|Columna de opinión de Max Torres, experto en medios y docente universitario|

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10 de agosto de 2017, 4:00 AM
10 de agosto de 2017, 4:00 AM

Desde el martes, Red Uno transmite seis horas y media de producción nacional. Bigote (BGT) se dio un baño de multitud en La Paz, y ya era hora que salga de su modorra y demostró que arrastra miles de niños y jóvenes, aunque le ofrezcan contenidos improvisados. 

También quedó establecido que la red naranja mantiene una ‘Marquina-dependencia’, pues el conductor es un loquillo al que el público le aguanta todo. Los productores de BGT jugaron al peligro al mandar a tres conductores estelares de Red Uno a pasear entre la multitud de la plaza San Francisco. 

Entre piropos y flores, incluidas fallas de sonido, Jéssica Suárez  se dio el gusto de gritar: “Vamos a brillar todas las tardes”, cuando salió junto a ‘Chichi’ Kim en La previa de bailando, un programa concebido para luchar por la audiencia juvenil, en un horario donde estaba cómodo Calle 7, de Unitel, por eso le sacará provecho a la escenografía, a su elenco de bailarines y famosos, y talentos desaprovechados. La previa tiene sectores como el juego de la mentira, duelo de imitadores, desafíos, las guerras verbales, pero en el juego de la silla sexy, en horario familiar, Lorena y Marcia protagonizaron actos de violencia física agarrándose de los cabellos y, para colmo, el baile fue una escena de acoso explícito. 

Una víctima justificó el escándalo: “Esto es un juego” y la conductora solo dijo “Hay que bajar los ánimos”. Así terminó otro programa que estimula la polémica para calentar pantalla. 

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