Los indígenas, que representan un 7,4% de los 17,7 millones de habitantes, saldrán desde sus comunidades

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26 de octubre de 2021, 7:33 AM
26 de octubre de 2021, 7:33 AM

El poderoso movimiento indígena de Ecuador, que participó en el derrocamiento de tres presidentes entre 1997 y 2005, lidera este 26 de octubre una protesta contra la política económica del gobierno, en una clara pulseada cuando rige un estado de excepción por la violencia del narcotráfico.

Los pueblos originarios, que en 2019 también se pusieron al frente de fuertes disturbios contra la eliminación de subsidios a combustibles -que dejaron 11 muertos- vuelven a salir a las calles y carreteras este martes para rechazar las alzas mensuales aplicadas desde 2020.

Precios en aumento

El sábado el galón (3,8 litros) de diésel pasó a 1,90 dólares frente a un dólar que costaba hace más de un año, y la gasolina corriente trepó a 2,55 dólares, aunque el petrolero Ecuador sigue siendo uno de los países con precios de derivados del crudo más baratos de Latinoamérica.

El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie, de oposición), Leonidas Iza, dijo que las estructuras de base se movilizarán desde la medianoche del lunes (05H00 GMT del martes) en todo el país, que vive en tensión por la alta criminalidad y masacres carcelarias con más de 2.000 muertos.

Los indígenas, que representan un 7,4% de los 17,7 millones de habitantes, saldrán desde sus comunidades hacia las vías y también marcharán junto a obreros y estudiantes en Quito, reclamando una disminución de los precios de los combustibles.

El presidente conservador Guillermo Lasso, quien ha llamado a la ciudadanía a defender Quito para evitar actos de vandalismo como en las manifestaciones de 2019 que duraron 12 días, alertó que no permitirá desmanes.

"Vamos a desarrollar todo un dispositivo para evitar el cierre de vías, para que impere la ley porque el cierre de vías y el obstáculo al libre tránsito de personas y mercaderías está prohibido en la ley", declaró el mandatario el lunes.

Las confrontaciones

Las protestas, que apuntan a ser las más nutridas desde que Lasso asumió el poder en mayo, se darán bajo el estado de excepción por 60 días decretado hace una semana, que dispuso la presencia de militares en las calles para apoyar a policías en el combate contra la criminalidad. El Ejecutivo no ha suspendido hasta ahora las libertades a manifestarse o reunirse.

"El problema es cuando no se escucha. Lógicamente el gobierno pone a policías, a militares. Ahí vienen las confrontaciones", advirtió Iza, un abierto opositor a Lasso, a quien propone fijar y congelar los precios en 1,50 dólares para el diésel y dos dólares para la gasolina corriente.

El viernes, Lasso congeló los nuevos precios y suspendió los incrementos mensuales, pero no pudo reducir el descontento, al que se sumaron sectores sociales de oposición, que también protestarán este martes.

Estrategia fallida

Para el analista económico Alberto Acosta Burneo, del consultor Grupo Spurrier, con la reciente medida el presidente "al final del día no logró bajar tensiones", apuntando que el Estado deberá seguir destinando millonarios subsidios a los combustibles en un país que exporta petróleo pero debe importar parte del menú de combustibles.

"Va a tener que destinar recursos que tendrán que salir de algún lado, ya sea de más impuestos o de reducción de gastos, para poder financiar" los subsidios, comentó Acosta.

Ecuador afronta una crisis económica agravada por la pandemia, que se refleja en una deuda externa de casi 46.000 millones de dólares (45% del PIB) y un déficit fiscal de cerca del 5% del PIB, además del 47% de pobreza y miseria, y 28% de subempleo y desempleo.

El gobierno presentará ante el Congreso, controlado por la oposición, reformas tributarias y laborales con miras a reactivar la economía, pero los sindicatos temen que sean medidas para precarizar el trabajo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), que acordó con el gobierno de Lasso revisar el programa de Ecuador con el organismo, abogó la semana pasada por la eliminación gradual de subsidios a los combustibles.

En las protestas de 2019, los indígenas obligaron al entonces presidente Lenín Moreno (2017-2021) a dar marcha atrás en la eliminación -pactada con el FMI- de subsidios, que para este año representaban unos 1.900 millones de dólares.