"Estados Unidos pagará el precio de sus malas pasadas", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, en conferencia de prensa

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7 de diciembre de 2021, 9:35 AM
7 de diciembre de 2021, 9:35 AM

Estados Unidos no enviará representantes oficiales a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín. Según la Casa Blanca, es una forma de denunciar la opresión de la comunidad uigur en China. Pekín amenazó el martes con tomar represalias.

 "Ningún funcionario o diplomático estadounidense estará presente en febrero en Pekín", dijo el lunes la portavoz de la Casa Blanca. Para la administración estadounidense, es sencillamente impensable actuar "como si no pasara nada" cuando "los derechos humanos se violan regularmente" en China, especialmente en Xinjiang. En este caso, Jen Psaki incluso utiliza la palabra "genocidio" contra los uigures.

Las organizaciones no gubernamentales afirman que más de un millón de miembros de esta minoría musulmana están actualmente internados en campos. La reacción china no se hizo esperar, afirmando que este evento deportivo no es "un escenario para espectáculos políticos y manipulación política".

"Estados Unidos pagará el precio de sus malas pasadas", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, en conferencia de prensa. "Estén atentos", respondió cuando se le preguntó sobre las represalias de China.

Antes de que se hiciera oficial la decisión, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China amenazó con tomar "firmes contramedidas" si los funcionarios estadounidenses seguían pidiendo un boicot diplomático a las Olimpiadas, calificándolo de "bravuconadas".

La idea llevaba varias semanas en el aire y la cumbre virtual entre Joe Biden y Xi Jinping no fue suficiente para rebajar la tensión entre ambos países. No obstante, los atletas estadounidenses participarán en el evento, que se celebrará del 4 al 20 de febrero. Y seguirá habiendo personal diplomático estadounidense en el lugar para garantizar la seguridad de la delegación.

¿Qué respuesta china?

¿Boicoteará China los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028? El portavoz de la diplomacia china, Zhao Linjian, no dio detalles sobre las "decididas contramedidas" que anunció, informa nuestro corresponsal en Pekín, Stéphane Lagarde. Pero la amenaza no ha escapado a los organizadores de futuros eventos deportivos.

Y obviamente estamos pensando en París 2024... En Pekín, Francia ha acreditado a su ministro de Deportes, aunque todavía no se ha decidido si estará presente en la inauguración de los Juegos Olímpicos el 4 de febrero. La mayoría de los europeos son igualmente precavidos, vacilantes y discretos. Por el momento, solo Vladimir Putin y el Príncipe Alberto de Mónaco parecen haber reservado sus billetes.

Este boicot diplomático no concierne a los deportistas, y desde hace varias semanas la propaganda estaba preparando su respuesta. Las invitaciones a los dignatarios extranjeros se hicieron a través de los comités olímpicos locales, y Pekín dejó entrever que los que boicotearan los juegos no serían invitados de todos modos. Algunas plumas nacionalistas también hicieron gala de su humor para intentar borrar este nuevo golpe al poder blando chino, tras la desaparición de la tenista china Peng Shuai. "Para ser sinceros, los chinos se sienten aliviados al conocer la noticia (nota del editor: el boicot), porque cuantos menos funcionarios estadounidenses haya, menos virus habrá", ironizó el Global Times -filial del Diario del Pueblo-.

Alivio del COI

El Comité Olímpico Internacional se congratula de que esta decisión se limite al ámbito político y que los atletas estadounidenses puedan defender sus chances de medalla, informa nuestro corresponsal en Washington, Guillaume Naudin. El Comité Olímpico Estadounidense se había opuesto a una retirada total de Estados Unidos, explicando que los boicots a los juegos de Moscú en 1980 y de Los Ángeles en 1984, en un contexto de guerra fría, habían demostrado que la utilización política de estos eventos era un error.

La semana pasada, un think tank estadounidense publicó pruebas de la implicación del propio presidente chino en lo que muchos países occidentales consideran un genocidio. La detención de más de un millón de uigures en campos de reeducación, el control de la natalidad mediante esterilizaciones masivas, el traslado forzoso de trabajadores uigures a fábricas y la criminalización de las prácticas religiosas... Todas estas acciones fueron ordenadas y planificadas en la cúpula del Estado, según el investigador que reveló estos documentos clasificados como máximo secreto por el Gobierno chino.