De niño, su tío le apodó cariñosamente "Spidey" porque no paraba de dar saltos como una araña. Poco sabía entonces que, a los 27 años, Spidey se pondría el traje de superhéroe para manifestarse en las calles de Jartum.

El Deber logo
9 de junio de 2022, 8:11 AM
9 de junio de 2022, 8:11 AM

Desde el pasado mes de octubre y el golpe del general Abdel Fattah Al Burhane Al-, ha participado en las manifestaciones en las calles de Jartum vestido con su traje rojo de superhéroe, enfrentándose a los gases lacrimógenos y a menudo a las balas reales. Anónimo por razones de seguridad, se ha convertido en un símbolo de la resistencia del pueblo sudanés. ¿Cuáles son sus motivaciones? ¿Cuál es su historia? RFI habló con él.

De niño, su tío le apodó cariñosamente "Spidey" porque no paraba de dar saltos como una araña. Poco sabía entonces que, a los 27 años, Spidey se pondría el traje de superhéroe para manifestarse en las calles de Jartum.

"Cuando me pongo el traje de Spiderman tengo una gran sensación de libertad y me siento más fuerte. También creo que hace felices a los demás manifestantes y les da energía para protestar", afirma.

La fuerza de Spidey también proviene del recuerdo de sus amigos fusilados desde las primeras manifestaciones contra el régimen de Omar al-Bashir en 2019. "Esto no hará que nos rindamos. Los mártires son el precio que tenemos que pagar por la democracia. Y hasta que no tengamos democracia, no pararemos”, asevera.

Spidey también lucha por otro Sudán en su barrio, donde ha creado una pequeña escuela. Autodidacta que carece de medios para estudiar, enseña robótica a niños pequeños que han abandonado la escuela de forma voluntaria. "Quiero darles una educación porque es la clave de todo. Eso es lo que te da esperanza. Si quieres ascender en la vida y ayudar a levantar Sudán, es a través de la educación”, dice.

Mientras la lista de mártires aumenta cada semana, Spidey dice que confía en la perseverancia del pueblo sudanés, pero no espera nada de las conversaciones en curso con el ejército. Mientras tanto, él, al igual que el famoso superhéroe, se vio llevado a la pantalla el mes pasado en un documental realizado para The Guardian por el cineasta británico Phil Cox. Una película que se puede encontrar... en la red.

Sudán, entre los países más pobres del mundo

Desde el golpe de Estado del general Abdel Fattah al Burhan, que terminó el 25 de octubre de 2021 con la presencia de los civiles en el poder, Sudán, uno de los estados más pobres del mundo, no deja de hundirse cada vez más en una crisis política y económica.

Tras el golpe, Sudán fue suspendido de la UA y dejó de recibir ayuda internacional. Además, la represión de las manifestaciones prodemocracia dejaron más de 100 muertos.

Para los expertos, este recrudecimiento de la violencia se explica en parte por el vacío de seguridad provocado por el golpe del general Burhan.

Una débil luz de esperanza

Sin embargo, el miércoles 7 de junio arrancó en la capital Jartum, un diálogo con los militares auspiciado por las Naciones Unidas, la Unión Africana (UA) y la organización de cooperación regional del este del continente, IGAD.

Desde el golpe de 2021, la comunidad internacional ha hecho del regreso de los civiles al poder una condición imprescindible para la reanudación de la ayuda a Sudán, uno de los países más pobres del mundo.

Pero en el diálogo están ausentes los principales actores civiles. Las Fuerzas de la Libertad y el Cambio (FLC), que encabezaron la revuelta que derrocó a Omar al Bashir en 2019 tras 30 años de dictadura, y el partido Umma (el más antiguo del país), boicotean estas conversaciones.

"No hay que dejar pasar este momento", pidió el miércoles el emisario de la ONU, Volker Perthes. "Pedimos a todos que trabajen juntos con buena fe", añadió.

En una intervención televisada el martes, el general Burhan (que terminó la semana pasada con el estado de emergencia impuesto tras el golpe) calificó esta reunión de "oportunidad histórica", y se comprometió a "poner en marcha lo que nazca del diálogo".

La reunión del miércoles reunió finalmente a varios responsables militares con exlíderes rebeldes y de los partidos políticos que se mantuvieron fieles a los militares.