"¡Justicia! Estamos cansadas vivir cautivas", coreaba hace unos meses un grupo de activistas feministas en las calles de Kabul

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8 de marzo de 2022, 7:16 AM
8 de marzo de 2022, 7:16 AM

La vida cotidiana de las mujeres afganas ha cambiado drásticamente desde que los talibanes tomaron el poder el 15 de agosto. Los fundamentalistas religiosos han restringido los derechos de las mujeres y han sustituido el Ministerio de Asuntos de la Mujer por otro de promoción de la virtud y supresión del vicio. Las mujeres viven con miedo y cuando son activistas, como fugitivas.

Por Sonia Ghezali, corresponsal de RFI en Islamabad

"¡Justicia! Estamos cansadas vivir cautivas", coreaba hace unos meses un grupo de activistas feministas en las calles de Kabul. Varias de ellas fueron detenidas por los talibanes y retenidas durante varios días antes de ser liberadas.

Una de sus amigas activistas que escapó de la detención se mostró dispuesta a hablarnos. Mantenemos su identidad en secreto por razones de seguridad. "Me dijeron que los talibanes las trataban bien, pero dicen que su estado psicológico, su salud mental, no es nada bueno. Dicen que, aunque son libres, sienten que siguen en prisión. Esto sugiere que han sido maltratadas por los talibanes”.

Así lo confirma una persona cercana a las activistas detenidas bajo condición de anonimato, pero ninguna de ellas se atreve a hablar con los medios de comunicación por miedo a las represalias. La activista que nos habló nos explicó que vive como una fugitiva. "Mi ánimo no es bueno. No puedo salir, no puedo trabajar, no estoy segura en casa. No he estado en casa durante más de un mes. Sigo cambiando de lugar de residencia, incluso tengo que esconderme en otras provincias”, explica.

"La vida de las mujeres no importa"

Sin embargo, sigue haciendo campaña por los derechos de las mujeres. Ahora, las activistas evitan las calles y se reúnen en pisos, cuyas direcciones mantienen en secreto. Y filman sus reuniones. “Comida, trabajo, justicia", corean.” Libertad, somos seres humanos”.

La vida ha cambiado para las mujeres afganas desde que los talibanes tomaron el poder. Se les prohíbe la vida política, muchas universidades, secundarios y colegios siguen cerrados a las chicas. Las mujeres deben ir acompañadas por un moharram, un acompañante de su familia.

Saba, una periodista de 23 años en Kabul, dice que nunca se ha sentido tan vulnerable. Vive sola con su hermana de 22 años. "Nunca me había sentido tan débil como ahora. Es desde que algo pasó la semana pasada. Envié a mi hermana a la provincia de Zabul con mi tío materno para obtener su pasaporte. Y se negaron a dárselo porque no estaba presente ni su padre ni su hermano con ella", explica. “Y me siento tan débil porque no puedo hacer nada para ayudar a mi hermana. Nuestro padre está muerto y nuestro hermano es muy joven, menor de edad. Lo que veo es que la vida de las mujeres no les importa a estas personas, ni siquiera nos consideran seres humanos”, subraya.

En las calles de Kabul, las mujeres que solían dejar asomar su pelo por debajo del velo son más escasas. Algunas todavía se atreven a pegar en secreto lemas feministas en las paredes de la capital, arriesgándose a ser detenidas.