Las empresas rusas están ahora obligadas a transferir el 80% de sus divisas en rublos, los inversores tienen prohibido salir del país por decreto presidencial

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2 de marzo de 2022, 8:45 AM
2 de marzo de 2022, 8:45 AM

Rusia ha intensificado aún más su ofensiva en Ucrania, apuntando a ciudades como Kiev y Jarkov, lo que ha llevado a los europeos, instados a actuar por el presidente ucraniano, a endurecer aún más sus sanciones, tanto económicas como en el deporte o la cultura. Unas sanciones que ya están teniendo efecto en la psicología de los rusos y en el estado de la economía.

Con la corresponsal de RFI en Moscú, Anissa El Jabri.

Las empresas rusas están ahora obligadas a transferir el 80% de sus divisas en rublos, los inversores tienen prohibido salir del país por decreto presidencial y el primer ministro Mijaíl Mishustin amenazó a las empresas extranjeras el martes 1 de marzo: "Los que ganen al final serán los que no sucumban a las consignas de los políticos extranjeros, los que no detengan sus proyectos en nuestro país. La práctica ha demostrado que es fácil abandonar un mercado, pero es mucho más difícil volver cuando el lugar ha sido ocupado por los competidores", dijo.

Algunos se empeñan sin embargo en decir que no pasa nada, como esta empresaria encontrada frente al cajero de uno de los bancos cercanos al Estado y sancionada. Con el rostro cerrado ante el micrófono de periodistas extranjeros, tiene el deseo de contar su verdad: "No, no me preocupa nada. La situación económica es normal, todo es normal. Nada ha cambiado. Soy directora general de una empresa y todo es estable por nuestra parte. Rusia sobrevivirá gracias a su poder económico. Todo lo que tiene Rusia, se quedará. Rusia no es una nación dependiente de otros países", afirma.

"Cada día la situación cambia"

En realidad, es cierto, no hay pánico en las calles soleadas y los cielos azules brillantes del invierno. Pero hay tensión en el aire y a veces incluso nerviosismo o ansiedad. "La situación es realmente difícil. Todo está muy mal. La economía se hunde. Qué quiere que le diga… La guerra no es una respuesta en 2022. Por supuesto, la situación empeora cada día, y ahora mismo todo el mundo está preocupado. Pero no creo que la gente deba seguir retirando tanto dinero en efectivo. Empeora el ambiente y no facilita el trabajo de los bancos", dice un transeúnte desilusionado.

"No soy un politólogo, soy una persona creativa y trabajo en una esfera totalmente diferente. Pero, como la mayoría de la gente corriente, no puedo hacer predicciones. Cada día la situación cambia. Cada día hay algo nuevo. Ni siquiera un político puede hacer predicciones sobre lo que ocurrirá mañana. Todos vivimos al día", añade.

"Hoy en día todo el mundo odia a los rusos"

En concreto, la vida rusa ya ha cambiado. Anastasia lo describe bien. Es profesora de inglés en Moscú y, para ella, las consecuencias de las sanciones forman ya una larga lista que se hace palpable en todos los aspectos de la vida cotidiana de esta moscovita acostumbrada a estar muy conectada.

"Trabajo en línea y a veces la conexión a Internet es muy lenta. Algunos de los servidores que solíamos usar ya no trabajan con Rusia. Así que tenemos que cambiarlo todo y trabajar con otras plataformas. Además, hoy he intentado pagar en una cafetería con Apple Pay y no ha funcionado. Ayer dejó de funcionar. Instagram también está cada vez más bloqueado en Rusia. También miro la cotización de monedas como el dólar o el euro, y ahora podemos ver que en realidad tenemos que trabajar el doble para ganar la misma cantidad de dinero, sólo para poder ir a Europa, por ejemplo. No estoy muy segura de que vaya a ser posible viajar allí en un futuro próximo debido a las sanciones, y tengo la impresión de que hoy en día todo el mundo odia a los rusos", lamenta.

Ansiedad por un mundo nuevo

Anastasia está muy ansiosa, tiene lágrimas en su voz. No puede proyectarse en un nuevo mundo que está tomando forma y que le parece tan oscuro. Cuando Vladimir Putin se hizo cargo del país, Rusia se encontraba en el caos de los años 90 y la caída de la URSS. Fue él quien restableció la estabilidad, consiguió que los salarios y las pensiones se pagaran a tiempo y por ello la mayoría de los rusos, especialmente los que vivieron ese periodo, siguen estando agradecidos. Por eso también muchos han hecho la vista gorda a su deriva autoritaria a cambio de estabilidad y crecimiento económico. El impacto de las sanciones podría significar la ruptura de este contrato con el país.

Los rusos que viven en el extranjero también temen por el futuro: "Tengo muchos temores sobre las sanciones que van a afectar y que ya están afectando a Rusia. La economía, que no funciona muy bien desde hace algunos años, corre el riesgo de derrumbarse muy rápidamente. Creo que el impacto será muy, muy duradero", comenta para RFI Anna, gerenta de un organismo de formación en París, para quien esta guerra es "una tragedia muy grande, una enorme catástrofe, totalmente inaceptable e inadmisible en el siglo 21".

"No hay más deporte, hemos visto que todo ha sido cancelado. Ya no hay cultura rusa en el extranjero y para mí esto es realmente una tragedia. Pero hay otras repercusiones en las que no pensamos, como los niños que debían salir para recibir tratamiento en Occidente, especialmente en Alemania, y todas estas operaciones se cancelarán…", prosigue.

Pero lo que más le preocupa es el clima de odio que se va a instalar entre los pueblos: "También tendrá un impacto en las relaciones entre rusos y ucranianos, este clima de odio que sin duda se instalará, y me temo que será durante varias generaciones. Los ucranianos van a odiar a todos los rusos, y este clima entre los dos pueblos hermanos es, para mí, quizá lo más grave de lo que está ocurriendo ahora", concluye Anna.