Es común querer imitar los papeles de sumisión y posesión que se ven en estos filmes”, precisa.