Este 11 de septiembre se celebra la Diada de Cataluña, una especie de fiesta "nacional" que cada año sirve de demostración de fuerza en las calles para los independentistas de la región. El movimiento independentista centra gran parte de la atención mientras se negocia para designar al próximo jefe del Gobierno español.

La aritmética parlamentaria española está clara. Desde las elecciones del 23 de julio, la investidura del socialista Pedro Sánchez como presidente del Gobierno sólo es posible con el apoyo de los 14 diputados independentistas catalanes, como señala nuestra corresponsal en Barcelona, Elise Gazengel.

El presidente de la región catalana, Pere Aragonès, es consciente de ello y piensa aprovechar la coyuntura: "Se avecinan semanas decisivas porque tendremos que posicionarnos sobre el nombramiento de Pedro Sánchez, así que toca ponerse en marcha. Quiere nuestros votos, así que le toca hacer propuestas para resolver el conflicto político".

Un referéndum para Cataluña

A la espera de las propuestas de Madrid, los independentistas ya han puesto sus condiciones. El líder independentista catalán Carles Puigdemont exige una amnistía a cambio de su apoyo a Pedro Sánchez. Esta fue una de las condiciones que planteó en su reunión con Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno español, la semana pasada.

"El conflicto entre Cataluña y España no es sólo una cuestión de amnistía. La amnistía es una solución a una de las consecuencias del conflicto, pero el problema de fondo es que una mayoría de catalanes quiere decidir su futuro en referéndum", agregó el presidente de la región catalana.

Las negociaciones entre los dos bandos no han hecho más que empezar, pero el movimiento independentista está dividido. Este lunes, todas las miradas están puestas en Barcelona donde se ha convocado la tradicional manifestación, una especie de termómetro del apoyo al independentismo entre la sociedad catalana.