ChatGPT, el niño terrible de la inteligencia artificial, sopla su primera vela

ChatGPT, el robot conversacional digital, celebró este jueves su primer año de existencia. Disponible en línea desde el 30 de noviembre de 2022, este programa de inteligencia artificial desarrollado por la start-up californiana Open AI sigue fascinando e inquietando por igual a políticos, expertos en IA y público en general.

Por Dominique Desaunay

Este aniversario que marca el nacimiento de ChatGPT nos brinda la oportunidad de dar un paso atrás en el tiempo, cuando el mundo entero se quedó estupefacto al descubrir la primera inteligencia artificial de consumo masivo, calificada de generativa, capaz de producir textos variados a la carta, sea cual sea el tema, o de responder a cualquier pregunta por escrito, y ahora en audio, de forma bastante convincente. Menos de una semana después de su lanzamiento, más de un millón de internautas en las redes sociales daban fe de las prestaciones del sistema, atestiguando que este programa en línea era absolutamente increíble.

ChatGPT, una revolución "comparable a la llegada de la computadora"

Pero los expertos mundiales en inteligencia artificial se apresuraron a advertirnos: ChatGPT es sin duda una revolución "comparable a la llegada de la computadora", pero utilizar este software tan sofisticado, disponible gratuitamente en línea, presenta ciertos riesgos para los internautas. Los primeros usuarios han descubierto que el chatbot de OpenAI no cita las fuentes de sus respuestas, lo que hace imposible verificar su fiabilidad. Los creadores de ChatGPT afirman en su sitio web que el programa puede generar "información incorrecta" o "contenidos sesgados". Algunos internautas creen que estas tecnologías tan sofisticadas serán utilizadas inevitablemente por conspiracionistas para difundir información falsa, o por piratas informáticos para montar estafas en línea prácticamente indetectables.

El jefe de la red social X, que ayudó a fundar OpenAI, lidera este movimiento mundial contra la IA. "ChatGPT da miedo. No estamos lejos de una IA peligrosamente fuerte", publicó Elon Musk hace un año. Para tranquilizar a sus usuarios y, sobre todo, a sus inversores financieros, OpenAI impuso inmediatamente restricciones al uso de su software para frenar cualquier posible mala práctica.

No puedes, por ejemplo, pedirle que busque los datos personales de una persona, ni que formule preguntas que contengan palabras clave sensibles que puedan ser de naturaleza violenta, ni que genere textos que argumenten teorías conspirativas o escritos de odio, racistas o xenófobos.

ChatGPT, los inicios del reinado absoluto de la inteligencia artificial

El programa de IA de OpenAI fue adoptado inmediatamente por muchos estudiantes para ayudarles a escribir sus deberes. Los profesores advirtieron que ChatGPT animaría a los alumnos a hacer trampas. Algunos profesores, en cambio, consideraron que este software, bien utilizado, era una fantástica herramienta didáctica para adquirir conocimientos, y los más convencidos de entre ellos incluso recomendaron aumentar su uso en las escuelas. Un año después, el debate sobre la IA en las escuelas sigue sin resolverse.

Los gobiernos de todo el mundo siguen preguntándose cómo regular las tecnologías de IA para controlar el desarrollo de este software, que está teniendo un impacto tan profundo en nuestras sociedades como lo tuvo en su día la Revolución Industrial. Esto es especialmente cierto cuando ciertos rumores sugieren que los laboratorios de investigación en IA están a punto de diseñar una "inteligencia artificial general" que sería capaz de rivalizar con las facultades intelectuales de los humanos. "Un año después de que naciera ChatGPT, todavía no hemos visto nada", vaticinan la mayoría de los investigadores en ciencias digitales que afirman que nuestro siglo 21 será, para bien o para mal, el del reinado absoluto de la inteligencia artificial.