Un pronunciamiento eclesial califica de irresponsable al procurador por presionar a la justicia para convocar a obispos a declarar. Evo Morales lanzó una ofensiva a través de su Twitter, pero en 2019, desde México, pidió ayuda a la Iglesia católica

15 de febrero de 2023, 5:00 AM
15 de febrero de 2023, 5:00 AM


La Iglesia católica emitió ayer un comunicado en el que recrimina y califica de irresponsable la actitud del procurador general del Estado, Wilfredo Chávez, por presionar a la Fiscalía para que cite a declarar a los obispos por su participación como mediadores en la crisis política y social de 2019, que se produjo a consecuencia de la renuncia y salida del país del entonces presidente Evo Morales, sindicado de recurrir en un fraude electoral.

“Reprochamos la actitud irresponsable del procurador del Estado al intentar presionar a funcionarios judiciales a una declaración investigativa citando a nuestros pastores, quienes no solo cumplieron su misión, sino también atendieron los pedidos de los diversos actores para abrir espacios de diálogo para salir de esa profunda crisis que evitó más luto y dolor en el pueblo boliviano, junto a instancias de la cooperación internacional”, dice el documento del consejo arquidiocesano de laicos de La Paz.

Unos de los que convocó a la Iglesia fue, precisamente Morales, quien desde su exilio en México consideró oportuna la mediación de la Conferencia Episcopal Boliviana y de la Unión Europea para pacificar al país. Sin embargo, ayer atacó al Clero.

La Iglesia, a través de comunicado, señala que “la manipulación de la verdad y de la justicia que alientan algunos operadores políticos no pueden poner bajo amenaza a ninguno de los misioneros de la paz y del diálogo”. 

Recalca que el objetivo fue encontrar salidas concertadas entre todos los actores cuando impera el descontrol. 

El documento pide la unidad del pueblo de Dios “ante tanto atropello y manipulación por parte de operadores que usan el aparato del poder para sus pretensiones. Conocemos ese modelo de intervención, como sucede en Nicaragua, donde una dictadura está atropellando los derechos humanos, no solo las libertades ciudadanas, sino afectando la propia vida como un derecho fundamental”.

El lunes, el arzobispo emérito de Sucre, Jesús Juárez, pidió al MAS que deje la cantaleta del golpe en 2019, y sentenció que lo que hubo fue un fraude electoral.

Morales respondió: “Lamentamos la falta de respeto, solidaridad y consideración de algunos jerarcas de la Iglesia hacia nuestros hermanos indígenas masacrados por el gobierno de facto que surgió del golpe de 2019. En vez de defender a los necesitados, defienden a los asesinos del pueblo”. Además, apuntó que “reclamar justicia y reparación para las víctimas del genocidio de los autores materiales e intelectuales del DS de la Muerte 4078 no es ninguna ‘cantaleta’. Ninguna institución religiosa debería ser aliada de la impunidad de crímenes de lesa humanidad”.

No pensaba igual en 2019. El 10 de noviembre renunció y al día siguiente partió a México. Desde allá escribió, el 14 de noviembre: “Pido a organismos internacionales, como la ONU, países de Europa e instituciones como la Iglesia católica representada por el papa Francisco acompañarnos en el diálogo para pacificar a Bolivia. La violencia atenta contra la vida y la paz social”.

La expresidenta Jeanine Áñez, tuiteó ayer: “La ‘cantaleta’ de Evo Morales cambió de letra y música. Renunció, abandonó el cargo y llorando se fue por asilo cómplice, huyendo del fraude de elecciones de 2019, delito confirmado por OEA. Huía mientras sus parlamentarias masistas imploraban reunirse con Iglesia y oposición”.

La exdiputada (MAS) Susana Rivero, quien participó del diálogo, también criticó a Chávez. “Tremendo alboroto provocó la Procuraduría General del Estado proponiendo que miembros de Iglesia declaren en un juicio, cuando lo que se ha visto que no tienen nada qué aportar” en la investigación.