Las tasas de incidencia continúan aumentando en todas las regiones de Francia metropolitana, aunado por la presencia de la variante Omicron

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9 de diciembre de 2022, 22:21 PM
9 de diciembre de 2022, 22:21 PM

La novena ola de la epidemia de covid golpea con fuerza los servicios de salud franceses, con más de 70.000 nuevos contagios diarios en promedio. A esto se suman otras dos enfermedades, la gripe y la bronquiolitis, típicas del invierno.

Según la agencia Santé publique France (salud pública francesa), todos los indicadores dejan al descubierto que “la epidemia por el covid sigue en progresión” en Francia, con un alza de las hospitalizaciones y del número de muertos, al tiempo que en el país se registra un aumento de los casos de gripe y bronquiolitis.

Las tasas de incidencia continúan aumentando en todas las regiones de Francia metropolitana, aunado por la presencia de la variante Omicron.

La “triple epidemia” a la que hace frente el sistema de salud francés, fuertemente golpeado desde el inicio de la epidemia, es completamente inédita y su evolución, difícil de pronosticar. En un mismo periodo se conjugan estas tres enfermedades graves: un covid en pleno auge, una gripe precoz y en fuerte aumento, y una epidemia de bronquiolitis que bate todos los récords de los últimos 10 años en el sector de los recién nacidos.

En este contexto de circulación activa de varios virus que atacan las vías respiratorias, Santé publique France ha hecho un nuevo llamado a reforzar la vacunación, principalmente de la población a riesgo.

En los primeros días de diciembre, se registran más de 70.000 nuevos casos de covid diarios, aunque hay picos preocupantes, como el registrado el martes 6 de diciembre, cuando la barra de los 100.000 casos fue superada.

Ante esta situación, numerosos sectores llaman a reinstaurar el uso de la mascarilla en lugares cerrados como los transportes públicos. El presidente Emmanuel Macron quiso dar el ejemplo poniéndose el tapabocas durante un acto público el pasado jueves. Pero ante la perspectiva de las fiestas de fin de año, bastante golpeadas por la crisis energética y la inflación, el gobierno liderado por Elizabeth Borne ha evitado hasta ahora tomar decisiones impopulares.