Los daños materiales son inmensos, con casi 600 viviendas, hoteles e incluso centros comerciales destruidos.

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31 de diciembre de 2021, 7:32 AM
31 de diciembre de 2021, 7:32 AM

En Estados Unidos, los incendios están asolando el estado de Colorado y casi 600 casas han sido destruidas por las llamas. Decenas de miles de personas se han visto obligadas a evacuar y los incendios siguen sin control, impulsados por los fuertes vientos y la sequía récord.

Con nuestro corresponsal en Miami, David Thomson.

Los incendios fueron inicialmente incendios de matorrales que empezaron este 30 de diciembre, cuando los postes eléctricos se cayeron debido a los fuertes vientos. Los incendios están ahora completamente fuera de control, impulsados por ráfagas récord de más de 180 km/h y una sequía histórica.

La situación dio un giro catastrófico por la tarde, cuando las llamas envolvieron dos ciudades medianas de Colorado, Superior y Louisville, con una población de 13.000 y 20.000 habitantes respectivamente, situadas cerca de Boulder, uno de los principales campus universitarios del estado.

Daños materiales importantes

Los daños materiales son inmensos, con casi 600 viviendas, hoteles e incluso centros comerciales destruidos. El incendio sigue avanzando al ritmo de un campo de fútbol que arde en segundos, en palabras del sheriff del condado de Boulder: "Me gustaría destacar el tamaño y la intensidad de este incendio, y su presencia en una zona tan densamente poblada. No nos sorprendería que hubiera heridos o muertos", advirtió Joe Pelle.

Decenas de miles de residentes ya han sido evacuados, a menudo sorprendidos por la velocidad del fuego. Muchos han tenido sólo unos minutos para salir y, para colmo, los fuertes vientos impiden que los bombarderos de agua despeguen.

Sequías agravadas por el calentamiento global

Como gran parte del Oeste americano, Colorado, un estado ya de por sí árido, lleva varios años sufriendo una sequía excepcional. A medida que el clima se calienta, es probable que aumente la intensidad y la frecuencia de las sequías y las olas de calor, lo que seguirá creando condiciones ideales para los incendios forestales.

En los últimos años, el Oeste americano ha sufrido incendios sin precedentes, sobre todo en California y Oregón.